Una nueva forma de hacer psicología



Antonio Araguz: “La creatividad es una cualidad que poseen todas las personas, pero muy pocas la desarrollan plenamente de forma eficiente”

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Licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de Valladolid y Doctor cum laude en Medicina y Cirugía por la Universidad de Alcalá de Henares. Especialista en Neurología, Diplomado en Medicina Aeronáutica y Aeroespacial (Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial, CIMA) y Máster en Astronomía y Astrofísica por la Universidad Tecnológica Euroinnova Business School. Ha sido Jefe de Servicio de Neurología del Hospital Central de la Defensa, y Director de Acción Sanitaria del Ejército del Aire. Actualmente ejerce su actividad asistencial, docente e investigadora en la Unidad de Ciencias Neurológicas de Madrid y es Director Médico del Proyecto Europeo Moonwalk (European Space Agency y Centro de Astrobiología del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial), para la programación de futuros viajes espaciales tripulados a Marte. Ha sido profesor asociado de Ciencias de la Salud en las Universidades Complutense, San Pablo-CEU y de Alcalá de Henares, y actualmente es Profesor de Psicología en las Universidades Autónoma y de Comillas de Madrid, y Director del Máster de Neurología de la Universidad Internacional TECHtitute.

¿Qué es la creatividad?

La creatividad es una de las altas capacidades del cerebro humano, junto con la inteligencia y el rendimiento experto o expertise, que hace posible el logro de encontrar soluciones eficientes e innovadoras ante nuevos retos. En su grado más notable se manifiesta en forma de destellos intuitivos repentinos (insight) llamados por Martin Gardner «momentos ¡ajá!» en EE. UU. (o el ¡Eureka!, de Arquímedes en Europa). En su forma más elevada se manifiesta en la creación artística y en la apreciación cerebral del componente estético, motivo de estudio de la moderna rama de la neurociencia conocida como Neuroestética.

Aunque aún queda mucho por descubrir, la reciente investigación neurobiológica está comenzando a comprender cuáles son las bases neurales de la creatividad, así como su sentido evolutivo en la especie humana.

El funcionamiento preconsciente de nuestro cerebro y la activación o inhibición de algunas áreas corticales concretas, como la corteza prefrontal, parecen tener un papel relevante en este recurso que ha permitido la adaptación de los homininos (homínidos con deambulación bípeda), y especialmente del Homo sapiens, a los caóticos cambios del entorno hasta convertirnos en la especie más invasora del planeta.

Las modernas técnicas de neuroimagen funcional y el estudio de algunos procesos neurológicos que potencian o modulan la creatividad están dando resultados sorprendentes que ayudan a entender cada vez más esta compleja capacidad humana.

¿Podría la creatividad influir o condicionar el desarrollo de enfermedades actuando como un factor de protección o riesgo?

Si asumimos que en la llamada «facilitación funcional paradójica» los mecanismos inhibidores y excitadores interactúan en compleja armonía en el cerebro sano, si desaparecen algunas de las funciones inhibitorias de un hemisferio tras una lesión se puede apreciar una mejora de ciertas funciones del otro. Es evidente que las bases neuronales de la creatividad pueden manipularse para mejorar el rendimiento de algunas capacidades cognitivas. No creo que esto implique ningún tipo de riesgo ya que se trata de aproximaciones no invasivas.

A la hora de resolver un problema, el cerebro utiliza diferentes procedimientos para encontrar una solución. Los métodos algorítmicos (estrategia que sigue unos pasos bien definidos) y heurísticos (reglas empíricas que se han ido desarrollando a partir de la experiencia en la resolución de problemas) son los más utilizados, pero también puede recurrirse a estrategias menos formales, como potenciar la creatividad.

La creatividad es una cualidad que poseen todas las personas, pero muy pocas la desarrollan plenamente de forma eficiente. Dado que esta habilidad no es estática puede potenciarse y entrenarse a través de ciertos procedimientos como pensar en voz alta, escribir en un papel todas las ideas que surjan, utilizar analogías, etc.

¿La creatividad es propia de la especie humana, o aparece también en otras especies?

Hasta cierto punto, todas las especies son «creativas» para adaptarse aunque sea a golpe de mutaciones a los cambios aleatorios (caóticos) que implica la presión evolutiva propia de la Selección Natural con descendencia.

