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¿Qué es la Dislexia? Diagnóstico, síntomas y repercusiones

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La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje incluido dentro de la categoría de trastornos del neurodesarrollo. Es posible que si hablamos de dislexia ese nombre os resulte familiar, incluso quizá alguno de vosotros tenga alguien en su familia o conozca alguna persona que la padezca. No en vano este trastorno del aprendizaje es uno de los más comunes. Este trastorno del neurodesarrollo tiene como principal característica un deterioro en el reconocimiento de las palabras durante la lectura, este hecho tiene como consecuencia la disminución de la compresión lectora, así como también una forma de leer insegura. Esto desemboca en una alta probabilidad de fracaso escolar. Como ocurre en la mayoría de los casos en los que está presente algún tipo de trastorno, la detección y la intervención precoz son factores esenciales para un mejor pronóstico y la reducción y superación de las consecuencias de los déficits provocados por la dislexia.
¿Qué es la dislexia?

La dislexia viene definida por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, en su versión 5) como un trastorno específico del aprendizaje incluido dentro de la categoría de trastornos del neurodesarrollo. Las personas con dislexia experimentan dificultades no solo en la lectura sino también en la escritura y las matemáticas. También pueden aparecer déficits relacionados con la velocidad de procesamiento, las habilidades motrices, la percepción visual o auditiva, la memoria a corto plazo, la organización, el lenguaje hablado o la secuenciación. Hablamos de un trastorno del neurodesarrollo, lo cual le proporciona un carácter crónico, es decir, estará presente durante toda la vida de la persona. Por lo que las personas con dislexia aprenden técnicas y estrategias para mejorar su capacidad lectora y sobreponerse a esas dificultades. El hecho de que sea un trastorno del aprendizaje puede llevarnos a error y pensar que afecta a la inteligencia, pero nada más lejos de la realidad.(stimuluspro.com)

Características de la dislexia

Una de las peculiaridades de la dislexia infantil es que puede presentarse de formas diversas, y los síntomas de dislexia pueden varían mucho de un niño a otro. Es llamativo también el nivel de inconsistencia, puesto que los síntomas de dislexia pueden variar incluso en un mismo día y evolucionan a medida que los niños crecen.

Estas son algunas de las características y síntomas de la dislexia:

Dificultades en las funciones ejecutivas: La función ejecutiva está compuesta por un conjunto de habilidades cognitivas complejas que son las encargadas de planificar cualquier tarea y dividirla en pasos. Estos pasos podrían ser, analizar la tarea y entender qué se necesita para ella, organizarse y determinar los tiempos necesarios para su ejecución, estructurar el trabajo, fijar las metas, evaluar las acciones puestas en marcha, ajustarlas en base a los resultados, etc… Una de las características de la dislexia más recurrente es presentar dificultades en el desarrollo ejecutivo, esto significa que cualquier tarea que requiera de una mínima planificación, como podría ser recoger su habitación, o terminar la tarea del colegio, puede suponer un auténtico reto para los niños que la padecen.

Síntomas en el lenguaje y comunicación: Dentro de este grupo de características, alguno de los problemas a los que podrían enfrentarse los niños con dislexia son la dificultad para entender determinadas instrucciones y por eso no poder seguirlas, no entender las bromas o chistes que se cuentan, incapacidad para aprender nuevas palabras o pronunciarlas incorrectamente, inseguridad a la hora de hablar o expresar una idea, etc..

Síntomas en la lectura: Hemos visto como los niños con dislexia presentan dificultades de descodificación, por eso la lectura les resulta tan complicada. Confunden la pronunciación de palabras y les cuesta mucho leer con fluidez y entender el significado de lo que leen, por eso no suelen mostrarse muy interesados en los libros o cuentos.

Síntomas en la escritura: Al no procesar correctamente los símbolos de la escritura les cuesta mucho deletrear las palabras y expresar ideas por escrito, pueden entender perfectamente lo que el profesor está contando, pero les cuesta mucho tomar apuntes o notas. Otros síntomas que también suelen verse es la escritura irregular, letra poco legible, demasiado grande o muy pequeña…

Síntomas en la Coordinación motora y orientación espacial: Algunos niños muestran dificultades con la coordinación motora y les cuesta distinguir izquierda – derecha, arriba – abajo, delante-detrás, dentro-fuera, etc… Este problema puede estar asociado a torpeza en el día a día donde parecen más patosos que el resto de niños y se pierden con más frecuencia. No son buenos en los deportes que requieren coordinación como montar en bicicleta ni en los juegos en equipo como puede ser el futbol.

Síntomas asociados a la comprensión del tiempo: Muchas veces para ellos supone un auténtico esfuerzo interpretar la hora (sobre todo en los relojes con manillas) y no les resulta nada fácil saber el día, mes o año en el que están.

Dislexia Numérica o discalculia: A algunos niños con dislexia les cuesta manejarse con los números, por lo que no les resulta fácil contar ni comprender los símbolos de sumar, restar, multiplicar, etc… Les resulta muy complicado memorizar la tabla de multiplicar.

Síntomas relacionados con la capacidad de socialización: Algunas veces los niños disléxicos tienen problemas de socialización y les cuesta emprender relaciones sociales nuevas. De todas formas, cada niño es un mundo, y vemos casos de rebeldía e intolerancia, pero también otros de sumisión.

Tipos de dislexia

Aunque la sintomatología que presenta suele ser común, existen diferentes tipos de dislexia y se desarrollan de forma muy dispar según el niño al que le afecte. Antes de profundizar, es importante diferenciar entre la dislexia evolutiva y dislexia adquirida:

  • Dislexia adquirida

Se produce tras un trastorno, o lesión cerebral concreta que daña las áreas del cerebro encargadas de procesar la lectoescritura (más conocido como alexia).

  • Dislexia evolutiva o dislexia del desarrollo

Es el tipo de dislexia que más suele verse en el ámbito escolar. Se da cuando el niño con dislexia no ha sufrido ninguna lesión cerebral concreta. Dentro de esta clasificación existen múltiples tipos de dislexia, pero nos centraremos únicamente en analizar los que afectan al procesamiento y rutas del cerebro: Dislexia superficial, dislexia fonológica, dislexia profunda o mixta.

  • Dislexia superficial

Suele ser la más habitual en niños, y en la mayor parte de los casos no suelen presentar importantes dificultades para la lectura. Para este tipo de dislexia la ruta que aparece más deteriorada es la visual, léxica o directa, por lo que se utiliza para leer la ruta fonológica. Esto quiere decir que los niños con dislexia superficial para leer una palabra la parten en diferentes fragmentos o sílabas. La dificultad aparece cuando las palabras no se corresponden con la pronunciación.

  • Dislexia fonológica

Este tipo de dislexia dificulta especialmente la lectura de palabras largas y también de palabras poco conocidas o no muy frecuentes. En cambio leen correctamente las palabras conocidas. Está asociada al mal procesamiento de la información en de la ruta fonológica, por lo que los niños que la padecen suelen leer a través de la ruta léxica o visual.

  • Dislexia profunda o mixta

Es la más grave, ya que se caracteriza por dificultades en los dos tipos de procesamiento de la lectura. Ambas rutas, fonológica y visual, están dañadas, por lo que se producen tanto errores semánticos como visuales.(cognifit.com)

Evaluación de la dislexia. Detección. Diagnóstico. Comorbilidades. Repercusiones
Detección y diagnóstico
Detección:

Por detección se entiende tener la sospecha de que alguien puede presentar dificultades en la adquisición de la lectura. Estas sospechas pueden surgir antes de empezar la primaria, a los 5 años. Los signos de alerta son:

  • Tener antecedentes familiares de dislexia (padres o hermanos).
  • Presentar dificultades en aprenderse de memoria los días de la semana y denominar colores.
  • Dificultades en “conciencia fonológica” (capacidad para manipular los fonemas de las palabras. Ejemplo: ¿Cuántos sonidos contiene la palabra “mar”? y ¿la palabra puerta?; ¿Qué sonido es el cuarto en la palabra pelota?).

Hoy en día se aconseja trabajar bajo la metodología “respuesta a la intervención” (RTI, Response To Intervention). Esta implica una detección precoz, un entrenamiento específico personalizado y revaloraciones periódicas. Si pasado un tiempo, el niño no se equipara al grupo normativo, tendremos una alta sospecha de que presenta un trastorno y podremos proceder al diagnóstico.

Diagnóstico:

El diagnóstico requiere una valoración más completa, donde se aconseja valorar otras habilidades para poder comprobar que es un trastorno específico y no global. También es importante poder detectar otros trastornos comórbidos que podrán interferir en el desarrollo académico del niño.

Un estudio completo permitirá conocer el perfil cognitivo del niño. Detectar puntos fuertes y puntos débiles permite diseñar mejor la intervención.

Trastornos comórbidos

Los trastornos comórbidos son aquellos que se presentan de forma paralela a la dislexia.

Los más frecuentes son:

  • El Trastorno por Déficit de Atención / Hiperactividad (TDAH).
  • La discalculia también es otro trastorno que suele presentarse junto con la dislexia.
  • El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL).
  • Trastornos asociados o secundarios a la dislexia:
  • Dificultades atencionales debidas al esfuerzo mantenido y la fatiga consecuente.
  • Dificultades en las matemáticas debido al poco dominio de las tablas de multiplicar.
  • Inseguridad, baja autoestima.

ATENCIÓN: la causa de los trastornos asociados no tiene que ser sólo por la dislexia. Hay otros trastornos que también pueden coincidir en estos. Por ello es muy importante hacer un buen diagnóstico e ir a la raíz del problema.

Repercusiones

Como consecuencias secundarias, pueden presentarse:

  • Rechazo a la lectura y a todo lo relacionado con ello. Por ejemplo, las tareas escolares.
  • Mostrar una baja habilidad lectora delante de toda la clase, puede avergonzar al niño y hacer que pierda seguridad y autoestima.
  • Cuando los textos son largos, el esfuerzo mantenido puede conllevar dificultades en la comprensión lectora. El cansancio y la falta de comprensión hace que se reduzca la experiencia lectora, lo que puede dificultar el aumento de vocabulario nuevo y del conocimiento general.
  • La reeducación de la dislexia
Intervención. ¿Se cura?

La dislexia no se cura, persiste a lo largo de toda la vida, pero con una detección precoz y su consiguiente intervención, se consigue minimizar su repercusión.

A pesar de que algunos profesionales aconsejen esperar a que el niño “madure”, la intervención debe ser lo más precoz posible. El período que comprende el inicio de la adquisición de la lectura es el más efectivo (5 a los 8 años). Por ello se lucha por la detección precoz e iniciar la intervención lo antes posible.

Según la edad del niño, la intervención se divide en dos grandes momentos:

Aprender a leer:

En las primeras etapas de la adquisición de la lectura, se debe reforzar el lenguaje oral (explicar, escuchar cuentos), jugar con los sonidos (palabras que empiecen por determinado sonido, que tengan un nº concreto de sonidos, etc…), mostrar lo que puede aportar la lectura.

En una segunda etapa se introducen las letras y el niño tiene que aprender la correspondencia entre el sonido y la letra.Glifing.

En una tercera etapa, se trabaja la fluidez lectora, conseguir la máxima velocidad lectora teniendo en cuenta la correcta entonación.Glifing.

Leer para aprender:

  • Comprensión lectora, expresión escrita y ortografía.

Herramientas tecnológicas:

  • Correctores ortográficos

Lectores informáticos. Se encargan de pasar la letra a voz. ClaroRead.

¿Qué hacer como familia?
  • Como padres, tienes que ayudar a tu hijo.
  • Informarse al máximo, pero teniendo en cuenta fuentes fiables.
  • Darle apoyo emocional.
  • Potenciar al máximo la lectura, sin forzar:
  • Ir a la biblioteca para que elija el libro a leer
  • Buscar el momento y lugar más adecuado para leer
  • Motivarlo a través del refuerzo positivo y valorando el esfuerzo
  • Proponer un sistema de puntos por página leída
  • Coordinarse con el colegio.
  • Relativizarlo y hablar de ello con total normalidad.
  • ¿Qué hacer como escuela?
  • Desde el entorno escolar, los profesionales de la educación deberían poder:
  • Detectar dificultades en la adquisición de la lectura y trasmitir a los padres estas dificultades.
  • Ofrecer abordaje específico, individual o grupal, según la necesidad de cada niño.
  • Potenciar sus puntos fuertes.
  • Diseñar unas adecuaciones escolares específicas para cada niño. Valorar hacer un Plan Individualizado (PI). Las adecuaciones tendrán que adaptarse a cada caso.(integratek.es)

Fuentes

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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