¿Sabías que el estrés y ansiedad puede influir en la conducta de tu hijo? Cabe aclarar que el estrés al cual nos referimos es un estrés que produce malestar, no es el estrés que todos tenemos en el día a día por nuestras responsabilidades, es un estrés que va más allá, que produce malestar. Está comprobado que el estrés de la madre que está gestando provoca en ella hormonas propias de este estrés entre ellas el llamado cortisol, esta atraviesa la placenta llegando hasta el feto, provocando en el recién nacido los siguientes problemas. Prematuridad y bajo peso al nacer, enfermedades respiratorias y defectos físicos, actividad circulatorio entre otras más. Nosotros te brindaremos información referente a los problemas emocionales, conductuales e inclusive de aprendizaje que podría tener un niño, el cual su madre cuando estaba en gestación estaba expuesta a un estrés frecuente. Hay diversos estudios que mencionan las consecuencias del estrés en personas gestantes, uno de ellos es el de la neurocientífica Claudia Paz, descubrió que el estrés constante en el embarazo puede afectar a la anatomía del cerebro, según sus datos algunas regiones cerebrales del niño de madres que sufrieron estrés en la gestación, presentan alteraciones, especialmente en aquellas regiones importantes para los procesos de aprendizaje, memoria y la regulación de las emociones.
La neurocientífica hizo un estudio comparativo, comparó a niños de edades entre 6 y 9 años de madres que habían sufrido estrés durante el embarazo vs madres que no sufrieron este estrés intenso durante el embarazo, ella vio que los niños de madres que sufrieron estrés tenían una amígdala más grande en comparación de niños con madres que no sufrieron estrés. Estos niños eran mucho más proclives a la alteración más fuerte en el aspecto emocional, tener mayor dificultades en la planificación y aprendizaje.
Sus últimos descubrimientos descubrió que esta diferencia en el tamaño de la amígdala y la anatomía del cerebro se pueden encontrar cuando recién nacen los niños, entonces, de esta manera ella descarta que el tamaño de la amigdala no se deba a una estimulación que tuvo en los primeros días o meses de vida, sino en los 9 meses de gestación, con eso se corrobora que la diferencia de tamaño y sus repercusiones se tuvieron origen en la gestación.
Ejemplo didáctico
Imaginemos el supuesto de que dos niños pasaron exactamente por las mismas experiencias, tengan los mismos genes y edad, lo único que cambió fue que en la gestación, en uno su madre pasó estrés constante e intenso y en el otro no. Ante el mismo estímulo frustrante el hijo de la madre que pasó mayor estrés presentará muy poca tolerancia a la frustración, será más propenso a reaccionar con impulsividad, agresividad, explosividad, mayor dificultades para estar atento que el otro niño cuya madre no pasó estos eventos recurrentes de estrés y ansiedad.
Esto se dio citando a la neurocientífica Claudia Paz por las diferencias anatómicas de la amígdala de cada niño y estas diferencias se originaron en la gestación debido al estrés o ausencia del estrés durante el embarazo de la madre.
Cuando un niño llega al mundo su cerebro ya completó una parte importante de su desarrollo, durante el crecimiento en el vientre de su madre se forman unas doscientos cincuenta mil neuronas cada minuto, el número de sinapsis las conexiones entre las células nerviosas que hacen posibles el pensamiento, los actos y los recursos se dispara especialmente durante el último tercio del embarazo y alcanza 40 mil sinapsis por minuto.
El cableado cerebral de su niño se forma en el embarazo, gran parte de esas conexiones neuronales que tendrán su niño se están formando durante el embarazo y esto influye de manera importante en las futuras conductas y capacidades. Además de la diferencia en conducta y estabilidad emocional, también el estrés influye en la atención, concentración y diferentes capacidades para el aprendizaje.
Así que queridos padres, si tienen un niño que es muy impulsivo pero saben que tal vez su gestación y embarazo fue estresante, a tener paciencia, saber cómo manejar estas conductas del niño, lo más responsable es capacitarte para manejar estas conductas. Cabe recalcar que el embarazo no es el único caso que puede producir alteraciones en el embarazo, las conductas de cualquier persona son multifactoriales, no obstante este factor es importante que si influye.
REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO