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¿Qué es la Disociación? Causas, síntomas y tratamiento

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La disociación puede afectar a la memoria o a la percepción de la realidad y puede ser un acto puntual, que entra dentro de la normalidad, o un trastorno emocional que requiere de un tratamiento especializado. Las personas podemos perder la noción del tiempo y el espacio sobre nuestro entorno de manera normal. Por ejemplo, cuando estamos conduciendo y estamos tan abstraídos en nuestros pensamientos que cuando recuperamos la percepción de la realidad no recordamos los últimos kilómetros. Esta disociación es normal y suele sucedernos a todas las personas en distintos momentos de nuestra vida. ¿Quién no se ha evadido mentalmente durante una clase aburrida o de una conversación durante un breve periodo de tiempo? Todos hemos sentido alguna vez esa sensación de disociación.

El problema es cuando la disociación se debe a un proceso emocional y se puede llegar a convertir en un trastorno. Para una disociación emocional es cuando realmente tenemos que pedir ayuda a un profesional de la psicología o de la psiquiatría como los especialistas en disociación de nuestro directorio. Así pues, veamos qué es disociación también conocida como despersonalización, cuáles son los diferentes tipos de los leves a los más severos, los síntomas más comunes, sus causas y su tratamiento.

¿Qué es disociación?

La disociación es la desconexión entre pensamientos, entornos, emociones e identidad que padecen algunas personas. Hay diferentes grados pero la definición de disociación es el distanciamiento de la realidad. ¿Cómo sabemos que nuestra disociación no está dentro de la normalidad? Como hemos comentado, evadirse de manera puntual de la realidad que nos rodea es, hasta cierto punto, normal. Ahora bien, hay casos en los que esta disociación se torna en un problema y tiene que intervenir el psicólogo. No obstante, ante cualquier duda mejor acudir a un profesional para buscar posibles soluciones.

La disociación de la que hablábamos antes y que no representa ninguna patología se considera una abstracción hipnótica y viene a ser algo parecido a como cuando soñamos despiertos. Existen otros casos de estado disociativo considerados considerados leves en los que la disociación de la personalidad actúa como mecanismo de adaptación ante una situación adversa o de incomodidad como en casos de conflicto y también como mecanismo de defensa para sobrellevar el estrés. Los grados más severos de la disociación en psicología o psiquiatría puede sobrevenir como respuesta a un trauma y es cuando la persona no discierne si lo que está viviendo es real o fantasía y se produce una desconexión cuerpo mente. En este caso, el desorden disociativo puede llegar a convertirse en una patología que corresponde a los trastornos disociativos como el trastorno de despersonalización, el trastorno de identidad disociativo (antes llamado trastorno de personalidad múltiple) o la fuga disociativa.

Causas de la disociación

Actualmente, la mayoría de los investigadores coinciden en que las causas de la disociación no se encuentran en que sea un trastorno hereditario, sino que en la disociación influyen causas biológicas, sociales o familiares, como situaciones de abuso, malos tratos, experiencias traumáticas, etc. Este mecanismo de disociación o despersonalización se activa cuando no hay salida sobre lo que está ocurriendo, llegando hasta la parálisis física, emocional e incluso la pérdida de memoria. Por eso, en caso de violaciones, abusos y violencia, es muy habitual que las víctimas al principio no muestren ninguna emoción y que no recuerden los hechos con claridad. Así pues, la estado disociativo aparece como respuesta al estrés postraumático y permite que la persona que lo sufre tenga los recuerdos difíciles dormidos o ausentes.

Síntomas del trastorno disociativo

Los síntomas de la disociación más severa o del trastorno disociativo emergen tras una situación en la que se sufre un gran golpe emocional y dependen del tipo de trastorno y de su gravedad. En líneas generales pueden ser los siguientes y pueden tener una duración puntual, transitoria o crónica:

Fallos en la memoria

Pérdida de memoria o lagunas mentales puntuales respecto al trauma o hechos acaecidos. Es relativamente normal que cuando sufrimos, nos olvidemos de los detalles que nos han causado ese sufrimiento. De este modo, cuando se sufre un episodio disociativo, las personas pueden llegar a olvidar completamente aquello que ha sucedido.

Confusión

Sentido confuso de la propia identidad, de dónde se está, de quiénes son las personas que le rodean… La despersonalidad o ansiedad causada por la crisis disociativa pueden llegar a causar una gran confusión en la persona que lo padece.

Desconexión con la realidad

Anestesia emocional o sensación de tener separado el cuerpo de la mente y los recuerdos con una completa sensación de bloqueo para no sentir. Dependiendo del grado de disociación las personas pueden llegar a sentirse completamente ajenas a la realidad que los envuelve.

Estrés y ansiedad

Estrés, ataques de pánico, ansiedad e incapacidad de continuar con las relaciones sociales y laborales con normalidad. El trastorno de despersonalización puede llegar a conducir incluso a una depresión a causa de todos estos efectos.

Pesadillas e insomnio

Pesadillas recurrentes e insomnio. Incluso se puede llegar a somatizar enfermedades como vía de escape del estrés y trauma sufrido. Estos síntomas disociativos pueden llegar a desarrollar algunas enfermedades físicas que causen estragos en la persona que lo padece.

Alteración o confusión de la identidad

En muchas ocasiones las personas sienten cierta desconexión emocional ante si mismas y acaban teniendo confusiones alrededor de su propia identidad. A veces el desorden disociativo puede llegar a alterar la percepción que tenemos sobre nosotros mismos. Estos son algunos de los síntomas disociativos más comunes. Si te sientes identificado con este trastorno psicológico es vital intentar abordar esta problemática a través de la ayuda de un psicólogo profesional.

Tipos de trastornos disociativos

Cuando estos síntomas no se tratan correctamente y se alargan en el tiempo pueden dar lugar a trastornos disociativos más importantes, como los definidos en el Manual diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-IV) de la American Psychiatric Association, que detallamos a continuación.

Trastorno de despersonalización o desrealización

El trastorno de despersonalización es la percepción de estar fuera de nuestro propio cuerpo, observando las acciones y pensamientos como viendo una película, es la impresión de estar fuera del cuerpo físico. Lo que se conoce como desrealización o crisis disociativa es un trastorno disociativo que también añade la sensación de que el mundo es irreal, y se pueden sufrir ambas a la vez o por separado. El fenómeno de la despersonalización es habitual en situaciones de estrés postraumático, pero debe ser tratado cuando interfiere en el correcto desarrollo de las habilidades sociales y diarias que marcan nuestra vida.

Trastorno de identidad disociativo

El trastorno de identidad disociativo también era conocido anteriormente como trastorno de personalidad múltiple y se caracteriza porque la persona tiene dos (o más) personalidades diferentes que va alternando. Cada una de ellas tiene diferentes patrones de comportamiento y actitudes y este trastorno de identidad disociativo se relaciona también con el trastorno de estrés postraumático y va unido a la pérdida de memoria o amnesia disociativa. Al tener una identidad disociativa la persona alterna sus personalidades dependiendo del estado emocional o las situaciones a las que se afronta.

Amnesia disociativa

Al sufrir un fuerte trauma emocional se puede padecer amnesia disociativa, que puede variar entre pérdida de la identidad personal, las relaciones, las personas y los recuerdos y la pérdida de memoria de un periodo de espacio temporal muy concreto. A veces esta amnesia puede provocar fuga disociativa. Este trastorno disociativo puede mostrarse cuando se indaga ante el problema que ha causado un tipo de ‘anestesia emocional’ para intentar lidiar con una mala experiencia.

Fuga disociativa

La fuga disociativa en psicología representa un traslado o viaje físico hacia otros lugares alejados de su ámbito sin recordar nada sobre su pasado ni sobre quien es, incluye por tanto un estado de amnesia que puede durar un breve periodo o prolongarse en el tiempo. Incluso puede provocar la creación de una nueva identidad en ese nuevo medio. Cada uno de estos trastornos disociativos pueden presentarse con un grado de disocociación diferente. Ante cada uno de ellos se debe actuar de una manera específica. Por ello, cada crisis disociativa debe ser tratada por un psicólogo profesional.

Tratamiento

El tratamiento de la disociación y de los trastornos disociativos, según los expertos en psicología, pasan por integrar al cuerpo como parte protagonista que ha experimentado la experiencia traumática. La intervención del psicoterapeuta debe consistir, por tanto, en establecer un vínculo con el paciente para saber qué ocurrió y cómo fue la experiencia que ha causado la disociación, facilitando siempre el diálogo y la aceptación de su consideración como víctima de algo. Asimismo, el especialista analizará la situación que ha conducido al problema o el marco ambiental en el que se ha producido la misma con el objetivo de conocer la intensidad del problema y tratar de establecer el mejor modo de afrontarla.

¿Cómo afrontar la disociación?

Para poder abordar cada uno de los síntomas disociativos es esencial aprender a desconectar la mente ante este embotamiento emocional. Según los expertos, podemos afrontar un episodio disociativo a través de los siguientes consejos.

Mantener un diario

Al tener un diario y apuntar nuestros recuerdos podemos llegar a comprender el por qué de un desconexión emocional o mental. Además a través de la escritura podemos entrenar a nuestra memoria para dejar de lado esta disociación de la personalidad.

Usa la visualización

La visualización es una técnica con la que se utiliza la imaginación para crear escenas o entornos internos que te pueden llegar a ayudar a mantenerte seguro ante ciertos momentos difíciles. De esta forma, ante un trastorno disociativo se puede utilizar este método para paliar los síntomas asociados a ello.

Mindfulness

Estar en el presente y disfrutar del aquí y el ahora puede ser una buena estrategia para abordar la desconexión mental que va ligado a los trastornos disociativos. En estos casos la meditación, las técnicas de relajación y actividades como el yoga pueden ayudarte a abordar una crisis disociativa.

Traza un plan ante un episodio disociativo

Si conoces los momentos en los que te sucede un episodio disociativo, puedes llegar a predecir cómo te puedes comportar en estos instantes. Entonces, en vez de imaginarte cómo pasará, visualiza cómo realmente quieres afrontar estos instantes. Traza un plan ante la falta de sentimientos o trata de desconectar la mente cuando sientas que estés a punto de sufrir una de estas crisis.

Cuídate por dentro y por fuera

El bienestar físico y mental va de la mano de la buena alimentación, con practicar un deporte y con tener buenos hábitos en tu vida. De esta forma, para abordar cualquier trastorno psicológico será esencial cuidarte en estos aspectos. Ante un trastorno disociativo o en la disociación, siempre hay que prestar atención a que la superación pasa por la aceptación de la experiencia y por el establecimiento de pautas que ayuden a integrarla como parte de la identidad personal del sujeto. De esta forma se puede superar la disociación.(mundopsicologos.com)

La disociación es una falta de conexión emocional

Desde un punto de vista más técnico, la disociación puede ser descrita como una falta de conexión emocional. Cuando se produce, el funcionamiento cerebral  reacciona desconectando el córtex anterior, lo que impide que las personas logren regular conscientemente su comportamiento. Asimismo, la amígdala pone en marcha la producción de cortisol, una hormona encargada de inhibir el funcionamiento del hipocampo. Si el hipocampo no funciona correctamente, las personas no son capaces de ubicar las experiencias en su historia vital y de darles un significado.

Por otro lado, también comienzan a producirse opioides, unos neurotransmisores con la capacidad de reducir el dolor emocional y físico, actuando como analgésicos naturales. Todos estos procesos son los responsables de la falta de conexión emocional presente en las crisis disociativas y explican por qué en algunas situaciones críticas la persona no muestra expresiones de dolor y tiene dificultad para recordar lo ocurrido.

¿Por qué una persona puede llegar a disociarse? Caso de ejemplo

Un ejemplo que suele ser utilizado para explicar cómo se puede disociar una persona es el de “La manada”. Se trata de una chica que, al ser víctima de una violación en grupo, donde claramente se ve superada por el número de atacantes y su fuerza, no encontró otra escapatoria que la disociación.

En consecuencia, la chica mostró una actitud pasiva y neutra, no intentó defenderse, fue encontrada en estado de shock y posteriormente presentaba problemas para recordar los acontecimientos. Esto generó dificultades en el juez, quien consideró que la falta de resistencia podía interpretarse como un consentimiento implícito. Sin embargo, la reacción estuvo lejos de presentar un consentimiento implícito, sino que se trató meramente de la consecuencia de la “desconexión” de la mente. Para la víctima de “la manada” la disociación ante la agresión sexual no representó el único problema: posteriormente tuvo que lidiar con la culpa y la vergüenza de la agresión sexual. Además hay que sumar la recriminación presentada por el poder judicial, quien se encargó de juzgarla a ella y no a los agresores.

Hay que tener en cuenta que las violaciones crean un ambiente donde la víctima es anulada por el agresor. Por ello, aunque la violencia física es la más evidente, también existe la violencia simbólica presente en la deshumanización, la humillación y la anulación de la voluntad: todo esto puede llegar a provocar una desconexión de la realidad en la mente de la víctima y con ello la disociación.(awenpsicologia.com)

Fuentes

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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