Los primates somos la especie más creativa, pero hemos evolucionado sobre el planeta Tierra durante unos 30 millones de años, con más de 6 millones de años de historia de evolución humana desde que nos separamos de la rama chimpancé, la especie más próxima con la que compartimos casi el 99 % de los genes. Nuestro pasado evolutivo es complejo, pero ciertamente ha conducido a nuestro éxito actual. En la naturaleza nada es gratuito y es difícil saber cuáles son las auténticas raíces de la creatividad humana, cuyo origen es multicausal, y qué nos queda todavía por aprender y lo que nos depara el futuro.

Una de las principales lecciones de nuestra evolución es que careció realmente de dirección y su comienzo fue más bien insignificante, como también fue complicada su continuación. Si no se hubieran dado cambios importantes en nuestro planeta tras un suceso catastrófico aleatorio (impacto de un cometa) hace unos 65 millones de años junto con un gran componente de suerte y casualidad más que causalidad, la irradiación de los reptiles no se habría interrumpido, la gran colonización de nuestros antepasados mamíferos no habría comenzado y no existiríamos nosotros.

La historia de las grandes extinciones es recurrente e imprevisible en la historia geológica de la Tierra, incluso nuestra propia autoextinción o autoaniquilación es indudable. Es seguro que seguirán apareciendo extinciones de causa natural, por lo que está claro que no estaremos aquí para siempre, salvo que nuestra creatividad nos permita viajar a las estrellas para encontrar nuevos hábitats. Nuestras oportunidades de sobrevivir a los sucesos naturales no predecibles, parecen pues descansar en parte sobre nuestras propias acciones.

¿Dónde reside la creatividad humana, y qué mecanismos la explican?

Dr. Martín Araguz: Se tiende a pensar que la creatividad, al igual que la consciencia, son productos emergentes de la complejidad de nuestro cerebro y, ciertamente, parece haber estructuras neuronales que tendrían un papel relevante en la emergencia de estas capacidades en los humanos, así como estructuras y sistemas neurales altamente especializados (espinas dendríticas, neuronas de von Economo, sistemas de neuronas espejo, redes neurales, neuroplasticidad sináptica) que participan en la empatía, memoria,capacidad de imitación y aprendizaje en los primates, cuyo papel en la creatividad y en entendimiento estético parece ser trascendental. Pero estas estructuras no son exclusivas de la especie humana. Otro asunto es la enorme complejidad del conectoma cerebral humano, que actualmente se está investigando.

El tema es, pues, mucho más complejo. La creatividad tiene un origen preconsciente, como se ha visto en muchos experimentos, y parece que el lóbulo prefrontal tiene un papel transcendental en ello, pero con una función más bien inhibidora (racional) sobre el componente más emocional. La inhibición de la estimulación frontal sobre otras áreas cerebrales puede modular la creatividad de forma negativa. El bloqueo prefrontal con pulsos magnéticos transcraneales produce aumentos transitorios de la habilidad creativa.

No hay que olvidar que hace dos millones de años había al menos cuatro especies de tipo humano viviendo en África, otra en Europa y otra al este de Asia (al menos seis especies distintas). Hoy estamos solos, lo cual es tan preocupante como muy inusual para una especie hominina. Desde esta perspectiva, lo más fácil es imaginar que estábamos predestinados a subsistir y que nuestras cualidades eran las que se requerían para el éxito evolutivo con el arma poderosa de la inteligencia y la creatividad, pero esta explicación cómoda no tiene por qué ser la correcta. Estamos justamente orgullosos y presumimos de nuestros grandes cerebros, pero no debemos olvidar que los neandertales los tenían incluso de mayor tamaño, también eran creativos y tenían un marcado entendimiento estético y espiritual, pero ahora somos nosotros y no ellos los que estamos aquí.

Si los sucesos acaecidos en la Edad de Hielo se hubieran desarrollado de forma ligeramente distinta, quizás nuestra especie jamás hubiera salido del África ancestral y los neandertales finalmente habrían sido los que hubieran conquistado el planeta y hubieran llegado a la Luna.

¿Qué relación existe entre creatividad y expresión artística? ¿Se puede ser creativo sin ser artista y, viceversa, se puede ser artista sin ser creativo?

La capacidad estética y la expresión artística, formas supremas de creatividad, no son solo humanas, como he dicho antes, sino propias del género Homo y aparentemente ausentes en otros géneros del linaje humano, si bien siempre bajo nuestro punto de vista antropocéntrico: nos creemos la especie más inteligente, pero esto no tiene que ser necesariamente así. Tener miles de bombas atómicas acumuladas, depósitos de virus incontrolables e incontrolados y otras armas de destrucción masiva para aniquilar varias veces a la población mundial no es precisamente un buen marcador de inteligencia.

El análisis del proceso estético y del arte constituyen el nivel más alto de complejidad neural para tratar de explicar la emergencia de esta alta capacidad de nuestra saga. En este sentido, somos la única especie que puede procesar el sentimiento estético, crear arte tal como lo definimos los humanos y obtener sentido y placer en ello.

Sin embargo, necesitamos tener en cuenta nuestro marcado componente social como primates, nuestra memoria cultural acumulativa (cultura) como Homo y nuestra capacidad de colaborar para conseguir altos objetivos como sapiens. La mezcla aleatoria de todos estos factores, asociados a una gran dosis de suerte a lo largo de nuestra evolución mediante una integración de múltiples procesos componentes, justifica la emergencia de la creatividad dentro de la complejidad de la actividad neural de nuestro cerebro.

¿La persona creativa nace, o se hace?

En principio todos somos creativos en mayor o menor medida y algunas personas pueden modular más eficientemente su capacidad creativa, pero lo cierto es que si uno se duerme «rumiando» un problema que parece irresoluble, es posible que te despiertes con un atisbo de solución creativa, que aparece durante el sueño, o sea, en el nivel preconsciente.

Hay dos formas no excluyentes de encontrar solución a los problemas: la creativa y la metódica. Parece haber dos clases de individuos en los que predomina una de las dos: hay individuos interesantes que nacen con esta capacidad, pero la mayoría de las personas somos aburridos, más bien metódicos y rutinarios en nuestra forma de pensamiento.

Todos tenemos en mente el prototipo del sabio creativo o genio despistado, desaliñado y a veces con dificultades para las relaciones sociales, para hablar o incluso con bajo rendimiento escolar según los estándares comunes. O sea, el genio nace y probablemente también el auténtico creativo, pero la expertise ayuda. Ciertamente, también se hace: el mejor conocimiento del problema ayuda a encontrar la solución mas eficiente y creativa.

El proceso creativo puede diferenciarse en cuatro pasos: (1) predisposición: personalidad especialmente creativa, (2) periodo de preparación consciente o inconsciente de un problema, (3) momentos iniciales de creatividad y, (4) realización de la idea creativa.

También el ámbito cultural y el campo social donde se desarrollan las ideas son importantes: las personas e instituciones de amplias miras que dan lugar a escuelas de pensamiento y permiten el acceso a experiencias educativas adecuadas dan más oportunidades para actuar potenciando la creatividad personal.




¿En qué medida las enfermedades cerebrales en general, y las neurodegenerativas en particular, influyen o afectan a la creatividad?

La desinhibición del hemisferio derecho tras una lesión del izquierdo a veces mejora las capacidades creativas de algunos pacientes neurológicos. Esto se conoce como «facilitación funcional paradójica». Los mecanismos inhibidores y excitadores interactúan en compleja armonía en el cerebro sano y, cuando desaparecen algunas de las funciones inhibitorias de un hemisferio tras una lesión, se puede apreciar una mejora de ciertas funciones del otro.

Las enfermedades son como experimentos de la naturaleza cuyo estudio puede aportar muchos datos sobre las actividades neurobiológicas básicas que alteran. Desde hace años, los neurólogos hemos ido aprendiendo cómo afectan las lesiones cerebrales a los procesos neurológicos y mentales, y se han logrado hallazgos sorprendentes sobre la naturaleza de la creatividad estudiando a personas con un talento asombroso a pesar de tener lesiones cerebrales innatas o adquiridas. Aunque es importante dejar claro que no es exactamente lo mismo talento que creatividad, estos estudios demuestran que la lesión de algunas zonas del cerebro puede liberar el potencial creativo de los pacientes.

Esta entrevista fue proporcionada por Hipocampo.org: hipocampo.org

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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