Al enfrentarse a una enfermedad de un ser querido con patologías severas y sin curación como el Alzheimer o el cáncer terminal, la familia pueden llegar a pasarlo tan mal o peor que los mismos pacientes. En muchos casos sienten que no están preparados para afrontar emocionalmente tal situación, y suelen considerar que su sufrimiento es secundario y no debe ser atendido ante la necesidad de dar apoyo a la persona enferma. Pero lo cierto es que el malestar de los familiares de estas personas enfermas es un problema de salud de primer nivel que no debe ser subestimado o visto como una minucia; que otra persona esté sufriendo una patología muy grave no le resta importancia. Por ello, la Psicología ha investigado para descubrir estrategias para dar apoyo a estas personas, y muchos profesionales de la psicoterapia están preparados para brindar un apoyo para familiares que puedan exponerse a estas vivencias tan duras ante un ser querido muy enfermo. El objetivo es evitar que la enfermedad arrastre a los familiares hacia un trastorno mental como la depresión, la ansiedad generalizada o el estrés postraumático.
Si personas cercanas a ti están atravesando una etapa en la que un ser querido sufre una enfermedad severa y sin curación, o si tú mismo/a estás en esta situación, ten en cuenta estas pautas para afrontar la situación.
Recomendar la psicoterapia
Ponerse en manos de un profesional de la psicología competente es la primera recomendación que se le puede dar a cualquier familiar de una persona enferma, ya que mediante la terapia psicológica conseguirá mejorar su salud psicológica y le dará herramientas para gestionar sus emociones de una manera funcional, que no dé lugar a trastornos.
Un psicólogo será de gran ayuda a la hora de expresar todo aquello que le hace sentir la enfermedad de su ser querido y le brindará apoyo psicológico en todo momento ante el mal trago que está pasando toda la familia. Y también ofrecerá tratamiento a quienes ya han desarrollado psicopatologías. Además de eso, la ayuda psicológica también sirve para dotar a los familiares de cualquier enfermo de estrategias y pautas de conducta útiles que beneficien psicológica y emocionalmente a la persona que está en un proceso de enfermedad. Y todo ello de manera personalizada y adaptada a las características de cada persona y/o familia, en sesiones individuales o en familia.
Fomentar la expresión de sentimientos
La expresión de sentimientos es una necesidad básica en este tipo de situaciones difíciles, y por eso es fundamental que la persona pueda expresar todo tipo de sentimientos y emociones relacionadas con la enfermedad de su familiar. Esta expresión de sentimientos sirve de gran ayuda para que la persona se desahogue y se sienta mejor, ya que en el contexto familiar a menudo no suelen hacerlo por sentirse culpables si se muestran “emocionalmente débiles” o bien por considerar que dicha expresión de sentimientos no ayuda a la persona enferma.
Para facilitar que el familiar exprese sus sentimientos sin ambages es habitual el uso de la técnica de etiquetado emocional, una práctica terapéutica muy utilizada en las consultas psicológicas consistente en identificar las emociones propias o ajenas mediante palabras concretas que pueden ser integradas en frases con sentido, con el fin de conceptualizarlas de manera concreta, entenderlas y poder ser consciente de los límites de su alcance y del sufrimiento al que pueden dar lugar, perdiéndole el miedo a las ideas que hay tras esos términos.
Repartir las tareas y los cuidados
Otra de las maneras clásicas que tenemos para ayudar a personas cuyos familiares pueden presentar enfermedades graves es favorecer que todos puedan tener tiempo para descansar física y mentalmente tras brindar el apoyo diario que necesita su familiar. Este descanso puede lograrse, por ejemplo, estableciendo turnos para ir al hospital y evitando que todas las responsabilidades recaigan en una sola persona.
Repartiendo el trabajo y los cuidados entre más de un familiar lograremos que toda la familia pueda descansar a lo largo de la semana y evitaremos alteraciones psicológicas provocadas por un exceso de trabajo y de atención al familiar enfermo.
Saber desconectar
Desconectar de vez en cuando también resulta altamente terapéutico en personas con familiares enfermos y para lograrlo existen muchas técnicas de relajación útiles que pueden ser entrenadas y enseñadas por parte de un profesional de la psicología. Algunas de estas técnicas pueden ser el Mindfulness o Atención Plena (para desprenderse con frecuencia de los pensamientos obsesivos), la meditación (práctica nos puede ayudar a relajarnos y estar en equilibrio y calma con nosotros mismos) y muchas otras actividades como el yoga o la respiración controlada.
Tratar el tema de la muerte, que no sea un tabú
Ante casos de familiares enfermos, es habitual que en el entorno familiar el tema de la muerte se convierta en un tema tabú; no obstante, los profesionales de la psicología recomendamos hablar de ella de manera natural para favorecer la expresión de sentimientos sobre esa cuestión y no caer en intentos de bloquear los pensamientos relacionados con este concepto tan importante.
En la terapia psicológica se suele favorecer la expresión de sentimientos relacionados con la muerte, empleando una vez más la práctica del etiquetado emocional, un mecanismo terapéutico que nos ayuda a identificar las propias emociones sobre un tema en concreto, a entenderlas y expresarlas. La muerte es un tema del que no se debe huir pero que tampoco debe obsesionar a los familiares de las personas con familiares enfermos, debe ser tratado con naturalidad y siempre que la persona desee hacerlo.
Pedir ayuda a otras personas
Otra de las recomendaciones clásicas que podemos hacer a amigos y familiares de personas enfermas es pedir ayuda a otros seres queridos, en caso de que lo necesiten. Todas las personas contamos con un círculo cercano de amigos y familiares que puedan ayudarnos en los momentos de mayor dificultad, y cuando estamos sufriendo por la salud de alguien no hay nada más reconfortante que el apoyo emocional y sentimental de un ser querido que nos entienda. A fin de cuentas, los seres queridos están ahí para eso.
Apostar por la honestidad
En casos de enfermedad siempre es recomendable no mantener el tema en secreto ante personas con fuertes vinculaciones emocionales con el enfermo, ya que este tipo de gestión solo puede dar lugar a problemas y conflictos posteriores de todo tipo. Este tipo de conflictos de carácter psicológico ante la ocultación de una enfermedad suele ser presión emocional, estrés o ansiedad, tanto en la persona enferma como en aquellos a quienes se les ha ocultado la enfermedad.
Por el contrario, la recomendación más habitual que suele hacerse en estos casos es la de ser siempre honestos con la enfermedad del familiar y comunicarla a aquellos que tengan relación con ella, siempre que esta así lo desee.
Entrenar habilidades sociales
Los profesionales de la psicología también resultan de gran utilidad para entrenar todo tipo de habilidades sociales en familiares y amigos que deseen relacionarse con la persona enferma, atendiendo y favoreciendo en todo momento sus necesidades y requerimientos. Un psicólogo nos enseñará a practicar un papel de apoyo coterapéutico hacia el familiar enfermo, entrenando herramientas de comunicación no invasiva, que sirvan de apoyo a la persona que lo está pasando mal, respetando en todo momento su intimidad y que contribuyan a no alterar el ambiente.
Animar a hacer al psicólogo todas las preguntas que uno tenga
Ante casos de familiares enfermos, sus seres queridos se encuentran ante una situación de la que no están preparados y albergan en todo momento multitud de preguntas, temores y preocupaciones. Es importante que todas estas preguntas sean formuladas ante los profesionales de la psicología y de la salud y que todos los miedos sean abordados desde la raíz, para no sufrir excesivamente. Incluso las cuestiones que no tienen una respuesta clara, por el hecho de ser formuladas y planteadas, ayudan a ordenar ideas e hipótesis.
La importancia del tiempo libre
Como se ha indicado, el descanso físico y mental resulta de gran importancia para los familiares de personas enfermas; es por eso que debemos siempre procurar tener un momento de descanso y tiempo libre para nosotros mismos. Esto implica permitirnos a lo largo de la semana practicar deporte o algún pasatiempo favorito, tener relaciones sociales estables y sanas, y también realizar todo tipo de actividades que nos permitan desconectar del sufrimiento que estamos pasando.
Fuentes
REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO