Álvaro Pascual-Leone (7 de agosto de 1961, Valencia, España) es un catedrático español de neurología en la Escuela Médica de Harvard, a la cual está afiliado desde 1997. Además es el director del Centro de estimulación cerebral no invasiva (en inglés Center for Noninvasive Brain Stimulation) y director asociado del Centro de Investigación Clínico General del Centro Médico de Beth Israel Deaconess en Boston. El doctor Pascual Leone obtuvo un Máster y un doctorado en Neurofisiología en la facultad de Medicina de la Universidad de Friburgo en Alemania. También enseñó en la Universidad de Minnesota y en Institutos nacionales de la salud de los Estados Unidos. Sus estudios se centran en las enfermedades neurológicas y los efectos de la actividad cerebral en ellas. Además de investigación pura destacan sus actividades de divulgación científica.
¿Podemos mejorar nuestro cerebro?
Bueno, esta es una gran pregunta, probablemente lo que tenemos en la naturaleza es lo mejor que podemos tener, no está funcionando siempre de la mejor manera posible, es posible hacer que funcione mejor para cosas concretas y bueno, acaba siendo una cuestión interesante de ver qué hacer para que funcione mejor para aquello que te interesa y cuáles son los posibles costes si haces que mejoren para algo o si pierdes en otras habilidades.
El cerebro está programado para cambiar constantemente. ¿La genética no lo es todo?
La genética es demasiado lenta, te hace el nivel basal, es el punto de partida.
¿Esto ya existe en otros ámbitos?
Si, intentos de aplicarlo en la vida cotidiana no solo en medicina, sino en las agencias del ejército americano están explorando este tipo de tecnologías de estimulación para ver si pueden conseguir que lo que llamamos el aprendizaje perceptual, el saber detectar lo que son las dianas de los drones o aviones teledirigidos que lleva un piloto, pues esos pilotos tienen que detectar dianas que son muy complicadas de detectarlas y el uso de estas técnicas lo mejoran.
Hace tiempo que sabemos que toda corriente eléctrica genera un campo magnético, nuestro cerebro como objeto eléctrico no es una excepción, la electricidad que generan sus neuronas produce un campo magnético a su alrededor y un campo eléctrico externo pueden producir actividad en nuestro tejido cerebral, quiere esto decir que podríamos modificar nuestra mente mediante electricidad o magnetismo.
Hoy en día existen varios métodos que permiten estimar nuestro cerebro sin cirugía, la estimulación magnética transcraneal, utiliza campos magnéticos que atraviesan la piel y el cráneo hasta provocar una pequeña corriente eléctrica en la corteza cerebral. La estimulación eléctrica transcraneal sigue el mismo principio a través de descargar eléctricas muy pequeñas, de momento ya se está probando la efectividad de estos métodos no invasivos en caso de depresión, epilepsia, dolores crónicos, Párkinson, autismo y derrames cerebrales. De hecho numerosos experimentos muestran que estos dispositivos que actúan sobre el cerebro pero desde fuera, son capaces de mejorar habilidades cognitivas cómo la memoria, la capacidad de aprendizaje, la lógica y la matemática, incluso pueden cambiar la manera en la que percibimos el entorno y reaccionamos ante el, puede modificar nuestra conducta.
Las implicaciones futuras de estas nuevas tecnologías son enormes, se abre la puerta para manipular nuestra mente, lo que hacemos, sentimos y pensamos. ¿Sería licito mejorar nuestras capacidades? ¿Permitiría una inteligencia mejorar en tomar decisiones más acertadas? O por el contrario perderíamos todo aquello que nos hace humanos, como ocurre con todos los grandes descubrimientos científicos y tecnológicos, las consecuencias éticas todavía imprevisibles con una técnica con este poder dependerá del uso que le demos.
¿Hay formas invasivas de estimular el cerebro?
El cerebro acaba siendo una gran maroma de cables, es un órgano eléctrico que utiliza electricidad para traducirlo en una reacción química concreta para de nuevo activar electricidad, entonces la idea de usar electricidad directamente para activar esos cableados es una idea antigua. El problema durante muchos siglos es que como el cerebro está dentro de un aislante fantástico que llamamos la cabeza y cráneo, tienes que abrir la cabeza para poder estimular directamente en el cerebro.
¿Por qué no sufren estas personas teniendo la cabeza abierta?
“Aunque sabemos que sentimos dolor gracias al cerebro, el cerebro no tiene receptores de dolor”
Tu puedes abrir la cabeza y una vez abierta cortar los sesos, estos no sienten dolor, tienen arterias y venas en sus paredes tienen receptores de dolor, por eso nos duele la cabeza, porque se dilata la cobertura y aprieta, pero no es el cerebro mismo lo que duele, por eso puede anestesiar, abrir y luego despertar al sujeto y una vez despierto el sujeto puedes estimular distintas zonas y preguntarle lo que nota, lo que siente y percibe.
No solo se mejora la vida de los enfermos, sino de tener políticas de prevención. ¿No?
Sabemos que a lo largo de la vida, a lo largo del desarrollo y luego a medida que vamos envejeciendo, el cerebro va cambiando, la eficacia de los mecanismos de plasticidad que hablamos antes van cambiando, van cambiando distintamente, el resultado es que para muchas de las cosas que queremos hacer es peor. La naturaleza ya lo ha pensado así para que te centres en otras cosas y hemos decidido que envejecer es a peor. Por ejemplo para darte algo que sabemos que es así y lo interpreto como a mejor, el hecho de perder capacidad para asociar cosas muy cercanas, el nombre del objeto, el nombre de la persona, esa perdida de capacidad se relaciona con la memoria concreta, la capacidad de aprender los nombres o de recordar donde dejaste las llaves, todas estas cosas que sabemos que perdemos a medida que nos hacemos mayores, va asociado a una mayor capacidad de ver relaciones más distantes entre las cosas, la sabiduría de los mayores que es ver relaciones donde realmente los jóvenes no las ven, esto está sustentado gracias a la perdida de la asociación directa, ves el bosque y el coste es dejar de ver las hojas.
Hemos iniciado una nueva era en la que cambió nuestra forma de comunicarnos, de aprender, de encontrar lo que nos apasiona y de conciliar con ello nuestra carrera profesional. Todo eso está transformando y transformará todavía más, las 100 mil millones de neuronas que conforman nuestro cerebro. Si esto es así, cómo nos vamos a permitir que nos estimulen el cerebro para mejorar la memoria, para aprender con más facilidad, para sufrir menos de estrés y ansiedad que nos acosa. La estimulación cerebral mejora si no es invasiva, nos acompañará en la próxima etapa evolutiva del cerebro humano.
¿Todo lo que nos pasa cuando envejecemos no es nada malo?
Es crítico para el bien de nuestra sociedad, mantener de forma activa, de forma capaz a los mayores porque nos dan este punto de vista distinto, está sabiduría, yo creo que el gran reto de la neurología para el futuro, es el hecho de que la sociedad envejece y que con el envejecimiento aumenta la incidencia de todas las enfermedades neurológicas, Alzheimer, Depresión, Esquizofrenia, los mayores favores de riesgo de todas estas enfermedades es la edad. ¿Qué hacer para prevenir? Es algo que es importante, yo creo que lo que hay que hacer es detectar el patrón de salud cerebral y desarrollar estrategias para mantener sano el cerebro de cada uno de los individuos a lo largo del tiempo, no tratar la enfermedad, sino mantenernos sanos.
¿Estamos poniendo en marcha políticas de prevención?
Las políticas todavía no, estamos poniendo en marcha las investigaciones para detectar esto, estamos empezando conseguir que se invierta investigación para realizarlo, a veces la política tienen que salir a los datos de investigación.
¿Nuestro sistema está centrado en curarnos cuando estamos enfermos?
Requiere un cambio de mentalidad, el cambio conceptual que hace falta para pasar de ahí a enfatizar la necesidad de estar cognitivamente activo, de mejorar el rendimiento cerebral y de que gracias a eso tendremos mayor interacción con el mundo externo y mayor interacción con tu mundo interno, si tú cerebro está más sano, tu cuerpo estará más sano. La idea de decir, una mente sana en un cuerpo sano pero también un cuerpo sano gracias a una mente sana.
¿Por qué no nos dimos cuenta de ello?
Hay culturas que se han dado cuenta, la medicina le costó, cuando nos dimos cuenta se llamó medicina alternativa y por lo tanto lo pusimos en un rincón sin fiarnos, ya nos dábamos cuenta que necesitamos hacer el establecimiento real de las bases neurobiológicas de estos principios.
¿Qué es un cerebro normal? ¿La cultura lo modifica?
Realmente necesitamos hacer más estudios transculturales para poder entender como el impacto de la cultura desde el lenguaje a la forma de ser. Sabemos que en parte nos cambia porque el medio ambiente a partir de factores epigenéticos cambian la expresión de los genes, nos cambia hasta la herencia que traemos si venimos de otro sitio, una persona de origen japonés que vive en Estados Unidos es uno distinto al que se queda en Japón, eso se marca en el cerebro. Es increíble rápido.
¿Cómo afecta al cerebro los cambios constantes de estos métodos invasivos?
Serán unos cerebros distinto, el cerebro de la sociedad de redes sociales, del Facebook y Twitter será uno distinto, cambias una cosa y cambian en red todos los otros aspectos del cerebro, aprendes a tocar el piano y eso tienen una repercusión sobre tu capacidad mental, aprendes inglés y eso cambia tu representación de conceptos tan abstractos cómo el amor porque los términos son distintos y por lo tanto estructuralmente te cambia el cerebro. Por eso los árboles son distintos en EEUU, la nieve, el clima es distinto y si plantas el mismo árbol en dos sitios las influencias externas hacen que sean distintos.
¿Estás técnicas de estimulación cerebral no invasivas van a reemplazar las técnicas invasivas?
Yo creo que la posibilidad existe. Está probado como tratamiento para la depresión, lo que hacemos es identificar el circuito cerebral que no está funcionando bien y hacer que esa red cerebral funcione bien gracias a teledirigir la inyección de electricidad no invasivamente, hacer que esas conexiones vayan más fluidas, pero cuando haces eso una vez solo haces que fluya, cuando lo haces repetidamente creas el camino, eso es la plasticidad cerebral.
¿Tú puedes recomendarnos formas de estimular el cerebro?
Lo que queremos conseguir es que nuestro cerebro se mantenga lo más sano posible, la evidencia más fuerte hoy por hoy es en tres cosas, la primera es comer la cantidad de calorías mínima para no perder peso, para mantener el peso al nivel adecuado de cada uno sin estar perdiendo, pero sin comer lo máximo para no ganar.
La segunda cosa es que el ejercicio físico es útil y la forma más fácil es usar las escaleras, pero la realidad es que 15 min de ejercicios para poner en marcha el corazón, este tiene una ventaja no solo cardiovascular, sino que tiene una ventaja cerebral, no es porque gastes caloría, sino que resulta que ese tipo de ejercicio aumenta la capacidad de las zonas cerebrales que nos permite tener mayor control, mayor capacidad de resistir tentaciones, de tomar decisiones a su tiempo y no aceleradamente, cambia nuestro cerebro en una forma que nos es beneficioso.
¿Cuánto ejercicio recomiendas?
Muy poco, realmente parece que los estudios indican que 15 a 20 mi diarios es suficiente, aeróbico para que te ponga el corazón en marcha. Darse cuenta de que igual que los músculos nuestro cerebro es un músculo especial que necesita hacer ejercicio también, hacer ejercicio cognitivo para mantener la capacidad plástica del cerebro es importante y aquí lo puntual es darse cuenta de que lo que hablamos no es hacer más de lo que uno sabe hacer, sino salir de tu zona de confort, cómo por ejemplo bailar, etc, realmente es darse cuenta que la función cerebral está en toda las habilidades que hacemos y que si tú no sabes pintar quizá es lo que deberías hacer, depende de lo que te falte.
Esta entrevista fue publicada por el canal Elsa Punset: youtube.com
REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO