Luis Hornstein es un psiquiatra y psicoanalista muy reconocido mundialmente, en el año 2006 fue reconocido con el premio Konex por su destacada trayectoria como psicoanalista. Estuvo a cargo de la dirección del Centro de Estudios Psicoanalíticos de Caracas y actualmente trabaja como el presidente de la Fundación para el Estudio de Psicoanálisis. En este articulo les brindaremos una entrevista realizada al dr Hornstein por parte de Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
¿Cómo llegaste al psicoanálisis?
Yo estaba en un análisis personal desde cuarto año de medicina, estaba en análisis con Rafael Paz, ya en cuarto estábamos haciendo grupo de estudios con psicoanalistas bastante renombrados y estudié primero Klein, por suerte quien nos dio Klein nos envió a que fuéramos a estudiar Freud y para esa época tal vez estuve en uno de los primeros grupos de Lacan y tenía yo como compañeros a personas muy interesantes como Hugo Blechman, Eduardo Martínez Luque entre otros. Mi formación contemporánea con mi compromiso con la salud mental, la psiquiatría comunitaria. Era una época cuando yo comento a varios jóvenes se asombran de que uno hiciera la formación, teniendo cuatro grupos de estudios, uno con lingüistas como Guillermo Masi, entre otros, era una época donde había una profunda inmersión en la lectura psicoanalítica y en el trabajo clínico, yo estando en segundo año de residencia ya tenía pacientes en análisis, era distinto a como se da ahora para darte una idea de la situación social que se vivía en esa época. Mi primeros pacientes fueron jóvenes economistas del CONADE, ellos mantenían un análisis dos veces por semana, en esa época.
En el año 73 escribí un libro que se llamó teoría de las ideologías en psicoanálisis y tenía como subtítulo modo de producción y complejo del Edipo, era un libro donde traté de unir psicoanálisis y marxismo, atrajo mucha gente comprometida, venían a los grupos de estudio. Me consideraba un lector de Marx en el mundo psicoanalítico. En ese momento ya tenía varios de lectura de Altuser, de Marxs, lo cual dio lugar a este libro. Aclaremos que era una época de hegemonía absoluta Kleineana y yo muy rápidamente me decepcioné de esa omnipotencia por lo cual empecé a leer Freud que en esa época no era habitual, por su puesto a través de Lacan que tiene tres aspectos esenciales, un aspecto la relectura de Freud, el segundo aspecto era la producción de una teoría propia y el tercer aspecto era la génesis de una institución psicoanalítica distinta, yo quedé muy fascinado por Lacan que permitió leer a Freud, primero permitió recuperar, en esa época decía que Freud era el bachillerato y que el verdadero psicoanálisis era Lacan, descubrir a través de él y de mis propias lecturas y experiencias que Freud daba mucho mas cuenta de mi practica y actitud ante los pacientes y que la ortodoxia Kleineana me resultada absolutamente indigerible, en ese sentido desde muy chico me di cuenta que había que recuperar a Freud estimulado por Lacan, pero también asombrado por el Kleineanismo, yo no podía repetir mis pacientes lo que mis supervisores Kleineanos me decían que tenía que decirle, ósea la interpretación transferencial sistemática, la transferencia negativa, toda esa cuestión que era absolutamente monolítico.
La lectura de Lacan, la experiencia clínica, el contacto con una práctica mas diversificada a través de Goldenberg y a la psiquiatría a la cual yo nunca renuncié en oposición a aquellos que decían que el psicoanálisis tenía que tener un discurso anti médico. A comienzos de la década de los 70 Buenos Aires era una provincia Kleineana y hacerse un lugar siendo Freudiano era ser un marginal, porque después vino la hegemonía Lacaniana donde tampoco era bien visto la lectura de Freud y la actitud ante la práctica que profesaba Freud y que implicaba una actitud de mucha mas apertura, de mucho mas dialogo, de mucha menor rigidez.
Y en ese momento al principio de los 70´s ¿En algún momento te viste seducido por Lacan? ¿Te encontraste con sus representantes Lacanianos?
Yo tenía reuniones semanales con Oscar Massota donde se daba un intercambio, él me enseñaba Lacan y yo le enseñaba Freud, para esto yo tenía 10 grupos semanales de Freud, me forme en Freud intensivamente. Bueno mi acercamiento con el primer Lacan quien generó una renovación y una revalorización de la metapsicología Freudiana y ese Lacan me fue muy útil hasta hoy.
En este clima llegamos al año 77 y a tu exilio ¿ Cómo fue? ¿Porqué irte a Venezuela?
Antes de eso te tengo que aclarar que existió la ruptura de la Apa, plataforma y documentos se fueron de la Apa, yo solo era un candidato de primer año pero era presidente de la asamblea de candidatos, yo no me fui con plataforma y documentos si no me fui un año después, entonces trabajamos todos en lo que se llamó el Centro de trabajadores de Salud mental, este centro combinó la presencia de muchos psicoanalistas comprometidos de izquierda y donde ahí si predominaba la teoría freudiana aunque había grupos lacanianos interesantes, las cátedras predominantes eran de recuperación de la teoría Freudiana, esas épocas de pluralismo crítico fueron más productivas cuando estaban clavadas la ortodoxia Kleineana. Habían debates de psicoanalistas de distintas corrientes, debates muy productivos donde todos de alguna manera fuimos analizados Kleineanamente, ósea que conocí esa teoría.
Adoptaste a otro Kleineano como Rodrigué que era menos ideológicamente comprometido en un momento en el que estabas muy ligado al Marxismo. ¿no?
Rodrigué escribió una de las mejores biografías de Freud, una de las mejores biografías escritas, creo que él fue mutando, él accedió al Marxismo gracias a Mimi, Langer, Bleger a dos analizados entre ellos yo, Rodrigué tenía una actitud de apertura.
Te tenemos a ti en este Buenos Aires analizándote con un Kleineano y al mismo tiempo haciendo una práctica mas vinculada a la renovación estructuralista. ¿Cómo se puede conciliar todo eso a mediados de los 70´s?
Bueno aceptando que a veces casi te diría como una norma mía, hay que aprender a navegar contra la corriente, yo creo que el psicoanálisis muchas veces los concesos atentan contra el pensamiento crítico y sobre todo los consensos institucionales, tenía mucha gente joven que se formaba conmigo sobre todo buscando a Freud porque esa decepción que se generó por Klein, muchas veces las personas descubrían como su ortodoxia hacia que sus pacientes se fueran, lo único que preservo era una pretransferencia hacia el psicoanálisis que por lo menos no existió en Caracas, había una pretranferencia donde muchos pacientes se acercaban al análisis como algo muy valorizado y toleraban extravagancias de parte de los analistas como estas interpretaciones que alguna vez hicieron un chiste que decía que el psicoanálisis es muy simple: el que lo dice lo es, porque todo era proyección, otro chiste: un paciente que le llama al analista y le dice mire voy a llegar tarde pero usted empiece nomás, porque había un sistema de interpretación prefabricada que era tolerable porque había una pretranferencia hacia el psicoanálisis, solo esta tolera las escaladas de ortodoxias, a diferencia de eso un psicoanálisis donde no hay una pretransferencia como lo que pasa ahora que es que el paciente que se acerca a un pedido de análisis es un paciente crítico, es un paciente que ya incluye de si una memoria histórica de varios fracasos analísticos por haber parecido eso análisis cuanto mas duro mas puro. Paradojalmente el paciente actual me dice: Yo se que usted es psicoanalista pero no es ortodoxo, lo cual es una paradoja, lo cual es una paradoja, porque orto es recto y doxa es norma, yo soy ortodoxo en relación al análisis de Freud. En ese sentido cuando Freud decía que el análisis es un dialogo que tiene que ser lo más simétrico posible.
¿Qué recuerdo tienes de esas épocas? ¿Qué impacto recuerdas del antiedipo en esos círculos?
Yo había dejado de lado la influencia de la antipsiquiatria, se daban fenómenos muy divertidos, por ejemplo estaba Cooper en Buenos Aires y hacíamos grupos con Pavlovsky, etc y teníamos que estar todos con los ojos cerrado y toquetearnos, pero Cooper tenía tal nivel del olor de transpiración que todos en esos grupos tratábamos de evirtarlo, eran fenómenos que tenían que ver con el antiedipo mismo, a mi me parecía una experiencia colateral que servía para cuestionar la rigidez de las ortodoxias psicoanalíticas pero a mi no me inspiró demasiado la antipsiquiatría.
El antiedipo para mi es entender que Deleuze no critica tanto a Freud sino a Lacan, la postura de recuperar los flujos de antes no es para Freud. En el año 77 Foucault dice: Nadie puede ser mas antiestructuralista que yo, la historicidad que nos arrastra no es lenguajera sino belicosa, mi modelo no es el modelo de la lengua sino de la guerra. A mi lo que me trajo de la obra de Freud fue el poder pensar la metapsicología no solamente en términos tópicos sino dinámicos y económicos, lucha de fuerzas e intensidad, la relación con lo corporal totalmente excluida en los primeros años de Lacan.
Esta entrevista fue realizada por el canal de YouTube Biblioteca Nacional Mariano Moreno: https://www.youtube.com/watch?v=dC6d4oW3hjk
Redacción Web del Psicólogo