Rafael Bisquerra. “Las investigaciones científicas han aportado evidencias de cómo una educación emocional tiene efectos en desarrollar las competencias sociales y emocionales, climas emocionales favorables a la convivencia, al aprendizaje, al bienestar; disminuir los índices de ansiedad, estrés, depresión, consumo de drogas, comportamiento de riesgo, violencia e, incluso, una mejora del 11% en el rendimiento académico”.
¿Por qué, entonces, no se profundiza en esta área en las escuelas y colegios? Rafael Bisquerra, experto en educación emocional, considera que los informes PISA (Programme for International Student Assessment) obtendrían mejores resultados si se hiciera hincapié en la inteligencia emocional, competencias emocionales y gestión de las emociones de los estudiantes.
Rafael Bisquerra es licenciado en Pedagogía y Psicología, doctor en Ciencias de la Educación y presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB).
Catedrático de Orientación Psicopedagógica, Bisquerra dirige el Postgrado en Educación Emocional y Bienestar y el Postgrado en Inteligencia Emocional en las Organizaciones de la Universidad de Barcelona y lleva más de tres décadas investigando el mundo de las emociones, que ha plasmado en libros como ‘Educación emocional y bienestar’, ‘Prevención del acoso escolar con educación emocional’,
‘La inteligencia emocional en la educación’ o ‘Competencias emocionales para un cambio de paradigma en educación’, entre otros. Es el creador del primer “diccionario de emociones”, para nombrar y aprender a gestionar los fenómenos afectivos desde la infancia.
“Para mí, uno de los objetivos principales de la educación emocional es la prevención de la violencia, porque una parte muy importante de la violencia que hay en el mundo se origina en la ira que no somos capaces de regular de forma apropiada”, concluye el autor.
Rafael Bisquerra. Soy Rafael Bisquerra, catedrático emérito de la Universitat de Barcelona. Me dedico a la educación emocional desde principios de los años noventa y actualmente soy presidente de la RIEEB, la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar.
Leticia Rubio. Hola, Rafael, me llamo Leticia y soy psicopedagoga. Es un placer poder charlar contigo de temas tan interesantes relacionados con la educación para ayudar a las familias, tanto en las aulas como en casa.
Rafael, tú eres uno de los mayores expertos en inteligencia emocional de este país y nos has hablado en muchas ocasiones sobre el analfabetismo emocional y consideras, reivindicas que es tan importante enseñar a los niños a entender y gestionar sus emociones, como el aprendizaje de la lengua, las matemáticas, la escritura y la lectura. ¿Por qué nos comentas estos aspectos?
Rafael Bisquerra. Pues las emociones son importantes, porque en ellas hay lo mejor y lo peor de nuestra vida. En las emociones está el miedo, la ansiedad, la angustia, el estrés, la depresión, la tristeza, la rabia, la ira, la furia, la cólera, la indignación, la predisposición a la violencia… Fíjate que los grandes problemas de la humanidad, en gran medida, tienen un fondo emocional.
Pero en las emociones está también lo mejor de nuestra vida, porque en las emociones están las alegrías, el amor, la compasión, la solidaridad, el equilibrio, la armonía, la paz interior, el sosiego; en definitiva, la felicidad, que es lo que la mayoría de las personas más dependen, más desean en esta vida. En un momento dado, a principios de los noventa, me di cuenta de esto y pensé que merecía la pena insistir, investigar y buscar alternativas educativas.
En el siglo XX, la educación se ha centrado exclusivamente en el desarrollo cognitivo y ha dado pasos muy grandes, porque a principios del siglo XX había un gran analfabetismo y a finales del siglo XX, prácticamente toda la población estaba escolarizada. Bienvenido sea, pero el reto del siglo XXI es dar el paso de una educación eminentemente cognitiva a la dimensión emocional, por lo que acabamos de ver.
Y fíjate que, a principios de los noventa, cuando yo decidí dedicarme a esto que todavía no tenía nombre, que hoy denominamos “educación emocional” y que le pusimos nombre a mediados de los noventa, hablar de emociones en la universidad, investigar sobre bienestar emocional o felicidad era motivo de desprestigio.
Y esto, después supe que no me pasó solamente a mí, sino que pasó también a otras personas. Afortunadamente, casi treinta años después, se han dado pasos muy importantes y actualmente, como presidente que soy de la RIEEB, la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar, lo que nos proponemos es difundir y sensibilizar sobre la importancia y necesidad de la educación emocional para todas las personas y a lo largo de toda la vida.
¿Qué puede hacer la educación para prevenir la violencia? Rafael Bisquerra
“La educación emocional mejora en un 11% el rendimiento académico”
Leticia Rubio. Y, después de todos estos estudios, ¿Qué beneficios consideras que tiene la educación emocional para los niños y los alumnos y aplicarlos en el aprendizaje?
Rafael Bisquerra. Las investigaciones científicas en los últimos años han aportado evidencias que podemos calificar de espectaculares, evidencias por parte de la inteligencia emocional, la psicología positiva, la neurociencia, la educación emocional…, que han aportado evidencias de cómo una educación emocional que se pone en práctica con los requisitos necesarios que las investigaciones han puesto de manifiesto.
Tiene efectos en desarrollar las competencias sociales y emocionales, desarrollar climas emocionales favorables a la convivencia, al aprendizaje, al bienestar; disminuir los índices de ansiedad, estrés, depresión, consumo de drogas, comportamiento de riesgo, violencia, etc., que todo esto tiene un sustrato emocional muy importante, incluso el rendimiento académico mejora. Se ha valorado con investigaciones hechas sobre más de setecientos mil estudiantes que las mejoras en el rendimiento académico pueden llegar a ser de un once por ciento.
Si España pusiera en práctica de forma fundamentada, con rigor y con calidad la educación emocional y mejorase lo que se ha demostrado que puede mejorar en este once por ciento, en las pruebas PISA, que siempre son una tragedia cuando salen los resultados, con un once por ciento, nos pondríamos en los primeros lugares internacionales.
Leticia Rubio. Yo trabajo en el escalafón más bajo del sistema educativo, que es la educación infantil, en las escuelas infantiles. ¿Qué recomendaciones nos haces para educar en inteligencia emocional a niños tan pequeños? Tanto desde la escuela como desde la familia.
Pues me alegro de que señales esta edad, porque es donde debería empezar la educación emocional. Debería empezar desde antes del nacimiento, en la familia, y estar presente en la educación infantil y después primaria, secundaria y a lo largo de toda la vida. En la educación infantil, lo primero que podemos hacer es ayudar a los niños a, simplemente, empezar a tomar consciencia de sus emociones, desarrollar un primer vocabulario emocional.
Desde muy pequeños ellos ya saben qué es miedo, qué es rabia, qué es tristeza, qué es alegría, pero tienen más dificultad en saber qué es el amor o qué es la felicidad.
Y entonces, a partir de la riqueza del vocabulario y tomar consciencia, ayudar a tomar consciencia de que todas las emociones tienen un correlato neurofisiológico. Pero hay una que me parece particularmente interesante trabajar ya desde estas edades, porque tú sabrás muy bien que, desde los dos o tres años, los niños no hace falta que vayan a la escuela para aprender a morder, para aprender a arañar y a pegarse, eso lo llevan de serie.
“Podemos enseñar a los niños a desarrollar su primer vocabulario emocional”
Esta entrevista fue publicada originalmente por BBVA: aprendemosjuntos.bbva.com
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REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO