¿Alguna vez has rechazado hacer algo solo porque no estabas seguro de los resultados que obtendrías?¿Prefieres evitar situaciones en las que tienes que probar algo nuevo delante de la gente? ¿Has abandonado proyectos que pueden mejorar tu vida sin razón aparente?. No hay dudas de que el fracaso es una píldora amarga y difícil de tragar pero si lo negamos o intentamos esconderlo, no aprenderemos de la experiencia y viviremos permanentemente con miedo a volver a fracasar.
Así, nos mantendremos anclados a lo conocido, dentro de una zona de confort que nos impide enfrentar nuevos retos y crecer como personas. Por eso, aunque no podemos evitar sentir ese miedo, podemos aprender a manejarlo e impedir que nos arrebate buenas oportunidades.
Cinco pasos para lidiar con el miedo al fracaso
Siente el miedo
A la mayoría de las personas no les gusta sentir miedo, por lo que suelen esconder o negar esta emoción. Sin embargo, reprimir el miedo no hará que se disipe, al contrario, continuará agazapado en nuestro interior.
Descubre el origen
Detrás del miedo al fracaso se suelen esconder otros temores, como el miedo a que nos critiquen, a no estar a la altura de las circunstancias, a decepcionar a alguien o a perder el status quo que hemos alcanzado.
Miedo a fracasar
A su vez, detrás de esos temores generalmente se oculta una historia más profunda. El miedo a equivocarse suele provenir de experiencias en las cuales hemos fallado, que se han anclado en nuestra mente y se reactivan cada vez que debemos enfrentar un reto. Por eso, el miedo al fracaso es más común en las personas que han recibido una educación sobreprotectora, que han tenido padres o maestros muy estrictos o que tienen rasgos perfeccionistas.
La buena noticia es que el simple hecho de descubrir esas experiencias negativas que nos han marcado o las creencias erróneas que sustentan el miedo al fracaso, ya nos permite lidiar mejor con esta sensación.
Si ademas, re-elaboras estas experiencias con técnicas como EMDR o la hipnosis con la ayuda de un psicólogo, “reprogramarás” tu cerebro para que esas vivencias no te sigan condicionando en el momento presente.
Visualiza el proceso
Curiosamente, un estudio realizado en la Universidad de Nueva York desveló que fantasear de manera positiva con los resultados que deseamos alcanzar se traduce en menos energía y un desempeño más pobre. Esto significa que el pensamiento positivo por sí solo no es suficiente.
Sin embargo, otro experimento realizado en la Universidad de California comprobó que cuando visualizamos el proceso que debemos seguir para alcanzar una meta, alcanzamos mejores resultados y nos estresamos menos en el camino.
Por eso, para vencer el miedo al fracaso, es conveniente que visualices los obstáculos que se pueden presentar y te veas venciéndolos. Ese simple ejercicio te dará la dosis de confianza que necesitas.
Reformula el fracaso
El fracaso es una palabra muy vaga. De hecho, podemos elegir ver el fracaso como “el fin del mundo”, como una prueba de que no servimos para nada, o podemos verlo como una experiencia que nos permite crecer y nos brinda aún más energía, porque significa que estamos un paso más cerca de nuestra meta.
En nuestra cultura el fracaso tiene una acepción negativa, pero no tiene por qué seguir siendo así. Si comienzas a pensar en el fracaso en términos de aprendizaje, cada vez tendrás menos miedo a afrontar nuevos retos porque sabrás que, aunque te equivoques, habrás aprendido.
Un excelente ejercicio consiste en bucear en el pasado: busca tus “fracasos” y míralos desde una nueva perspectiva. Pregúntate: ¿Qué aprendí? ¿Cómo crecí a raíz de esa experiencia? ¿Cuáles fueron las cosas positivas de esa situación?
Crea un plan B
En muchas ocasiones el fracaso nos asusta porque lo comprendemos como una situación permanente, una especie de estigma que llevaremos a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, parafraseando a William D. Brown, el fracaso es tan solo un evento, no una persona. El fracaso no te define como persona y mucho menos es permanente, siempre existe la posibilidad de volver a intentarlo o cambiar el rumbo.
De hecho, tener un plan B suele ser reconfortante y nos ayuda a vencer el miedo al fracaso. Así podremos sentirnos más seguros porque sabremos exactamente qué hacer en caso de que el plan original no dé los frutos esperados.
Superación del miedo al fracaso
No obstante, recuerda que, al fin y al cabo, la vida consiste en ir tomando decisiones. En la mayoría de los casos esas decisiones no son malas ni buenas sino que simplemente te llevan por caminos diferentes, donde siempre te están aguardando nuevas oportunidades.
REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO