Las madres a tiempo completo realizan una increíble labor, pero a veces acaban olvidándose de ellas mismas. Las preocupaciones, múltiples tareas, la falta de descanso y mantener la atención en varias cosas a la vez, pueden influir en su salud emocional. Gozar de buena salud no se trata solamente de la ausencia de enfermedades, pues de acuerdo con el concepto difundido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), estar sano se trata de poseer bienestar biológico, psicológico y social. No importa qué tan pequeño sea tu hijo, si no tienes tú primero la máscara de oxígeno no podrás ayudarlo. A veces parece un tanto egoísta, pero ya sabrás de sobra que nadie que carezca de bienestar puede ayudar a otro. Por eso es fundamental que te mantengas saludable. Por esta razón, quiero hablarte de 10 hábitos saludables que ayudarán a cualquier madre, sobre todo a las de tiempo completo, a mantener un estilo de vida consistente para ellas y para su familia. Pero antes, debo resaltar que muchas veces sentirás que es difícil llevarlos a cabo, ya que pueden surgir muchos imprevistos que te tienten a tirar por la borda aquello que con antelación habías planificado. Por este motivo, debes ser flexible e ir cambiando viejas costumbres por estos hábitos que mencionaré a continuación, uno a uno, con el propósito de cuidarte poco a poco.
Reserva tiempo para ti misma: para cuidartey prestarte atención. Una buena opción es levantarte más temprano por la mañana, mientras los demás duermen y así poder disfrutar de algunos minutos para ti. Ya sea para organizar tu agenda, hacer ejercicio, leer un libro, darte un baño relajante o desayunar tranquilamente. Lo importante es disfrutar haciendo lo que te gusta, sobre todo si es que a otras horas del día te resulta imposible.
Haz del ejercicio una prioridad: ya sea que vayas al gimnasio o simplemente incorpores divertidas actividades físicas con tus hijos, los ejercicios deben ser una de tus prioridades diarias debido a sus beneficios para la salud y efectos calmantes sobre el cuerpo y la mente, más que los efectos físicos de la apariencia externa.
Según la Asociación Americana de Psicología, los ejercicios tienen la capacidad de incrementar nuestro estado de ánimo a los cinco minutos de realizada la actividad, y asimismo estudios muestran que el ejercicio nos permite liberar serotonina, un químico en el cerebro que está relacionado a los estados de ánimo y disminuye la depresión y ansiedad.
Las madres que se ejercitan por lo menos cuatro o cinco veces a la semana, consideran esta actividad una terapia, o incluso una forma de meditación y refieren que pasar días seguidos sin hacerlo, tiene un gran efecto en su estado de ánimo, poniéndolas irritables y con más estrés de lo normal.
Brinda tiempo de calidad a tus hijos: aunque pases la mayor parte del tiempo con tus hijos físicamente, es muy probable que el tiempo que les dediques no sea de calidad. Deja de lado otras tareas domésticas, siéntate con ellos, jueguen, conversen, cuenten chistes, ríanse, hagan tonterías; esto te beneficiará tanto a ti como a tus pequeños. Gracias a ello reforzarás el vínculo y serás capaz de conectar con esta niña que algún día fuiste.
Planifica tus comidas: ya que además de garantizar la creación y el mantenimiento de un presupuesto exacto, tus objetivos nutricionales diarios irán de acuerdo con la cantidad adecuada de vegetales, frutas, granos, proteínas y lácteos. Quienes convierten en una prioridad la salud, saben que alimentar nuestros cuerpos con la comida adecuada es la mejor forma de mantener una salud óptima. Al comer menos alimentos altos en calorías, sodio y grasas y preparar alimentos saludables, seguramente sabes que estarás alimentando a tu familia sanamente.
Disfruta ¡sin hijos!: quedando con tus amigas o yendo a cenar con tu pareja. Tener hijos no implica hacerlo todo con ellos. El pensar así puede desgastar las relaciones de amistad y la relación con la pareja. Como adulto, debes disponer de tiempo no sólo para tu familia, sino también para todas nuestras relaciones. Por eso, organizarte es tan importante, para lograr establecer un equilibro.
Evita querer hacerlo todo: en la mayoría de las madres habita un gran sentido de responsabilidad del que les resulta muy difícil escapar. Y uno de los motivos por el que las madres, sobre todo a tiempo completo, intentan abarcar muchas cosas, evitando así tener tiempo para sí mismas, es porque se sienten culpables.
La sociedad deja muy claro cómo debe ser y actuar una madre y esa presión está muy presente. No obstante, no existe la madre perfecta y pensar en una misma para disfrutar de un tiempo sin hijos o para cuidarse no es ser egoísta. Ser consciente de ello te permitirá sentirte mucho mejor y gozar de un mayor bienestar emocional. Mi consejo, delega algunas tareas y responsabilidades.
Duerme bien: Esto es un hábito muy difícil para las madres primerizas, para las madres de bebés e incluso para aquellas con niños pequeños, pues sabemos cuán apreciado es para ellas el sueño; pero aquellas que llevan un estilo de vida sano y saludable comprenden que su cuerpo no funciona como debe a menos que descanse por completo. La pérdida de sueño puede ocasionarte malos hábitos de alimentación, aumento de peso, fatiga durante el día y aumento del estrés, entre otros efectos secundarios. Obtén por lo menos de 6 a 8 horas diarias de sueño, y éstas pueden ser suficientes para energizar tu cuerpo y cerebro durante el día. Debes ir a la cama temprano o programar pequeños descansos durante la hora de siesta de tus hijos para un rápido reposo.
Leer, ten un hobbie, sigue aprendiendo: por ejemplo aprendiendo nuevas formas de enriquecer tu vida. No acabes apartando tus aspiraciones y metas personales para dedicarte plenamente a tus hijos. Aquí también puedes conseguir un equilibrio.
Levántate antes que todos para meditar y pensar positivamente: Ya sea sentarte en silencio con tus pensamientos, leer un buen libro, rezar, meditar o recitar algunos pensamientos positivos sobre lo que te espera del día. Toma un momento para dejar de lado el estrés, ansiedad o cualquier pensamiento que recorra por tu mente y simplemente disfruta el momento. Todos sabemos que una vez que los niños despierten, surge el caos, a pesar de que este caos lo produzcan nuestras pequeñas personas favoritas.
Crea una rutina: Crea una rutina diaria y semanal y asegura el cumplimiento diario de cada prioridad, como el entrenamiento físico. Tantos los niños como los adultos prosperan debido a la consistencia. Por ejemplo, mantener una rutina que permita a tus hijos saber lo que van a hacer y qué esperar de ello evita que se comporten mal. Saber lo que nos espera cada día es una motivación que nos permite levantarnos y ponernos en movimiento, lo que incrementa las probabilidades de que seamos más productivos. Las madres que llevan un estilo de vida sano, saben que el verdadero secreto para lograrlo consiste en crear un horario estructurado para ellas y sus familias.
Referencias
REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO