Caminar en compañía hace bien y nos ayuda a solucionar los conflictos. Caminar hace bien. De hecho, los efectos de caminar en el cerebro son muy positivos. Una caminata contribuye a recablear el cerebro, curar las penas, aliviar el estrés y mejorar la memoria. De hecho, en el pasado grandes filósofos eran conscientes del poder creativo que tenía caminar, por lo que algunos, como Jean-Jacques Rousseau y Henry David Thoreau, afirmaban que caminar les ayudaba a desarrollar sus pensamientos. Charles Darwin incluso identificó un “camino para pensar”, a lo largo del cual probablemente perfiló su teoría de la evolución. Sin embargo, los beneficios a nivel psicológico de una caminata no se limitan a la estimulación cognitiva y creativa. Investigadores de la Universidad de Columbia también han comprobado que caminar nos ayuda a resolver los conflictos interpersonales y promueve la reconciliación cuando hemos discutido con alguien.
¿Cómo caminar en compañía nos ayuda a resolver los conflictos interpersonales?
Diferentes puntos de vista
Cuando discutimos con una persona y llegamos a una situación de conflicto, a menudo sufrimos una especie de estrechamiento de la visión, es como si dejáramos de tener una perspectiva de 180 grados para desarrollar una visión de túnel mucho más estrecha. A la vez, también disminuye nuestra capacidad creativa para encontrar soluciones porque nos aferramos a nuestro punto de vista desarrollando un pensamiento convergente y rígido.
Sin embargo, estos psicólogos han descubierto que caminar al lado de la persona con quien tenemos el conflicto, en vez de limitarnos a quedarnos sentados a su lado, puede contribuir a encontrar un punto en común y llegar a un acuerdo.
El secreto radica en que la caminata nos ayuda a asumir diferentes puntos de vista y ver la situación desde distintos ángulos, de manera que ambas partes tendrán más probabilidades de abandonar su postura rígida y encontrar puntos en común. Además, caminar estimula el pensamiento divergente, que se halla en la base de la creatividad y la apertura mental y es fundamental para hallar soluciones más creativas que puedan satisfacer a ambos.
Continuo cambio de escena
Caminar mientras se discute sobre un tema reporta otra ventaja inesperada debido al cambio constante de escena. De hecho, en los cursos de negociación se hace hincapié en la importancia de crear espacios de discusión en las situaciones de conflicto en los que las personas implicadas se sientan lo suficientemente libres como para poner en práctica nuevos comportamientos y desarrollar perspectivas diferentes.
De hecho, si lo pensamos bien nos daremos cuenta de que muchos de los conflictos en la pareja, la familia o en el trabajo, se desarrollan casi siempre en los mismos entornos, en ambientes monótonos y repetitivos en los que rara vez existe la posibilidad de cambiar de escena.
Por eso, no es casualidad que se haya comprobado que en los lugares de trabajo donde las personas se mueven con libertad mejora la relación entre los trabajadores y se reduce el sentido de territorialidad. Estas configuraciones de trabajo también promueven el intercambio de información, la creatividad y unas relaciones interpersonales más relajadas. Sin duda, los cambios de escena nos animan a salir de nuestra postura para asumir una perspectiva más abierta.
Sincronizar los pasos
Otra de las ventajas insospechadas de caminar junto a otra persona para resolver un conflicto es que se evita el enfrentamiento cara a cara, que en algunas ocasiones puede contribuir a que se mantenga la situación de oposición, entorpeciendo la comunicación.
A esto se le suma otro beneficio: al caminar tenemos la tendencia inconsciente a sincronizar nuestros pasos con los de la persona que nos acompaña, es lo que en Psicología se conoce como «sincronización interactiva», que también se aprecia en los niños, quienes sincronizan sus movimientos y su estado de ánimo de manera que les resulte más fácil jugar juntos. Este fenómeno no desaparece en la adultez; de hecho, se intensifica cuando existe una conexión afectiva con nuestro interlocutor o este llama poderosamente nuestra atención.
Lo interesante es que la tendencia a coordinar los movimientos también facilita la conexión emocional, por lo que actúa como una especie de «pegamento social» que nos sirve de base para llegar a soluciones y acuerdos.
Por tanto, ahora ya lo sabes: si tienes un conflicto de larga data con una persona, invítala a caminar mientras abordáis el tema. No es una solución milagrosa pero puede ayudaros a encontrar una solución
Fuente
- Webb, C. E.; Rossignac-Milon, M. & Higgins, E.T. (2017) Stepping forward together: Could walking facilitate interpersonal conflict resolution? Am Psychol; 72(4): 374-385.
REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO