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Cómo actúan las drogas en el cerebro

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Hablamos de que la adicción es una enfermedad cerebral porque las drogas producen cambios profundos en el cerebro, tanto en las estructuras como en las funciones de varias áreas cerebrales. El cerebro es un órgano muy plástico que cambia cuando las condiciones externas o internas cambian, como es el caso del consumo de drogas. Y estos cambios, a su vez, son los responsables de que el consumo se mantenga en el tiempo y la persona acabe desarrollando una adicción. En primer lugar, tanto las drogas como el alcohol o el tabaco, actúan, en el mismo punto del cerebro: el sistema de recompensa. Este sistema, situado en el centro del cerebro, se encarga de liberar una sustancia llamada dopamina ante aquellos estímulos que nos dan placer como una comida rica o un concierto de nuestro grupo favorito.

Las drogas también producen una liberación de dopamina sobre el sistema de recompensa, pero de manera mucho más intensa que otros estímulos. De hecho, las drogas inundan el cerebro de dopamina, liberando hasta 10 veces más sustancia que actividades muy placenteras como mantener relaciones sexuales.

Pero al cerebro no le sienta bien esta sobredosis de dopamina y pronto se adapta a esta gran cantidad de placer, reduciendo la cantidad de dopamina y también los receptores sobre los que actúa esta molécula en el cerebro. De ahí que las personas que abusan de las sustancias desarrollen tolerancia y cada vez necesiten más cantidad de droga para conseguir los mismos efectos. Además, esto explica porqué el consumo repetido de drogas hace que el resto de actividades “naturales” como ir al cine o a una cena con amigos dejan de producir placer, ya que nada ni nadie puede igualar al placer que da la droga.

Además, las drogas actúan en otras partes del cerebro como la corteza prefrontal, implicada en la toma de decisiones y la conducta racional y el sistema cerebral relacionado con el estrés. Por último, las drogas también afectan a áreas cerebrales relacionadas con el aprendizaje, la motivación y la memoria. El hipocampo donde se almacenan los recuerdos relacionados con hechos como la fecha del cumpleaños de nuestra pareja o el nombre del presidente del gobierno, la amígdala encargada de almacenar los recuerdos emocionales negativos como la muerte de un ser querido, y los ganglios basales implicados en la memoria de hábitos como andar en bici sufren cambios muy llamativos por el consumo repetido de drogas. Estas alteraciones cerebrales explican muchos de los comportamientos de las personas adictas a las drogas como la pérdida de control o el consumo compulsivo.

Efectos de las drogas en el cerebro a largo plazo

Por las adaptaciones cerebrales y la tolerancia de la que hablábamos antes, una persona con adicción a las drogas no experimenta placer cuando consume, o no el placer que nosotros pensamos. De hecho, cuando una persona consume durante mucho tiempo, la droga empieza a sentarle mal (son comunes los delirios de persecución en la adicción a la cocaína, la psicosis producida por los porros o los fallos de memoria en el alcoholismo).

Las drogas en el cerebro

Sin embargo, las drogas producen cambios en el cerebro que hacen que las personas adictas sigan consumiendo a pesar de ser conscientes de que la droga les está arruinando la vida y también la de su familia. Porque no olvidemos que la adicción es una enfermedad familiar que afecta al adicto, pero también a toda su familia.

En consulta nos encontramos a personas a las que han echado del trabajo, que tienen problemas con la justicia a causa del consumo o que han perdido a su familia y a sus hijos por su enfermedad, y a pesar de todo esto no pueden dejar de consumir. Y esto no sucede por el “bienestar” que produce la droga, sino porque estas sustancias “secuestran” el cerebro y toman el control de las vidas de las personas adictas. Es como si una persona fuera poseída por la adicción y, durante algunos momentos la droga controlase su conducta y sus emociones.

Además, como hemos hablado antes, las drogas afectan a áreas del cerebro relacionadas con el autocontrol y el aprendizaje de hábitos. Estas alteraciones cerebrales producidas por la drogas son las causantes de que persona adicta sea incapaz de dejar de consumir sin ayuda profesional. Una persona adicta no decide consumir, sino que no puede dejar de hacerlo. Necesita ponerse en manos de profesionales,  y realizar un tratamiento en el que haya un abordaje multidisciplinar y un seguimiento muy continuo.

La enfermedad mental como causa y consecuencia de las adicciones

La asociación entre un trastorno por uso de sustancias o adicción y otra enfermedad mental  es una condición bastante frecuente que se conoce como patología dual. De hecho, este círculo vicioso se da  en la depresión, los trastornos alimentarios, las patologías relacionadas con la ansiedad, los trastornos de personalidad e incluso la esquizofrenia.

En algunos casos la enfermedad mental previa facilita que las personas terminen abusando de las drogas. Por ejemplo, algunas personas utilizan el alcohol cuando están tristes o la cocaína cuando el estrés laboral les sobreviene. Cuando esta situación se agrava y se repite en el tiempo podemos encontrarnos con una depresión en la que se utiliza el alcohol como “remedio o cura”. Muchas personas con depresión, ansiedad u otra enfermedad mental utilizan las drogas para “medicarse” y aliviar su malestar. Esto funciona al principio pero llega un momento en el que la droga solo empeora el problema.

Efectos de las drogas en el cerebro

En otros casos los trastornos mentales surgen como consecuencia del consumo repetido de drogas e incluso persisten después de que el consumo cese. Los cambios cerebrales de los que hablábamos antes son los responsables de que las personas con una adicción acaben desarrollando otro trastorno mental.(elpradopsicologos.es)

La recaída en el consumo de drogas, ¿significa que el tratamiento ha fallado?

No. El carácter crónico de la adicción significa que para algunas personas la recaída es decir, volver a consumir la droga luego de haber intentado dejarla puede ser parte del proceso, si bien los tratamientos más nuevos están diseñados para ayudar a evitar que eso suceda. Los índices de recaída en el consumo de drogas son similares a los índices de otras enfermedades crónicas. Si una persona deja de seguir el plan de tratamiento, es probable que sufra una recaída.

El tratamiento de las enfermedades crónicas incluye la modificación de conductas muy arraigadas, y la recaída no significa que el tratamiento haya fallado. Cuando una persona que se está recuperando de una adicción sufre una recaída, es una señal de que debe consultar con su médico para reiniciar el tratamiento, modificarlo o probar un tratamiento distinto.

Si bien la recaída es una parte normal de la recuperación, en el caso de algunas drogas puede ser muy peligrosa y hasta mortal. Si una persona vuelve a consumir la misma cantidad de droga que consumía antes de interrumpir el consumo, es fácil que sufra una sobredosis, porque su organismo ya no está acostumbrado al nivel de exposición a la droga que tenía antes. Una sobredosis ocurre cuando la persona consume una cantidad de droga suficiente para producir sensaciones desagradables o síntomas que ponen en peligro su vida o le causan la muerte.

Los índices de recaída de las personas tratadas por un trastorno de consumo de drogas se comparan con los de las pacientes tratados por presión arterial elevada y asma. La recaída es común y similar para todas estas enfermedades; por lo tanto, los trastornos por consumo de drogas se deben tratar como cualquier otra enfermedad crónica. La recaída sirve como señal de que es necesario retomar, modificar o cambiar el tratamiento.

¿Cuáles son los principios de un tratamiento eficaz?

Las investigaciones demuestran que en el tratamiento de la adicción a los opioides (ya sea analgésicos recetados o drogas como la heroína o el fentanilo), la medicación debe ser la primera línea de tratamiento, aunque por lo general se la combina con alguna forma de terapia conductual o apoyo psicológico profesional. También hay medicamentos para tratar la adicción al alcohol y a la nicotina.

Igualmente, se emplean medicamentos para ayudar a una persona a desintoxicarse de las drogas, si bien la desintoxicación no es lo mismo que el tratamiento y no es suficiente para ayudar a que la persona se recupere. La desintoxicación por sí sola, sin un tratamiento posterior, por lo general lleva a reanudar el consumo de la droga.

En la actualidad no hay medicamentos disponibles para asistir en el tratamiento de la adicción a drogas como los estimulantes o el cannabis, por lo que el tratamiento para este tipo de adicción consiste en terapias conductuales. El tratamiento debe ser personalizado y contemplar las pautas de consumo de cada paciente y sus problemas de carácter médico, mental y social relacionados con la droga.

¿Cuáles son los medicamentos y los dispositivos que ayudan a tratar la adicción a las drogas?

Hay varios medicamentos y dispositivos que pueden ser útiles en distintas fases del tratamiento para ayudar al paciente a dejar de consumir drogas, continuar con el tratamiento y evitar las recaídas.

Tratamiento de la abstinencia

La primera vez que un paciente deja de consumir drogas puede experimentar varios síntomas físicos y emocionales, entre ellos inquietud o insomnio, depresión, ansiedad y otros trastornos de salud mental. Ciertos medicamentos y dispositivos de tratamiento alivian estos síntomas, lo que hace más fácil dejar de consumir drogas.

Ayuda para continuar con el tratamiento

Ciertos medicamentos de tratamiento y algunas aplicaciones móviles se usan para ayudar al cerebro a adaptarse gradualmente a la ausencia de la droga. Estos tratamientos actúan en forma lenta para prevenir los deseos intensos de la droga y tienen un efecto calmante en los sistemas del organismo. Pueden ayudar a los pacientes a enfocarse en la ayuda psicológica profesional y otras psicoterapias relacionadas con el tratamiento contra las drogas.

Ayuda para evitar las recaídas

La ciencia nos ha enseñado que los factores de estrés relacionados con el consumo de drogas (como la gente, los lugares, las cosas y los estados de ánimo) y el contacto con las drogas son los desencadenantes más comunes de una recaída. Los científicos han creado terapias para interferir con estos factores desencadenantes y ayudar a los pacientes a continuar su recuperación.

Medicamentos usados comúnmente para tratar la adicción y la abstinencia

  • Opioides
  • Metadona
  • Buprenorfina
  • Naltrexona de liberación prolongada
  • Lofexidina
  • Nicotina
  • Tratamientos de reemplazo de nicotina (disponibles en forma de parches, inhaladores o goma de mascar)
  • Bupropión
  • Vareniclina
  • Alcohol
  • Naltrexona
  • Disulfirám
  • Acamprosato
¿Cómo tratan la drogadicción las terapias conductuales?

Las terapias conductuales ayudan a las personas que están bajo tratamiento por drogadicción a modificar sus actitudes y comportamientos relacionados con el consumo de drogas. Como resultado, los pacientes son capaces de afrontar situaciones de estrés y varios factores desencadenantes que podrían causar otra recaída. Las terapias conductuales también pueden aumentar la eficacia de los medicamentos y ayudar a que el paciente continúe con el tratamiento durante más tiempo.

La terapia cognitivo conductual busca ayudar a los pacientes a reconocer, evitar y hacer frente a las situaciones en las que es más probable que consuman drogas. El control de contingencias usa la reafirmación positiva, como por ejemplo el otorgamiento de recompensas o privilegios por no consumir drogas, asistir a las sesiones de apoyo psicológico y participar activamente en ellas, o tomar los medicamentos del tratamiento de acuerdo con las indicaciones.

La terapia de estimulación motivacional usa estrategias para aprovechar al máximo la disposición de una persona para modificar su comportamiento e iniciar un tratamiento.

La terapia familiar ayuda a las personas con problemas de consumo de drogas (especialmente a los jóvenes) y sus familias a examinar los factores que influyen en las pautas de consumo y mejorar el funcionamiento general de la familia.

La facilitación en 12 pasos es un tratamiento individual que normalmente se realiza en 12 sesiones semanales con el propósito de preparar a la persona para que participe activamente en programas de 12 pasos de apoyo mutuo. Los programas de 12 pasos, como el de Alcohólicos Anónimos, no son tratamientos médicos, sino que ofrecen apoyo social y complementan el tratamiento médico. La facilitación en 12 pasos sigue las fases de aceptación, entrega y participación activa en la recuperación, típicas de los programas de 12 pasos.

¿De qué manera los buenos programas de tratamiento ayudan a los pacientes a recuperarse de la adicción?

Dejar de consumir drogas es solo una parte de un proceso de recuperación que es complejo y largo. Cuando una persona inicia el tratamiento, a menudo la adicción ha provocado graves consecuencias en su vida y probablemente haya desestabilizado su salud y la forma en que se desenvuelve en su entorno familiar, su trabajo y su comunidad.

Como la adicción puede afectar tantos aspectos de la vida de una persona, el tratamiento debe abarcar las necesidades del individuo como un todo para tener éxito. Para asistir en la recuperación, los asesores psicológicos pueden elegir entre una variedad de servicios que cubren las necesidades médicas, mentales, sociales, laborales, familiares y legales específicas de cada paciente.

Fuentes

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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