Jugar a videojuegos es una de las principales formas de entretenimiento que utilizan los jóvenes, y no tan jóvenes, dejando de lado otras actividades al aire libre que pueden ayudar a mejorar la salud. Los videojuegos han incrementado su popularidad en los últimos años y los científicos han investigado cuáles son sus efectos en el cerebro y el comportamiento. Las ventas de videojuegos siguen creciendo. En 2016 la industria de los videojuegos vendió mas de 24 millones de unidades. Entre los más vendidos encontramos aquellos en los que el jugador tiene que pelear poniéndose en la piel de un tirador, pudiendo desarrollar comportamientos violentos o agresivos. Durante muchos años se ha pensado que había una relación entre los videojuegos y los comportamientos agresivos que tenían algunos usuarios. Sin embargo, los expertos han llegado a la conclusión de que no hay ningún tipo de unión entre la agresividad de los individuos y los juegos.
Videojuegos y cambios en el cerebro
Cada vez son más las evidencias de que los videojuegos pueden afectar a ciertas partes del cerebro.
Los resultados de 116 estudios científicos publicados en el Frontiers in Human Neuroscience revelan cómo los videojuegos afectan al cerebro y al comportamiento. Si miramos a todas las investigaciones publicadas hasta el día de hoy, los expertos parecen haber observado ciertos patrones comunes a cómo se ve afectada la estructura y la actividad del cerebro. Hasta 100 estudios analizan los cambios en el cerebro y un total de 22 investigaciones apoyan los cambios en la estructura de este.
Generalmente, se cree que jugar a videojuegos de forma continuada puede afectar a la atención. Sin embargo, muchos de los estudios revelan que los jugadores mejoran la atención dividida (ser capaces de estar pendientes de varias cosas a la vez) y la atención sostenida (la concentración en solo un estímulo). Además, las partes del cerebro que intervienen en estos procesos se hacen más eficientes en los jugadores habituales, debido a que requieren menos activación para estar concentrados en sus actividades. Las investigaciones también demuestran que jugar aumenta el tamaño del cerebro y mejora las capacidades de ciertas partes responsables de las habilidades visoespaciales (la capacidad de identificar relaciones visuales y espaciales entre objetos), sobre todo a largo plazo.
Adicción a los videojuegos
Uno de los principales problemas de los videojuegos es la adicción que algunas personas pueden desarrollan hacia ellos. Un fenómeno que altera las funciones y la estructura del cerebro en el sistema neuronal, afectando al aprendizaje, a la sensación de placer y a la motivación. Los cambios que sufre el cerebro como consecuencia de jugar a videojuegos no siempre se reflejan en la vida diaria de los usuarios. Los científicos siguen investigando para intentar identificar qué aspectos afectan al cerebro y en qué medida.
Juegos para entrenar el cerebro, ¿funcionan?
No solo ha crecido la industria de los videojuegos, si no que cada vez son más las empresas que desarrollan aplicaciones para el móvil con juegos que ayudan a mejorar la memoria y la agilidad mental. Recientemente, un estudio de la Florida State University ha revelado que no deberíamos confiar en estas aplicaciones que dicen mejorar la actividad del cerebro con sencillos juegos. Las evidencias de que este tipo de pasatiempos mejoran la calidad de vida de manera significativa son muy escasas según los expertos. Hay un pensamiento general en la sociedad de que pueden ayudar a prevenir la pérdida de memoria o el deterioro cognitivo, aunque no se ha demostrado. Lo que si han podido demostrar es que ayudan a mejorar otras capacidades como el razonamiento o la memoria. A pesar de los beneficios que pueden tener estas actividades, los investigadores mantienen que el ejercicio aeróbico mejora la capacidad cognitiva en mayor medida que los juegos mentales.
Para llevar una vida saludable lo mejor es encontrar el equilibrio entre las distintas actividades que realicemos, ya que cada una de ellas nos aportará cosas diferentes y nos enriquecerán a nivel personal y profesional. ¡Así conseguirás una vida plena!(afemefa.com)
¿Qué pasa con el cerebro si se abusa de los videojuegos?
Son numerosos los estudios científicos, que afirman que, en aquellos jugadores, en los que el tiempo de uso o patrón de uso se convierte en perjudicial, se producen cambios en la función y en la estructura del cerebro. Estudios realizados con resonancia magnética funcional o con morfología basada en vóxel, que son técnicas utilizadas para evaluar la función o actividad, o para observar la anatomía del cerebro, respectivamente, indican alteraciones neuronales en los circuitos fronto-estriatales y fronto-cingulares. La corteza del cíngulo anterior, perteneciente al segundo circuito, se encuentra hiperactivada y presenta un volumen de sustancia gris reducido. Esta región está involucrada en procesos como el craving o deseo de consumo, la regulación emocional o la toma de decisiones. Esto se traduce en que las personas que usan videojuegos de forma perjudicial tienen más ganas de jugar, regulan peor sus emociones y tienen más problemas a la hora de tomar decisiones.
Por otra parte, en investigaciones que estudian la función del sistema de recompensa, hallan hiperactividad en regiones prefrontales laterales. La región prefrontal del cerebro es la encargada de funciones como la flexibilidad cognitiva o el control inhibitorio, que es la función que permite no ejecutar una respuesta por muy automatizada que esté. La explicación posible a ello es que en estas investigaciones se utilizan tareas basadas en la reacción ante estímulos relacionados con los videojuegos. En los jugadores compulsivos, inhibir esas respuestas supone un coste mayor que en jugadores sanos. Esto también se traduce en niveles superiores de impulsividad.
Por el contrario, se encuentra hipoactividad en la ínsula posterior y el giro precentral y postcentral, que son regiones críticas en el funcionamiento sensoriomotor. Esto sugiere que los jugadores están habituados a los estímulos relacionados con los videojuegos y son menos sensibles a la información sensorial y motora asociada. Finalmente, se encuentra una liberación de dopamina en el estriado ventral, que coincide con la provocada por el uso de sustancias. La evidencia señala que la adicción a sustancias y la adicción a los videojuegos tienen un sustrato neurobiológico común. Es por ello, que se realiza una definición clínica de la adicción a los videojuegos.
¿Cómo afectan los videojuegos al cerebro adolescente?
El cerebro adolescente no está exento de alteraciones neurales en relación con el uso y abuso de los videojuegos. Es más, ser adolescente, se sitúa como un factor de riesgo ante el desarrollo de una adicción. La corteza prefrontal, encargada del control inhibitorio, la flexibilidad cognitiva o la toma de decisiones, está aún en proceso de maduración en la etapa de la adolescencia. Por lo que, el consumo de sustancias o jugar de forma compulsiva a videojuegos, interrumpe el normal crecimiento y desarrollo de esa región cerebral entre otras. Otras regiones cerebrales encargadas del comportamiento, las emociones y el aprendizaje también pueden sufrir alteraciones y no desarrollarse adecuadamente, ya que jugar videojuegos activa de forma más notoria zonas del cerebro relacionadas con la visión y el movimiento.
Bien es cierto que un uso moderado de los videojuegos mejora precisamente las habilidades visuoespaciales, la atención dividida, atención sostenida y la velocidad de procesamiento. Sin embargo, un uso problemático puede provocar pérdida de control sobre la conducta, puede provocar abandono de actividades e intereses alternativos y puede acarrear consecuencias negativas, por supuesto, también en los adolescentes. Asimismo, se debe tener en cuenta que aquellos videojuegos con contenidos violentos, pueden generar una conducta más propensa a la agresividad. Ahora bien, los efectos que se producen en el comportamiento y las alteraciones que puedan ocurrir a nivel cerebral, dependen de la naturaleza del videojuego, la exposición al mismo -en horas de juego o edad de inicio- y de las características individuales de cada persona.
Es imprescindible destacar que, si un adolescente juega de forma compulsiva a videojuegos y para a tiempo, las alteraciones cerebrales y conductuales que se producen son reversibles, mientras que las que se presentan en adultos, son irreversibles.(centroaccion.es)
Fuentes
REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO