Ahora investigadores de la Universidad de Wisconsin nos presentan al que consideran “el hombre más feliz del mundo”. Se llama Matthieu Ricard, es francés, tiene 61 años y, aunque es biólogo molecular de profesión, lo dejó todo para seguir el camino del budismo. Una búsqueda minuciosa y unos resultados sorprendentes. Estos investigadores han dedicado varios años a estudiar el funcionamiento cerebral de Matthieu Ricard, asesor personal del Dalai Lama. Su cerebro ha sido escaneado para valorar sus niveles de estrés, enfado, irritabilidad y decenas de emociones más. Sus resultados se compararon con los datos obtenidos en cientos de personas. Así se pudo apreciar que el nivel de felicidad de la gente solía llegar hasta -0.3 mientras que Matthieu Ricard alcanzó un -0.45, una cifra que le valió el epíteto del hombre más feliz del planeta.
¿A qué se deben estos índices inusualmente altos de felicidad? Los investigadores creen que la respuesta está en la plasticidad de nuestro cerebro. Sabemos que en la corteza cerebral izquierda se concentra una buena parte de las sensaciones positivas, mientras que en la zona derecha se hallan las “negativas”, como el miedo, la angustia y la tristeza. Estos neurocientíficos hallaron una actividad inusual en el área izquierda del cerebro de Matthieu Ricard, un resultado que corresponde con los escáneres realizados a otros monjes budistas que practicaban la meditación.
Ser más feliz
Al parecer, el hecho de practicar la meditación puede provocar cambios en nuestra actividad cerebral e incluso en nuestra neurología, transformaciones que nos permiten experimentar una mayor cantidad de emociones positivas y una mayor resistencia al estrés.
Otro investigador, el psicólogo Paul Ekman, del San Francisco Medical Center de la Universidad de California, llegó a la conclusión en su investigación con monjes budistas de que esta práctica calma la amígdala cerebral, la responsable de la respuesta de lucha o huida, implicada en el estrés y la ansiedad.
Para obtener resultados con esta técnica hace falta constancia, pero afortunadamente no tanta como los monjes budistas, ya que Davidson en su investigación constató que con tan sólo practicar durante tres meses entre veinte y treinta minutos diarios ya se producen cambios fisiológicos significativos.
Un ejemplo inspirador
Matthieu Ricard vive en un monasterio nepalí de Shechen pero no siempre fue así. El hombre más feliz del mundo nació en París y es hijo de un reconocido filósofo y escritor. Su madre era una pintora de renombre que también abrazó el budismo. Obviamente, Matthieu Ricard vivió los excesos de la juventud y después hizo un doctorado en genética celular. De hecho, estaba destinado a convertirse en un investigador de éxito cuando decidió dejarlo todo y partir hacia el Himalaya.
Después de varios meses de retiro en los cuales estudió profundamente los preceptos del budismo, conoció al Dalai Lama y se convirtió en uno de sus asesores. Fue este quien le pidió que colaborase con los investigadores de la Universidad de Wisconsin. Actualmente Matthieu Ricard ha sido catalogado como uno de los monjes budistas más influyentes en el mundo occidental, ha escrito varios libros y ha ganado millones de euros pero los ha donado a obras de beneficencia.
¿Cuál es el secreto?
Matthieu Ricard solo nos dice que “la felicidad es un tesoro escondido en lo más profundo de cada persona”. Lo cual significa que en realidad no se trata de acaparar bienes materiales, ostentar poder o perseguir la belleza sino de fuerza de voluntad y mucha práctica. Además, debemos recordar que en ocasiones no perseguimos la felicidad sino el mito de la felicidad, una idea que nos ha transmitido la sociedad.
Alcanzar felicidad
Sin pretender desbancar a Matthieu Ricard te proponemos aprender a ser más feliz, en nuestra escuela de felicidad aprenderás técnicas probadas científicamente que podrás aplicar en tu día a día para aumentar tu nivel de felicidad, provenientes de la psicología positiva y el mindfulness.
REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO