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¿Cómo actuar ante una convulsión?

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Una convulsión es una alteración eléctrica repentina y no controlada en nuestro cerebro, que son representadas por movimientos involuntarios del cuerpo, a menudo impredecibles e incontrolables. Hay muchos tipos de convulsiones que varían según síntomas y gravedad. La mayoría de las convulsiones tienen una duración entre 30 segundos a 2 minutos. Una convulsión que dure más de 5 minutos es considerada una emergencia médica. La causa más común de las convulsiones es la epilepsia, un trastorno cerebral que produce convulsiones recurrentes.  Sin embargo, no todas las personas que tienen una convulsión tienen epilepsia. A veces pueden ser causadas por fiebre alta, luces parpadeantes, un traumatismo craneal, un tumor cerebral o el abuso del uso de drogas y alcohol. Ahora os voy a explicar cómo actuar cuando nos encontramos con una persona que está sufriendo una convulsión. Nos podemos encontrar con dos situaciones diferentes según la fase de la crisis convulsiva. En la primera, la víctima estará inconsciente y con movimientos anormales.

¿Qué debemos hacer?

Deberemos proteger a la víctima, intentando que no se le caiga ningún objeto que pueda tener a su alrededor. Deberemos proteger la cabeza para evitar que se la golpee contra el suelo.

Podemos usar una almohada

Deberemos tomar el tiempo de convulsión y no introducir nada en la boca ya que la lengua no le va a obstruir la vía aérea durante la convulsión. En la segunda fase, la persona termina esos movimientos y queda como dormida por un rato. Deberemos observar que respire y colocarla en posición lateral de seguridad hasta que llegue la asistencia médica. Una vez que hayamos avisado al 112.

Podemos continuar con los siguientes pasos

  • Arrodíllate junto a la víctima.
  • Si tiene gafas, quítaselas.
  • Vacía los bolsillos de objetos voluminosos.
  • Asegúrate de que la víctima tenga las piernas rectas.
  • Pon el brazo más cercano a ti en ángulo recto con el cuerpo doblado por el codo y la palma de la mano hacia arriba.
  • Cruza el brazo más alejado de ti sobre el pecho de la víctima con su dorso de la mano contra la mejilla más cercana.
  • Agarra la rodilla de la pierna más alejada y levántala para que la planta del pie se apoye por completo en el suelo.
  • Tira a la vez de la rodilla de la pierna más alejada y del codo del brazo doblado y gira a la víctima sobre un costado hacia ti.
  • Coloca la pierna doblada de forma que la cadera y la rodilla formen un ángulo recto.
  • Inclina la cabeza de la víctima hacia atrás para asegurar que la vía aérea sigue abierta.
  • Si en algún momento dejara de respirar, volveremos a poner al paciente boca arriba e iniciaremos maniobras de soporte vital básico.

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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