El sentimiento de vacío causa un gran sufrimiento; es difícil de comprender y de explicar, pero puede abordarse siguiendo algunas pautas que te mostramos a continuación. Es un sentimiento difícil de explicar, pero que se aferra a nuestra alma con fuerza. Una persona puede tenerlo todo y, sin embargo, sentir un profundo hueco en su interior. Sentirse vacío es pensar que nuestra existencia no tiene ningún sentido, a pesar de que nuestro alrededor demuestre todo lo contrario. El vacío es una emoción que hiere nuestra arquitectura emocional y causa heridas que si no curamos a tiempo pueden complicarnos la existencia. Hay personas que intentan llenar ese vacío con amor, con comida, con alcohol, cargando su agenda social, dedicándole más tiempo a sus aficiones o machacándose más de la cuenta en el gimnasio. Se sienten derrotadas, sus fuerzas flaquean y recordar ese “vacío” les causa un inmenso daño. Si tuvieran que elegir un adjetivo para definir el vacío, sería insoportable.
Y es que el vacío es insoportable porque es incomprensible, porque todo nos recuerda que sentimos una necesidad de algo que no somos capaces de determinar.
La dificultad de explicar el vacío
Manifestar esta carencia es tan difícil para quien la siente como para quien es informado de ella. Es un sentimiento que apenas puede explicar quien lo sufre y que por ello es muy difícil de entender para las personas que lo rodean. Los estudios científicos lo vinculan a causas asociadas a la depresión, una desconexión del sistema pre-frontal con el sistema límbico se presenta como la hipótesis neurobiológica. Por otro lado, las personas que presentan depresión y anhedonia son incapaces de percibir los estímulos positivos pero reaccionan en exceso ante los negativos, por lo que la situación se agrava.
Al sentirse vacío, parece como si una serie de emociones negativas decidieran aliarse, coger fuerza y complicar nuestra vida. Aparecen la desmotivación, la desilusión, la insatisfacción, la angustia, el hastío o la tristeza. Y poco a poco a poco consiguen adueñarse de la persona. Además, se evita el compromiso, se pone distancia con las personas del entorno, se elude cualquier tipo de responsabilidad y crece el sentimiento de inseguridad. Un auténtico círculo vicioso del que puede resultar muy difícil escapar.
“Es curioso que la vida, cuanto más vacía, más pesa.”
¿Por qué me siento vacío?
En realidad puede haber muchos motivos detrás de este sentimiento de desmotivación y falta de placer, pero la pérdida es uno de los más comunes. Cuando sufrimos la muerte de un ser querido, una ruptura sentimental o un cambio de trabajo podemos perder al tiempo el interés por la vida. Estas transiciones derrumban nuestra identidad y nos confrontan con la incertidumbre, por lo que se trata de procesos complejos a nivel emocional.
Cualquier persona puede experimentar de forma puntual y temporal este sentimiento de vacío. Sin embargo, si se enquista y perdura en el tiempo podemos estar ante un trastorno psicológico como la distimia o el trastorno límite de personalidad.
¿Es posible dejar de sentirse vacío?
La lucha contra el vacío no es nada fácil. Caer atrapado en sus garras es tener la sensación de que estamos a la deriva, inmersos en un mar de dudas. Uno puede decidir dejarse vencer por este sentimiento o coger las riendas de su destino y luchar contra ese vacío que le angustia.
Aceptar y procesar las emociones
Para ello, hay que comenzar la tarea de conocernos y aceptarnos a nosotros mismos. Hay que bucear en nuestro interior, identificar los factores que provocan ese cúmulo de emociones negativas para ponerles remedio. Exteriorizar lo que sentimos y hablar de lo que nos atormenta es una buena manera de comenzar a sanar nuestras heridas emocionales y dejar de sentirse vacío.
Acompañarse a uno mismo
Aunque sentimos el vacío como la falta de algo externo, en realidad es nuestra propia ausencia la que nos duele, la desconexión de nosotros mismos. Mientras nos distraíamos con el empleo o la relación de pareja no éramos conscientes de cuán alejados estábamos de nosotros; pero, ahora, ha llegado el momento de volver. Así, comienza a pasar tiempo contigo, cuídate, conviértete en tu mejor amigo y mayor animador. Recupera esa conexión con tu ser.
Buscar ayuda
Pide ayuda, no siempre tenemos todas las herramientas que necesitamos para solucionar nuestros problemas. Pedir ayuda no significa ser débil, sino tener la capacidad de darse cuenta que necesitamos a alguien para afrontar nuestro problema.
“La vida exige a todo individuo una contribución y depende sólo de él descubrir en qué consiste.” -Viktor Frankl-
Valorar lo positivo y aprovecha la oportunidad
Valora lo que tienes, no se trata de ser conformista, sino de aceptar la realidad tal y como es. Céntrate en aquello que te hace sentir bien, potencia tus virtudes y trata de no dejarte dominar por tus defectos. Sé consciente de que la perfección no existe y que cada uno de nosotros somos únicos e irrepetibles.
Debes aprender a valorar aquello que hace que te sientas a gusto, aquello que te hace disfrutar y sentirte vivo y lanzarte a por ello, experimenta e investiga todo lo que eres capaz de hacer. Ten presente que este vacío será temporal y asúmelo como una etapa más de tu camino de la que podrás extraer aprendizajes. Tu vida tiene un sentido, aunque haya momentos en los que no alcances a verlo, esta ahí, esperando a que lo descubras.(lamenteesmaravillosa.com)
Fuentes
REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO