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¿Qué es la Nosofobia? Síntomas y Tratamiento

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Con la expansión del brote de Coronavirus, el miedo a enfermar ha aumentado socialmente. Muchas personas, a las que antes no les preocupaba significativamente este tema, empiezan a tener síntomas de nosofobia. Ese miedo nos ayuda a poner los límites necesarios de seguridad, pero acaba excediéndose y condicionando a todos los niveles en la persona, incluso en aquellos momentos donde no hay ningún tipo de riesgo. La nosofobia consiste en un miedo recurrente y persistente a contraer una enfermedad concreta. No es el miedo generalizado que aparecería en la hipocondría, sino que la persona lo orienta hacia algo específico. Esto ocurre porque tiene vinculadas ciertas enfermedades en su vida o por algo que está sucediendo a su alrededor. De hecho, el que exista en estos momentos un brote de Covid-19 hace que este tipo de fobia aumente, orientado hacia esa enfermedad concreta.

El miedo no solo va orientado a contraer la enfermedad y sufrirla, sino también a morir, por lo que se vincula a patologías donde la vida sí puede peligrar y hay casos reales de ello. Aunque la persona no entrara dentro de ese grupo de riesgo, por ejemplo, sí es cierto que nadie estaría totalmente a salvo, por lo que se anclaría a esa pequeña posibilidad para que su miedo creciera. El miedo a enfermar nos lleva a comportamientos obsesivos que abarcarían múltiples áreas, como la alimentación, el deporte, el contacto social o tareas cotidianas. La persona vive en constante alerta y controla muy bien las posibilidades de contaminación, por remotas que sean.

Diferencias con la hipocondría

La hipocondría se caracteriza por poner el foco de forma constante en el cuerpo y sus señales, malinterpretándolas y dando la explicación de que se padece una enfermedad que nadie logra diagnosticar. Esto produce una ansiedad elevada que haría que esos síntomas aumentasen. No se orienta a ninguna enfermedad, sino que se identifican unas señales corporales y de ahí se deduce una posible enfermedad, dependiendo de dónde vea esas mismas señales. Por el contrario, la nosofobia es el miedo a enfermar por una patología concreta. La persona no está convencida de estar ya enferma, como ocurre con la hipocondría, sino que no quiere contraerla y vive con esa preocupación.

Las dos producen una ansiedad muy elevada que podrían llegar a ser incapacitantes, con pensamientos obsesivos de carácter intrusivo. Sienten que no pueden controlar su miedo y que algo malo les va a ocurrir. Generan gran sufrimiento a quienes lo sufren y condiciona toda su vida.

¿Cuáles son los síntomas de la nosofobia?

El miedo a enfermar tiene una serie de señales específicas que hacen que el simple temor se convierta ya en una fobia. Hay que tener en cuenta que una enfermedad concreta puede asustarnos si la hemos visto en un familiar o a nivel social, por lo que puede ser razonable que durante un tiempo estemos en un estado de alerta y colocando más barreras de seguridad. Sin embargo, este miedo a enfermar conllevaría síntomas añadidos.

Los siguientes síntomas son los que sufre una persona con nosofobia:

Síntomas a nivel físico

Como cualquier tipo de ansiedad o fobia, tiene una serie de síntomas característicos relacionados con la activación física. Aparece taquicardia, sudoración, dolores de cabeza y estómago o alteración del apetito y del sueño. No siempre son constantes y pueden aparecer puntualmente a lo largo del día, pero de forma intensa.

Síntomas cognitivos y emocionales

La emoción predominante es la del miedo, con todo un sistema de pensamientos alrededor. Hay pensamientos circulares y obsesivos, que aparecen de forma recurrente y son muy difíciles de erradicar. De hecho, cuando se tratan de evitar, parece que aumentan. Las ideas obsesivas no tienen siempre un fundamento real.

Síntomas conductuales

Cuando tenemos un miedo a algo, buscamos la forma de evitarlo y de huir de él con el fin de que desaparezca. Evitamos hacer actividades relacionadas o no enfrentarnos a ello. Sin embargo, cualquier estrategia de evitación, solo hace que el miedo aumente y vaya generalizándose. Lo que antes podía ser temor a la enfermedad por contacto físico, por ejemplo, acaba haciendo que no toquemos a nadie. Después, este miedo aumenta y dejamos de acercarnos a otras personas, hasta ir limitando cada vez más áreas, mientras el miedo solo aumenta.

No es una etapa

Pasamos por diferentes momentos de nuestra vida que van acompañados del predominio de una serie de emociones, algunas negativas. Procesos de duelo o rupturas llevarían tristeza, conflictos personales pueden ir con rabia o enfermedades a nuestro alrededor con una serie de miedos. Estos momentos son puntuales y las emociones que acompañan también. Sin embargo, cuando se alcanza el estado de nosofobia, cuando el miedo a enfermar ya condiciona todo el ritmo diario y altera sustancialmente la vida de la persona, se genera una serie de esquemas mentales que nos hacen ser susceptibles de aquí en adelante a esos miedos.

La nosofobia deja determinadas pautas y determinados miedos condicionados en nuestro cerebro. Si ahora tenemos miedo a enfermar por Coronavirus, en el futuro asociaremos el contacto con otras personas, por ejemplo, a contraer otra patología. Mantendremos el miedo pero podremos ir cambiando de enfermedad a largo plazo. Esto quiere decir que no es una etapa que tan pronto como viene se va, sino que puede que necesitemos una ayuda que nos permita desechar esos esquemas.

Cómo tratar la nosofobia

Como cualquier tipo de fobia, es más fácil de eliminar en las primeras fases, cuando aún no ha alcanzado esa categoría y se trata solo de un miedo. Sin embargo, independientemente del estado en que nos encontremos, las fobias siempre pueden tratarse y eliminarse, aunque pueda llevar más tiempo.

El miedo a enfermar lleva asociados diferentes tratamientos, algunos de ellos solo aplicables por un psicólogo o una psicóloga:

Distracciones

Mantenernos ocupados, estar distraídos y disfrutar con lo que hacemos es un buen primer paso. Es momento de encontrar actividades que nos satisfagan.

Relajación

Tanto en momentos donde sintamos la ansiedad como a lo largo del día, debemos usar técnicas de relajación, como la respiración, el mindfulness o el yoga.

Reestructuración cognitiva

Se identifican los pensamientos irracionales relacionados con la enfermedad y se generan otros alternativos.

Exposición al problema

Lo ideal es realizar técnicas en imaginación que nos ayuden a calmarnos de cara a nuestro miedo. Se realiza siempre con la ayuda de un profesional.(somospsicologos.es)

Miedo a morir (nosofobia) e hipocondría: Diferencias

Es importante diferenciar la nosofobia (el miedo a morir) de  la hipocondría, ya que puede parecer que se trata de los mismos miedos pero no es así. En el caso de la hipocondría, quien la padece teme cualquier tipo de enfermedad, no sólo las que pueden ser mortales como el cáncer por ejemplo, su ansiedad se la provocan sensaciones corporales variadas, los miedos son difusos y cambiantes, se tiene la convicción de padecer la enfermedad y llevan a cabo respuestas de comprobación, por ejemplo se observan mucho, están atentos a cualquier síntoma corporal, van frecuentemente al médico a realizar consultas y chequeos, con lo que mantienen así el problema.

En el caso de la nosofobia, existe un miedo intenso a poder padecer una enfermedad que pueda ser mortal, es un miedo estable, no cambiante como en la hipocondría, en este caso la ansiedad puede estar producida por síntomas internos del propio cuerpo, por ejemplo algún dolor, hinchazón, malestar, etc., o también por situaciones externas, por ejemplo escuchar noticias sobre enfermedades, enterarse de la muerte de alguien, ver alguna imagen relacionada con enfermedad, hospitales, tanatorios, etc.

Algo muy importante que lo distingue de la hipocondría es que se dan respuestas de evitación, es decir, quien tiene nosofobia no va a los hospitales, rechaza ver o escuchar todo lo que tenga que ver con muerte o enfermedad, no chequea constantemente su cuerpo en busca de algo que se salga de lo normal sino todo lo contrario, ya que la evitación les calma a corto plazo su ansiedad, aunque también contribuye a mantenerla y cronificar el trastorno  en el tiempo.(psicomaster.es)

Análisis de un caso de nosofobia

Ejemplo de un paciente: Tom, de 47 años, tiene miedo de tener cáncer. En su mente, incluso una mancha de tinta en su mano podría provocar cáncer de piel. Tan pronto como comienza a toser, su mente se convierte en sospecha de que está desarrollando cáncer de pulmón. Para él, cualquier alteración en la salud es un signo urgente de una enfermedad que viene. Esto interrumpe seriamente su capacidad para llevar una vida feliz.

Tom se compromete, con el consejo de su médico, a la hipnoterapia que le permite alejarse de su nosofobia e identificar las causas fundamentales. Se da cuenta de que ha estado sufriendo trauma y ansiedad por el cáncer de su padre, que murió tres años antes. Después de la hipnosis, Tom decide comenzar su trabajo personal en psicoterapia relacional. Se las arregla para darle más sentido a su desorden interno y para comprender de dónde proviene su fobia, lo que le otorga la capacidad de controlar sus síntomas en el futuro.

Comportamientos asociados a la nosofobia

Lo que hace la diferencia entre nosofobia e hipocondría es la especificidad de las enfermedades temidas por los nosófobos. Si bien se puede decir que las diferencias entre los dos son mínimas, hay algunas distinciones clave que distinguen a la nosofobia. Como ejemplo, la nosofobia está profundamente asociada con la nosocomefobia o el miedo a los hospitales.

La nosofobia se define como el miedo o la convicción de que el paciente padece una enfermedad, aunque hay pocas o ninguna prueba desde el punto de vista médico. En casos extremos, incluso acudir al médico no proporciona alivio a la persona, ya que está convencida, a pesar de que una aclaración médica, de padecer una enfermedad que no puede nadie diagnosticar.

  • Fobias asociadas a la nosofobia
  • Miedo a los resfriados: rinofobia.
  • Miedo a la osteoartritis: artrofobia.
  • Miedo a las enfermedades del corazón: cardiofobia.
  • Miedo al malestar estomacal: gastralgofobia.
  • Miedo a los cálculos renales: nefrofobia.
  • Miedo a las enfermedades de la boca: estomatofobia.
  • Miedo al cáncer: carcinofobia.
  • Miedo a estar cansado: la kopofobia.
  • Miedo a los medicamentos: farmacofobia.
  • Miedo a ser operado: tomofobia.
  • Miedo a tener un dolor de muelas: odontofobia.
  • Miedo a las enfermedades de la piel: dermatofobia.
  • Miedo a las enfermedades del oído: otalgofobia.
  • Miedo a vomitar.(menteasombrosa.com)

Fuentes

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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