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Según estudio a los 30 años las mujeres tienen hijos más inteligentes

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A medida que más se avanza en el calendario, mayor es el riesgo que corre la mujer al quedarse embarazada. Tener un embarazo a los 40 años hace que las mujeres sean más propensas a la obesidad, la diabetes gestacional y la hipertensión. Los bebés también corren un riesgo mayor de padecer síndrome de Down y autismo, entre otros problemas. Sin embargo, un estudio realizado en la London School of Economics concluyó que las mujeres que dan a luz durante los 30 años, tienen bebés más inteligentes que los nacidos de madres de 20 años. Estos investigadores dieron seguimiento a 8.000 niños británicos, para analizar el impacto de la edad de la madre en el momento del embarazo. Encontraron que los hijos de las mujeres que dieron a luz en sus 30 años alcanzaban mejores resultados en las pruebas cognitivas que aquellos cuyas madres tenían 20 o 40 años.

A los 30 años la vida es más tranquila, estable y saludable

Los investigadores realizaron un perfil de la mujer que se convierte en madre a los 30 años. Suelen tener un mayor nivel educativo, cuidan más su salud, tienen una situación emocional y económica más estable y normalmente tienen embarazos planificados. En resumen, muchas de ellas están atravesando por un período de plenitud personal y profesional, por lo que no es extraño que este se refleje en sus hijos, quienes no solo presentaban un mayor desarrollo cognitivo sino además un mayor nivel de bienestar psicológico.

Vale aclarar que la inteligencia infantil, entendida únicamente en términos de cociente intelectual, depende de numerosos factores, entre ellos la estimulación que encuentra el niño en su entorno. De hecho, estos investigadores descubrieron que las madres de más de 40 años no dedicaban mucho tiempo a jugar con sus hijos.

A los 30 años, las mujeres están preparadas desde el punto de vista psicológico, social y físico para dar lo mejor de sí a sus hijos, pueden dedicarle más tiempo a la estimulación temprana y establecer un vínculo afectivo más relajado ya que normalmente cuentan con el apoyo de su pareja y no tienen tantas presiones económicas.

Los investigadores también profundizaron en la otra cara de la moneda: muchas de las mujeres que se convirtieron en madres a los 20 años tuvieron embarazos no planificados y reportaron un nivel de estrés mayor, debido, entre otros factores, a que aún no había consolidado su relación de pareja, algunas aún debían terminar sus estudios y otras veían su carrera profesional truncada apenas iniciada. Serpeloni, F. et. Al. (2017)

El estrés materno afecta a los bebés desde que están en el vientre

Es probable que el estrés al que se exponen las madres demasiado jóvenes o aquellas de mayor edad, juegue en contra de sus hijos. Un estudio llevado a cabo en el Imperial College London desveló que el estrés que experimentan las madres durante el embarazo puede afectar a sus bebés a partir de la semana 17 de la concepción.

Estos investigadores analizaron el nivel de cortisol, la hormona del estrés, en 267 mujeres embarazadas, además de tomar muestras del líquido amniótico. Apreciaron que el cortisol materno también se encontraba en el líquido amniótico, una correlación que era aún mayor mientras más avanzada era la edad de la madre. Es decir, a medida que se avanza en el calendario, más afecta el estrés materno al bebé.

También se conoce que el estrés materno afecta el desarrollo cerebral, disminuyendo el CI de los niños. Estos científicos realizaron otro estudio en el que evaluaron la inteligencia de 100 niños y descubrieron que, en los casos en los que las madres habían sufrido un gran estrés durante el embarazo, el CI era 10 puntos más bajo. Goisis, A. (2015)

Estos resultados han sido validados por investigadores de la Universidad de Konstanz, quienes confirman que el estrés materno causa cambios biológicos que se pueden apreciar incluso en la adolescencia. Los hijos de las mujeres que habían estado sometidas a un gran estrés durante el embarazo, mostraron cambios en el receptor de glucocorticoides (GR), el gen que regula la respuesta hormonal ante el estrés y que normalmente se desarrolla mientras los bebés están en el vientre materno.

Los neurocientíficos creen que el estrés materno y la exposición al cortisol inciden sobre la manifestación de este gen, determinando la respuesta de los hijos ante el estrés. De hecho, se comprobó que esos adolescentes eran más impulsivos y tenían una Inteligencia Emocional menor. En práctica, es como si recibieran la señal de que el mundo es un sitio hostil, lo cual los hace más sensibles al estrés.

¿Cuál es la edad ideal para tener un bebé?

Es difícil hablar de una «edad ideal» porque cada mujer es única. Desde el punto de vista fisiológico, la etapa ideal sería entre los 20 y 25 años ya que se alcanza el pico máximo de fertilidad, la mujer tiene más energía y está en excelente forma física. Sin embargo, desde el punto de vista social y psicológico, la mayoría de las mujeres se sienten preparadas para tener un hijo a partir de los 30 años.

A partir de los 40 años se produce un descenso brusco de la fertilidad, y comienzan a aparecer algunos problemas de salud, unido a una disminución de la energía. No obstante, cada mujer debe encontrar su mejor momento, el momento en el que se siente lo suficientemente segura como para dar un paso que le hace mucha ilusión. Después de todo, no debemos olvidar que muchos de los problemas causados por la falta de experiencia o por cualquier otra condición se resuelven con mucho amor. Michael, T. et. Al. (2009)

Fuentes:

  • Serpeloni, F. et. Al. (2017) Grandmaternal stress during pregnancy and DNA methylation of the third generation: an epigenome-wide association study. Translational Psychiatry; 17(8): e1202.
  • Goisis, A. (2015) How Are Children of Older Mothers Doing? Evidence from the United Kingdom. Biodemography and Social Biology; 61(3): 231-251.
  • Michael, T. et. Al. (2009) Impact of Maternal Stress, Depression & Anxiety on Fetal Neurobehavioral Development. Clin Obstet Gynecol; 52(3): 425–440.
  • rinconpsicologia.com

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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