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Oliver Sacks: “El cerebro sintoniza con la música incluso en personas poco musicales”

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Oliver Sacks es uno de los neurólogos mas famosos fuera del ámbito académico, Sacks trasforma la exploración científica en obras literarias. Nació en Londres en una familia de doctores, químicos y maestros que ya de pequeño le inculcaron la importancia de la curiosidad, experimentación y la lectura, su fascinación por el mundo natural, le llevaría a estudiar medicina en Oxford y neurología en los Ángeles. Desde 1965 vive en Nueva York donde escribe, enseña y atiende a sus pacientes, el doctor Sacks simpatiza con sus pacientes, comparten un momento agradable, consigue describir al enfermo como una persona atrapada en una enfermedad y su lucha es la necesidad de preservarse. Sus libros despertares y el hombre que confundió a su mujer con un sombrero son buenos ejemplos de ello. El día de hoy les mostraremos una entrevista realizada al neurólogo Oliver Sacks.
Tú has estudiado mas que nadie las estructuras y modelos de supervivencia bajo las enfermedades neurológicas. Vamos a recordar para nuestra audiencia lo que fue seguramente el caso mas famoso, el del hombre que confundió a su mujer con un sombrero, es un caso de Agnosia visual. ¿Qué sucedió en realidad en el cerebro de alguien que confunde a su mujer con un sombrero?

Con este hombre que era un gran músico y cantante lo que sucedió es que la parte visual del cerebro empezó a degenerar y empezó a tener problemas para reconocer por la vista lugares y personas. Aunque tan pronto como hablaban las podían reconoce y también lo conseguía si las tocaba. Empezó a cometer errores visuales absurdos y en una ocasión cuando alzó la mano para coger el sombrero, le tocó la cabeza a su mujer en su lugar y ese fue su absurdo y tan famoso error.




Mediante paciencia y paciencia, ¿Tú crees que se pueda hacer algo con eso?

El pudo hasta cierto punto reemplazar el reconcomiendo visual por el musical, no podía encontrar su ropa, pero si cantaba y componía un fragmento musical lo conseguía, este es un ejemplo del mecanismo de supervivencia del cerebro, de la persona que se adapta y encuentra otras maneras de hacer las cosas. Nuestro cerebro nos engaña, cuando recordamos y cuando pensamos en nosotros mismos, cuando soñamos y percibimos los que nos rodea.

La música es un tema que reaparece constantemente en tus escritos y en tu vida. Parece que en el cerebro mas dañado la música es la última cosa que se pierde.

El cerebro sintoniza mucho con la música incluso en personas llamadas poco musicales. Crecemos en un entorno en donde hay música por todas partes, ya sea música popular, sofisticada, jazz, clásica, todos hemos crecido en un entorno musical. El cerebro es muy sensible a la música, está presente en todas las culturas y es importante para cada cultura y persona. Yo me volvería loco si no tuviera mi piano, si no tuviera música y la música también tienen un gran poder organizativo, a menudo las canciones de los niños. En el Reino Unido por ejemplo aprendemos una canción y una serie de frases se pueden recordar si se organiza con música, la gente recuerda toda la letra de una canción si va acompañada de música.

A menudo la gente con afasia que han perdido el lenguaje, pueden mantener el lenguaje si está con música, en la actualidad estoy escribiendo sobre personas que tienen alucinaciones musicales, que de repente escuchan música con tal viveza que creen que la radio o el que toca piano está en el cuarto de a lado, ellos creen que perciben la música pero realmente no.

Tú primera experiencia terapéutica con la música fue en ese libro maravilloso despertares, esta fue la primera vez que percibiste la posibilidad de usar la música para reconstruir pacientes.

Ahí se veían pacientes sin movimientos, congelados, que no podían moverse ni dar un paso, pero que en cambio podían bailar, o pacientes que no podían emitir ni una sílaba pero podían cantar, yo sabía que la música parecía que la música sobrepasaba el mal de Parkinson y los liberaba, les permitía el movimiento libre. A veces se podía ver incluso que solo cuando se imaginaban la música, también podía incluso cuando se imaginaban la música también podían funcionar de una manera similar pensando en ella y todo cambiaba, las ondas cerebrales cambiaban, había un cambio neurológico con la música, esto lo analicé primero con personas que padecían Parkinson y luego con otras que estaban como congeladas, como las personas de despertares.

Muchas gente se pegunta, Cómo es posible que este niño fanático de la química que siempre pensaba en formulas después de pronto desarrolla un interés enorme por los pacientes y se obsesiona por la neurología

Desde luego para mi el primer mundo fue de los objetos, la química y mas tarde pero todavía una edad muy temprana, me interesé por el mundo de las plantas, las plantas están vivas, son organismos y se pueden tener sentimientos hacia las plantas, luego me interesé por la zoología y finalmente por lo seres humanos, fue un proceso muy lento. Ese primer interés por la materia por la física y la botánica todavía lo siento en el interior y dentro de la química, su historia y las biografías de sus personajes me fascinaban. Por ejemplo, el tungsteno era un elemento que me gustaba mucho y era muy importante saber que lo descubrieron en España dos hermanos Vascos, de manera que siempre me interesó el aspecto humano de la ciencia y la tecnología.

¿Qué prefieres, la luz de gas o las bombillas modernas?

Añoro mucho las antiguas luces de gas con su preciosa luz algo amarillenta, hace 100 años no estaba claro si ganaría el gas o la electricidad y las casas que entonces se construía como la nuestra de Londres tenían lámparas de gas a demás de electricidad, tengo que decir que hay otras luces que me gustan, yo tengo una lámpara de sodio. Estas lámparas aparecieron el los años 40 del siglo xx, eran luces amarillo dorado, algunas personas no las soportaban porque claro, el mundo se vuelve monocolor, pero me encanta la luz doraba del sodio.

En un artículo reciente dices y te cito literalmente “doy por supuesto que los recuerdos que tuve especialmente los que fueron vívidos, concretos y circunstanciales eran esencialmente válidos y fiables y para mi fue traumático descubrir que algunos no lo eran”. ¿Tiene esto alguna relación con la evolución de la idea que tenemos del cerebro?

En mi autobiografía describí dos recuerdos, recuerdos muy vivos de bombas que explotaron en Londres cuando yo tenía seis años uno de estos recuerdos se lo describí a un hermano mayor cuando el libro ya había sido publicado y me dijo que era exactamente como lo recordaba. Del otro recuerdo de bombas en nuestro jardín trasero dijo, tú nunca lo viste y yo pregunte: ¿Qué quiere decir que nunca lo vi?, el dijo: En aquel momento estábamos fuera, pero ahora mismo puedo ver las horas caer y a mi hermano traer baldes de agua, como puede ser que lo vea. El me dijo que nuestro hermano mayor nos describió una carta muy viva y dijo que yo había quedado muy fascinado por su descripción,, es obvio que mi mente de forma inconsciente construyó la escena a partir de su descripción, luego la apropie y la consideré una experiencia propia. Intelectualmente soy consciente de ello pero aún así no puedo distinguir el recuerdo verdadero del falso, el uno parece igual que el otro y creo que esto demuestra la fuerza como la debilidad de la memoria y de la imaginación humana, hacemos cosas sin saber a menudo de que fuentes proceden, lo leí, lo experimenté, lo oí.




Tú junto con otros neurólogos, hicieron una especie de contribución muy importante, una revisión, en el sentido de que nunca aceptasteis la idea tradicional de que la memoria es simplemente un registro de los ratos de la experiencia cotidiana en el córtex.

Un buen colega mío, habla del frágil poder de la memoria, no hay dos personas que describan un suceso de la misma manera, los testigos de un delito dan versiones diferentes, ninguno miente, solo lo perciben diferente. Esto intrigaba a Freud en los años 90 del siglo XIX cuando muchos de sus pacientes le describirán como habían sufrido abusos sexuales en su infancia. Al principio lo tomo como una verdad histórica literal y después empezó a preguntarse si a veces la imaginación o la fantasía no habían intervenido. Esto lo vio claro cuando la gente le explicaban historias de que habían sido llevados a una nave espacial con extraterrestres, si tuviéramos memoria fotográfica hasta cierto sentido las cosas serían mas fiables, pero seríamos como máquinas, la flexibilidad, la resistencia y la incertidumbre, esa especie de aventura y el riego están en el interior del sistema nervioso humano, o en el sistema nervioso animal y forman parte de la naturaleza de la vida.

Pero ¿Cómo puede un paciente llegar a la conclusión de que su pierna no es suya y que es algo que le han puesto ahí?

Es una conclusión a la que es muy fácil llegar y cuando escribí sobre mi experiencia propia me sorprendí mucho, en 1974 tuve una caída de una montaña que me produjo heridas graves en los músculos y nervios de una pierna, dos días después de la operación, un médico entró corriendo a mi habitación y me dijo, doctor Sacks tenga cuidado, se le está cayendo la pierna de la cama. Mire mi pierna y la pierna que estaba enyesada se había salido de la cama mientras dormía y yo no me había dado cuenta, aunque yo sentía mi pierna como siempre, en ese momento me llamo la atención que no tenía ninguna sensación o información de la pierna y por lo tanto no podía estar seguro ni de donde estaba. Es decir, dependemos de la información que recibimos de forma continua que procede de nuestro cuerpo y va al cerebro y si esa información se corta de alguna manera, de la misma manera que alguien que es ciego de nacimiento no puede tener un mundo o imagen visual o un sordo de nacimiento no puede concebir un sonido, de igual manera se puede ser ciego y sordo al cuerpo si se le corta la información.

Esta entrevista fue proporcionada por el canal de YouTube Sonopuntura Diapasones: youtube.com

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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