Una nueva forma de hacer psicología



La importancia del Psicólogo dentro de un equipo de fútbol

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Son muchos años de experiencia profesional como psicólogo en equipos de fútbol, una experiencia repleta de observaciones, vivencias, reflexiones, aprendizajes, también errores, que han se han ido sumando a la formación multidisciplinar que exige el desempeño de este rol. De momento han sido cinco equipos en 1ª división, tres equipos en 2ª división a, cuatro equipos más en 2ª división b y un equipo en la liga iberdrola femenina. Ha sido un trabajo en todo tipo de escenarios, tres descensos de categoría, cinco ascensos, una liga, una copa, participación en champions ligue, en europa ligue he tenido el privilegio de colaborar con diferentes entrenadores de primer nivel, he colaborado con escuelas / academias de fútbol de clubs profesionales A lo largo de esta trayectoria he ido puliendo un método de trabajo que suelo replicar en cualquier club o equipo.

Siempre observador, siempre evaluando las acciones desarrolladas, siempre recibiendo feedback de mi trabajo, he ido introduciendo ajustes y mejorado los procesos de trabajo. En la actualidad se puede hablar de un método o enfoque de trabajo transferible a cualquier club / equipo. Saber competir es un grupo de trabajo, un equipo de psicólogos, que trabaja en diferentes proyectos desde un mismo enfoque, “método sabercompetir“. En este artículo quiero trasladar las directrices de este estilo o método de trabajo.

Trabajo colectivo, miembro del cuerpo técnico

El psicólogo es un elemento más dentro del trabajo de un equipo de profesionales que dan apoyo al trabajo del entrenador y jugadores (preparadores físicos, entrenadores asistentes, analistas, médicos, readaptador, fisioterapeutas, nutricionista, podóloga, delegado, utilleros, cocineros…) el psicólogo no puede ser una isla ni un elemento “extraño” dentro de un colectivo de profesionales.

Es un profesional que debe complementar su trabajo con el del resto y sumar desde el trabajo colectivo. No es más importante ni menos que el de los otros profesionales que trabajan para el equipo. Si un día los utilleros no asistieran al entrenamiento no se podría entrenar. Cada profesional en su puesto se complementa con el resto, el psicólogo es un engranaje más equipo, gracias a la complementariedad del trabajo colectivo, multidisciplinar y multiprofesional.

Funciones del psicólogo dentro de un equipo

En saber competir el trabajo psicológico lo sustentamos en una triple máxima, no hay excusa para hacer el mejor trabajo cada día, no hay excusa para establecer compromiso y complicidad con los compañeros del equipo, haya más o menos afinidad y sentirse bien no debe ser un deseo sino una realidad que esté por encima de las circunstancias. Tres conceptos están detrás de estas afirmaciones, flow o estado ideal de ejecución, equipo o trabajo y rendimiento colectivo, y bienestar emocional.

Dentro de un equipo de fútbol el psicólogo del deporte trabaja en tres ámbitos diferentes: el entrenador y cuerpo técnico; los jugadores; y la plantilla o grupo de jugadores.

Asesoramiento a entrenador y cuerpo técnico

La labor del entrenador es realmente compleja. Aglutina multitud de facetas, como programar los entrenamientos, analizar al rival, coordinar un equipo numeroso de trabajo o colaboradores, trasladar e implementar una filosofía de juego, persuadir y convencer a jugadores y colaboradores en torno a sus ideas y métodos de trabajo, gestionar conflictos internos que surgen en la convivencia diaria, motivar individual y colectivamente, que cada jugador se sienta atendido en sus expectativas y partícipe en el trabajo colectivo, analizar el rendimiento individual y colectivo, exigir, corregir, tomar continuas decisiones, atender entrevistas y ruedas de prensa.

Entre los diferentes colaboradores del entrenador figura el psicólogo del deporte. Es un profesional que añade un punto de vista especializado mediante observaciones y propuestas dirigidas a hacer mejor al equipo. Es un trabajo discreto, con escasa visibilidad pero reconocible a través del comportamiento del equipo, sin protagonismo alguno pero eficaz. El psicólogo observa, sugiere, propone y el entrenador decide. El objetivo es que el entrenador disponga de una buena caja de herramientas psicológicas para la dirección del equipo, como estrategias de motivación, team building, gestión de conflictos, liderazgo.

El liderazgo del entrenador es clave en el buen funcionamiento de un equipo. El entrenador es el líder natural del equipo. El liderazgo efectivo exige una labor de escuchar, argumentar, convencer… el entrenador tiene el poder inherente a su rango y a las decisiones que le competen. ¿tiene autoridad? Dependerá a la gestión que haga diariamente en torno a la dirección del equipo. Hoy en día, la autoridad tiene que ver mucho con el prestigio o reconocimiento ganado cada día ante sus colaboradores y jugadores. Ello pasa por mantener una exigencia máxima y ejercerla desde un talante cordial, basado en el convencimiento y la lógica en las tomas de decisiones. El psicólogo debe trabajar para potenciar el liderazgo natural del entrenador. Siendo coherente con este principio las acciones grupales, dirigidas a toda la plantilla, deben ser competencia del entrenador. El psicólogo es una ayuda al entrenador y no debe sustituir ni menoscabar su liderazgo, salvo que sean acciones muy puntuales, de un contenido técnico-psicológico o que el entrenador no se sienta cómodo desarrollándola.

Por último, desde el asesoramiento al entrenador y cuerpo técnico cada vez valoro más la necesidad de apoyar el bienestar emocional del entrenador. Un grupo vive mucho de la energía (ilusión) que transmite diariamente el entrenador. Éste es persona y no todos los días tiene la energía que necesita para dirigir al equipo. El fútbol es un carrusel de emociones. Poco a poco hay que ir ganando autonomía emocional, saber estar bien independientemente de las circunstancias que vayan aconteciendo. El psicólogo apoya el bienestar del entrenador orientando la manera de vivir el éxito y el fracaso, la victoria y la derrota, las alabanzas y las críticas, los aplausos y los pitos y ayudando a desconectar o distraerse o cuidando la “agenda personal”.

Tengo la suerte de haber trabajado con muchos entrenadores, varios de ellos de primer nivel. El entrenador debe sentir que el psicólogo le es una ayuda para la gestión eficaz del equipo, pero también un estímulo para ser mejor entrenador, en su desarrollo profesional.

Entrenamiento de competencias emocionales en el jugador

Nadie nace enseñado a nivel emocional. El aprendizaje emocional es un proceso que requiere tiempo y trabajo, que se puede recorrer de forma más rápida y fácil cuando se cuenta con la ayuda del psicólogo del deporte. A nivel emocional todo se enseña, se entrena y se aprende. En muchos casos el talento deportivo no se expresa en su amplitud ni sigue desarrollándose por no disponer de competencias emocionales que ayuden a gestionar con eficacia situaciones propias del fútbol profesional. Y no es fácil gestionar a nivel emocional muchas de las situaciones que vive el futbolista en el desarrollo de su profesión. Sentirse bien ayuda a entrenar bien y jugar bien.

Desde mi punto de vista no se trata de entrenar habilidades psicológicas (atención, relajación, autorregulación de los pensamientos, visualización) sino de enseñar competencias emocionales como:

Autonomía emocional

Sentirse capaz de expresar el mejor trabajo cada día, automotivarse, ser responsable, tener una autoconfianza estable, tener criterio propio, gestionar la frustración, convivir con la máxima exigencia y dificultad.

Comunicación y sociabilidad

Saber convivir con cualquier compañero de cualquier perfil, hablarse y convivir con armonía, generar un clima afable y cordial, hablarse en el desarrollo de la tarea (entrenamiento y partido)

Mentalidad de aprendiz

Aprender y mejorar cada día, estar abierto a aprender, mejorar, hacerlo hoy mejor que ayer y mañana que hoy, ser receptivo a las correcciones, entender, aceptar y gestionar el error.

Resiliencia

Entender y trabajar para superar las dificultades, imprevisto, contratiempos, cambios, adversidades.

Valores del alto rendimiento

Conducirse siempre desde esfuerzo, respeto, humildad, ambición, juego limpio.

Trabajo en equipo

Alinear los intereses individuales con los objetivos colectivos, aceptar el rol y trabajar para mejorarlo, establecer complicidad y compromiso, pensar más en “nosotros” que en “yo.

Liderazgo

Ayudar, colaborar, ejercer influencia o dejar huella sobre los compañeros, pero de forma honesta y al servicio del equipo, desde la generosidad y tratando de ser ejemplar, estableciendo complicidad con el liderazgo del entrenador.

Estilos de vida saludable

Saber alimentarse, saber descansar, saber salir o gestionar el ocio y tiempo libre, saberse cuidar.

Al futbolista se le apoya para la buena gestión emocional de situaciones que se va encontrando en el día a día de su trabajo. Las emociones positivas (ilusión, alegría, entusiasmo, confianza, atrevimiento, disfrute) acercan al rendimiento óptimo y las negativas (frustración, enfado, desánimo, ansiedad, estrés) alejan del trabajo óptimo. Sentirse bien debe depender de uno mismo y no puede depender de circunstancias externas sobre las que no se tiene control alguno.

Sentirse bien no puede depender exclusivamente de jugar con continuidad, sentir la confianza del entrenador, tener acierto de forma continuada, tener una buena dinámica de rendimiento, recibir el apoyo de los aficionados, que los compañeros hagan sentirse jugador importante en el equipo uno es dueño de su trabajo y debe aprender a tener la llave del rendimiento óptimo, de su mejor trabajo posible. Esta llave es la gestión eficaz a nivel mental-emocional.

El futbolista es persona

No sólo se incide sobre rendimiento individual y colectivo, el psicólogo apoya el desarrollo y bienestar personal, imprescindible también para el rendimiento deportivo. Se apoya al futbolista ante conflictos emocionales que van más allá de su profesión.

Por último, aunque las lesiones forman parte del trabajo del futbolista nunca son bien recibidas. Generan un impacto emocional enorme que suele afectar más allá del fútbol, contaminando otros ámbitos del jugador, personal, familiar, de pareja, social… el psicólogo apoya al futbolista lesionado. Cómo se gestiona la lesión a nivel emocional incide en el trabajo de recuperación posterior. Los estados de ánimo activan o inhiben el sistema inmunológico, por lo que mantener un bue estado de ánimo ayuda en la recuperación de la lesión.

Acciones puntuales con el grupo / plantilla

El trabajo con el gran grupo o plantilla es un cometido del entrenador, como líder natural del equipo. El trabajo del psicólogo del deporte es ayudar al entrenador en el desarrollo de esta labor, poniendo a su disposición observaciones que pueden enriquecer su análisis y herramientas que complemente aquéllas de que ya dispone. El entrenador es quien ha de seducir al grupo y ahí el psicólogo es un colaborador completamente anónimo.

Puede ser que a lo largo de la temporada surja alguna situación que requiera un desarrollo más técnico desde la psicología. Esa dinámica puede superar las competencias del entrenador y éste valorar que lo aconsejable es que la desarrolle directamente el psicólogo. Esto ocurre de forma puntual varias veces a lo largo de la temporada. Lo que no tiene sentido es programar una acción grupal con la plantilla de forma periódica o semanal. Primero no está justificado, segundo se suplanta al entrenador en su función y se puede debilitar su liderazgo, tercero se acaba convirtiendo en algo rutinario que desgasta al jugador respecto al trabajo psicológico, y por último, no es un espacio en el que el jugador se sienta invitado a poner sobre la mesa su vivencia personal por la que utilizaría el trabajo psicológico.

Metodología de trabajo

El equipo de psicólogos de saber competir trabaja desde la psicología científico-experimental o conductual-cognitiva y con un enfoque psico-educativo o de aprendizaje de competencias emocionales. El objetivo es incrementar el nivel de competencia emocional (recursos, herramientas, soluciones) del entrenador, jugadores y equipo, ser competentes para ser competitivos.

El trabajo psicológico también responde a un enfoque sistémico, se trabaja sobre la totalidad de los ámbitos para optimizar su efectividad. Se trabaja con el club en la dirección de crear una “cultura” que acabe impregnando al resto de ámbitos, con el entrenador y cuerpo técnico, con los jugadores individualmente y con el equipo, de forma más episódica.

El trabajo con entrenador y cuerpo técnico se desarrolla de forma transversal, a través de muchos momentos del día a día en los que se produce un intercambio de observaciones, sugerencias, reflexiones y propuestas de forma espontánea, siempre dirigidas a la optimización del rendimiento del equipo.

El trabajo psicológico con el jugador es individual y personalizado. Al principio de pretemporada se presenta el trabajo psicológico a toda la plantilla para que se conozca y comprenda el rol que desempeña el psicólogo en el equipo. Después el jugador solicita de forma voluntaria incorporar el trabajo psicológico a su preparación como un elemento más del entrenamiento. Desde mi experiencia la acogida por parte de los jugadores hacia el trabajo psicológico suele ser excelente.

El trabajo psicológico se inicia con una evaluación a partir de la cual se consensuan unos objetivos con el jugador y se organiza un plan de trabajo que se desarrolla de forma periódica a lo largo de toda la temporada. Durante la temporada, en varias ocasiones, y al final de temporada se evalúa con el jugador el grado de consecución de los objetivos fijados tras la evaluación inicial para valorar la eficacia del trabajo realizado.

No entiendo que el trabajo del psicólogo sea exclusivamente grupal. No vale café para todos, no todos toman café y el que lo hace habitualmente en ocasiones puede preferir una infusión. En acciones grupales el jugador se inhibe respecto a comentar situaciones personales y es imposible la personalización del trabajo psicológico.

Otras características que definen el método de trabajo del psicólogo en un equipo de fútbol profesional son las siguientes:

Individualizado y personalizado

Entrenar y aprender competencias emocionales, abordar vivencias muy personales, generar un clima idóneo, empático y de comunicación requiere que sea de forma individual y personalizada.

Voluntario

El jugador debe decidir si incorpora el entrenamiento de competencias emocionales a su preparación como un elemento más de su preparación. Esta decisión le compromete con el trabajo y garantiza un mejor aprovechamiento.

Discreto

El trabajo psicológico no puede ser público, requiere de discreción, aunque no se trata de encubrirlo u ocultarlo. El despacho del psicólogo debe tener un acceso de forma que el jugador lo haga de forma cómoda.

Confidencial

El tipo de trabajo y el código deontológico obliga a la confidencialidad. Ningún detalle del trabajo individualizado se puede comentar. Es una premisa inviolable. Este trabajo está basado en la confianza personal y si se traicionase no tendría sentido seguir trabajando. No sé si es suerte o por lo claro de esta premisa para mí, que ningún entrenador me ha realizado nunca una pregunta indiscreta sobre algún futbolista. Es posible trabajar con entrenador y jugadores cuando se es íntegro a nivel profesional y se respeta la confidencialidad. Quizás ésta sea una de las claves que explicarían una trayectoria larga como psicólogo en equipos de fútbol.

Ausencia de protagonismo

El psicólogo mediático no tiene cabida en el contexto del fútbol. El futbolista recela de cualquier persona que pretenda hacerse publicidad a costa de él. Cuando percibe esta actitud se aparta de ese profesional. Tener muchos seguidores en las redes sociales puede ser un obstáculo para ejercer como psicólogo de un equipo. No cabe la promoción profesional a costa de la imagen de los futbolistas con los que se trabaja, mucho menos llegando a traicionar su confianza. Los auténticos protagonistas son el equipo, los jugadores y el entrenador, por este orden.

Operativo

Se trabaja sobre comportamientos, situaciones, hecho observables y evaluables. La efectividad del trabajo se observa en el entrenamiento, en los partidos y en la convivencia diaria. Se potencian comportamientos positivos o adaptativos y se trata de reconducir o eliminar conductas negativas, perturbadoras.

Planificado

Trabajar con el psicólogo no consiste simplemente en charlar o conversar. La palabra es el medio a través del cual se pretende empatizar y apoyar al jugador, pero además debe haber una evaluación inicial, unos objetivos, un plan de acción, unas herramientas para lograr dichos objetivos y proceso de evaluación permanente. Se trata de un trabajo planificado y riguroso que persigue la eficacia.

Participativo

Se debe generar un clima interactivo, donde la conversación vaya y vuelva, sea comunicación bidireccional, en la que se utilicen preguntas, perífrasis, afirmaciones, negaciones, metáforas, siempre desde un lenguaje operativo, claro, concreto, conciso, próximo al lenguaje del jugador la sesión de trabajo individual no puede convertirse en un interrogatorio, una conferencia magistral, una arenga motivadora, ni tampoco una reprimenda.

Organización del trabajo

El psicólogo comparte la misma programación, horarios y espacio que jugadores y resto de técnicos, como uno más entre los técnicos. Asiste a todos los entrenamientos y convive con jugadores y otros técnicos durante el mismo horario de trabajo. Desayuna, come o cena con todos. Centra su trabajo en su cometido y lo desarrolla en un despacho que permite el trabajo individual, discreto y confidencial.

A modo de organización del tiempo de trabajo sirva la siguiente programación de una jornada de trabajo:

Respecto a los entrenamientos:

Si el entrenamiento es de mañana:

  • Se llega pronto, 2 horas antes del entrenamiento. Se desayuna con jugadores y técnicos que llegan más temprano.
  • Después se prepara la sesión de trabajo con los jugadores citados. Antes del entrenamiento se trabaja con uno o dos jugadores en sesiones individualizadas.
  • Se observa el entrenamiento (la explicación de las tareas por parte del entrenador y su desarrollo, fijando la atención en el desempeño individual y colectivo, sobre los aspectos que se vienen trabajando con cada jugador).
  • Después del entrenamiento se trabaja con uno o dos jugadores en sesiones individualizadas.
  • Finalizado este trabajo se come con todo el equipo.
  • Después de comer se elaboran materiales de apoyo (mapas conceptuales, esquemas…) que resume lo trabajado con cada jugador en las sesiones realizadas ese día. Este material de apoyo se envía al jugador a modo de recordatorio.
  • El trabajo del día finaliza citando a los jugadores que harán el trabajo psicológico al día siguiente.

Si el entrenamiento es de tarde la estructura es muy similar:

  • Se come en la ciudad deportiva
  • Después se prepara la sesión de trabajo con los jugadores citados.
  • Antes del entrenamiento se trabaja con uno o dos jugadores en sesiones individualizadas.
  • Se observa el entrenamiento como se hace cuando es de mañana.

Por la tarde, después del entrenamiento no suele haber tiempo para trabajar de forma individualizada con los jugadores. Entonces también se elaboran materiales de apoyo (mapas conceptuales, esquemas…) que resume lo trabajado con cada jugador en las sesiones realizadas antes del entrenamiento. Este material de apoyo se envía al jugador a modo de recordatorio.

  • Se cita a los jugadores que asistirán al trabajo individualizado al día siguiente.
  • Finalizado el trabajo se cena con todo el equipo.

En torno al partido el trabajo del psicólogo es el siguiente:

  • Asiste a las charlas de equipo preparatorias del partido como un técnico más.
  • Está presente en el vestuario antes, en el descanso y al final del partido.
  • Se observa el partido poniendo énfasis en los contenidos trabajados con cada jugador.
  • Se ofrece retroalimentación a los jugadores sobre el trabajo que vienen haciendo a nivel psicológico.
Normalización del trabajo psicológico

Saber competir ha ido consiguiendo normalizar el trabajo psicológico en los diferentes proyectos en los que trabaja y ha trabajado. La normalización se da cuando el trabajo psicológico se considera un factor más del rendimiento y es un elemento más del entrenamiento, cuando el psicólogo es un técnico más que convive en los mismo horarios y espacios que jugadores y resto de técnicos, cuando su presencia es habitual, cuando deja de ser noticia para los medios de comunicación, cuando el jugador le acepta y le valora como al resto de técnicos, cuando se establece la confianza, cuando se respeta la confidencialidad… en definitiva, cuando el psicólogo trabaja para y por el equipo y las personas que lo integran, y no lo hace para satisfacer su ego pretendiendo un protagonismo que ni ha de ser ni le corresponde.

Perfil profesional

El perfil formativo del psicólogo del deporte es amplísimo, quizás de los más completos de los diferentes profesionales de la psicología. Nunca se deja de aprender. Los requisitos formativos para ser un psicólogo del deporte con cierto nivel de competencia profesional son los siguientes:

  • Grado de psicología
  • Máster en psicología de la actividad física y el deporte
  • Formación específica en psicología clínica
  • Formación específica en modificación de conducta
  • Formación específica en psicología de grupos y organizaciones
  • Formación específica en neuropsicología
  • Formación específica en ciencias de la educación / neuroeducación
  • Formación específica en actividad física y deporte
  • Buen conocimiento del fútbol a nivel técnico y táctico
  • El psicólogo del deporte también requiere de un determinado perfil personal considero que además de estar bien formado a nivel profesional debe ser una persona también formada:
  • Madurez personal o desarrollo emocional
  • Habilidad de escucha, empatía, comunicación y buen grado de sociabilidad
  • Equilibrio emocional
  • Independencia de criterio
  • Valores personales (humildad, respeto, honestidad, integridad…)
  • Discreción
  • Confidencialidad
  • Compromiso
  • Ausencia de protagonismo
  • No dejarse impresionar por el nivel, prestigio, fama de los futbolistas
  • No ser adicto a las redes sociales
  • Profesionalidad está reñido con amiguismo, colegueo, tratar de agradar o quedar bien, querer “salir en la foto”.
Consideraciones finales

Ha costado mucho abrir puertas a la psicología del deporte en el ámbito del fútbol. También es muy fácil cerrarse puertas cuando el trabajo no es serio ni eficaz. Recuerdo en los inicios, hace más de veinticinco años, cuando se me miraba o se me escuchaba como si fuera un extraño, una especie de “brujo”. Los que rendían era porque eran “buenos” y tenían “carácter”, tenían talento. Era un análisis muy simplista rayando el analfabetismo emocional.

El panorama ha cambiado radicalmente. Ahora existe una conciencia clara de la necesidad de trabajar y entrenar el factor mental-emocional, se es consciente de su incidencia sobre el rendimiento individual y colectivo, se cuida más la calidad de vida emocional. Muchos futbolistas y entrenadores buscan la colaboración o cuentan con el apoyo del psicólogo del deporte. No llego a entender que alguien que pretenda llegar a la élite prescinda de trabajar a nivel psicológico. Cada vez son menos los que no cuidan este aspecto de su preparación. El futuro es alentador, se ha generado la necesidad, existe inquietud por mejorar en la gestión emocional.

Pero he de ser autocrítico con la profesión. Ante la demanda creciente resulta difícil elegir buenos profesionales de la psicología del deporte. Son bastantes los jugadores, entrenadores y clubes que han sufrido una experiencia negativa con la psicología. Es muy triste pero así es. Motivadores de palabra fácil, atrevidos que no tienen formación, exdeportistas que pretenden ser ejemplo de vida, pseudo-psicólogos que desarrollan terapias no avaladas por la demostración científica… son muchos los intrusos que complican la elección adecuada del psicólogo del deporte idóneo.

Estoy convencido de que el deporte es un nicho profesional con futuro para los futuros psicólogos del deporte. Recomiendo formarse en lo profesional y a nivel personal, acumular poco a poco mucha experiencia, tratando siempre de buscar la excelencia profesional y personal.(sabercompetir.com)

El fútbol moderno y la psicología en la actualidad

Aunque es un tema relativamente reciente, la incorporación del psicólogo en el fútbol ha venido tomando cierta receptividad en tiempos modernos. Las labores de un psicólogo en un equipo de fútbol se están viendo de manera positiva y tomando impulso gracias a futbolistas de renombre como Andrés Iniesta, luego de superar su depresión a causa de lesiones y una pérdida personal. Poco a poco se va tomando una nueva visión acerca del trabajo del psicólogo como otro elemento más dentro del rendimiento general del equipo.

Consideraciones finales sobre las labores de un psicólogo dentro de un equipo de fútbol

A pesar que muchos aún vean con recelo las labores de un psicólogo dentro de un equipo de fútbol, es un hecho que cada vez va cogiendo más y más terreno. La estabilidad emocional ofrece más claridad a la mente, tanto del entrenador como de los jugadores, y el trabajo colaborativo es el medio por el cual potenciar el rendimiento general del resto del equipo. Ambos aspectos manejados muy bien por un psicólogo. Al ser un área relativamente nueva, es común encontrar profesionales con poca experiencia o escogidos mediante estándares muy bajos.

Con el paso del tiempo los niveles de exigencia y selección de psicólogos dentro de un equipo de fútbol será mayor, por lo tanto las labores de un psicólogo dentro de un equipo de fútbol, NO debemos descuidarlas.(misamistosos.com)

Fuentes

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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