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Daniel Goleman: “Tener inteligencia emocional es escuchar tus emociones y asegurarse de manejarlas”

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Goleman es psicólogo, periodista científico y autor del libro Inteligencia emocional, uno de los best-sellers más longevos y reflexivos de los últimos años. Goleman es doctor en Psicología por la Universidad de Harvard, ha escrito para New York Times sobre el comportamiento humano y ha recibido dos nominaciones para el Premio Pulitzer. Sus publicaciones han tenido una amplia repercusión en campos como la psicología educativa, la educación y el desarrollo personal. Goleman destaca la necesidad de ser conscientes del papel fundamental que juegan nuestras emociones en la vida: “La inteligencia emocional es la capacidad de ser inteligente utilizando nuestras emociones, entender lo que sentimos y cómo se sienten otros, y usarlo en nuestras relaciones, en el trabajo, en la vida… en definitiva es esencial para la felicidad”, afirma. Además, Goleman señala la importancia fundamental que juega hoy la capacidad de atención, ya sea como una forma de autocontrol, para mejorar la empatía con los demás o la comprensión del mundo que nos rodea, así como los beneficios de su entrenamiento: “La práctica de la atención es como un músculo. Si no lo utilizamos se debilita; si lo ejercitamos, se fortalece”, y subraya: “Es muy importante que los niños sean capaces de poner la atención donde quieran, porque la atención es la base del aprendizaje”.

Nos podría comentar ¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional tiene que ver con las con las habilidades personales, no es un aprendizaje académico, se centra en como te manejas a ti mismo y tus relaciones, hay cuatro partes, la primera es la consciencia de uno mismo, saber lo que sientes, porque lo sientes, lo que puedes hacer bien o mal, después gestionarse a uno mismo, ser capaz de cumplir tus metas, ser positivo ante los contratiempos, controlar las emociones perturbadoras para que no te destrocen la vida o te impiden hacer lo que quieras hacer. En tercer lugar la empatía, entender como se sienten los demás, las personas no lo dicen todo con palabras, sino con el tono de voz, con el lenguaje no verbal, etc. Ser capaz de entender el punto de vista del otro y utilizando eso saber que le pasa a la otra persona, por último manejar bien las relaciones, colaborar, resolver conflictos, influenciar a la gente persuadir, comunicarse, escuchar todas esas habilidades, de eso trata la inteligencia emocional.

¿Qué significa ser inteligente con relación a nuestras emociones?

Ese es exactamente el objetivo de la inteligencia emocional, a eso se refiere realmente, primero es importante darse cuenta que cada emoción es un mensaje importante, el problema empieza cuando las emociones se vuelven muy fuertes o están muy fuera de lugar, por ejemplo, si una niña de ocho años se enfada porque no la invitaron a una fiesta, es normal que esté enfadada, cuanto le dura, sigue enfadada tiempo después y su madre ¿estará enfadada solo por eso?, se despierta a als 2 amm preocuada, tener inteligencia emocional es principalmente escuchar que te dicen las emociones y asegurarse de que puedes manejarlo si se está entrometiendo en otras cosas que quieres hacer, una emoción tiene su propósito pero luego termina y tienes que seguir adelante.

Es muy importante que los padres sepan esto. Y la gran pregunta es: ¿Podemos enseñar inteligencia emocional a nuestros hijos? ¿Podemos reforzar su propia inteligencia emocional? ¿Cómo podemos hacerlo?

Ya lo habéis hecho. Se hace desde que nacen. Desde que coges al bebé, le ayudas a dejar de llorar y le calmas, estás enseñando a su cerebro a calmarse, a que se le pase el enfado. En todo lo que haces con un niño le enseñas inteligencia emocional. Y el cerebro de un niño está hecho para observar atentamente a las personas, para aprender a ser un ser humano. Si eres padre, no puedes evitar enseñar inteligencia emocional. Los padres son los primeros profesores.

Eso me lleva a algo importante que me pasa: no tengo el nivel de autocontrol emocional que me gustaría tener. Estoy intentando enseñarle eso a mi hija, pero es algo que yo tampoco tengo controlado. Eso crea un caos en casa. ¿Cómo podemos manejar esto?

No me rendiría. Porque, en cierto modo, eres un ejemplo para tu hija, y sientes que no eres tan buen ejemplo como deberías ser, puede que seas mejor de lo que piensas. Pero, por otra parte, puedes ayudar a tu hija a aprender a calmarse, a manejar sus emociones hablando con ella: «¿Por qué estás tan enfadada?

Dices que hay una conexión directa entre tu inteligencia emocional y tu éxito en la vida y en lo profesional, ¿no?

Los datos son muy convincentes. Si observas los estudios que hacen las empresas para identificar los mejores líderes, los mejores trabajadores, concluyen en que lo que caracteriza a los grandes trabajadores es su inteligencia emocional. Ni lo que aprenden en el colegio ni una habilidad técnica ni el coeficiente intelectual. De hecho, hace poco vi un estudio sobre ingenieros, y se calificaban entre ellos para ver cuál tenía más éxito. Resultó que la correlación con el éxito, calificada por otros ingenieros, con el coeficiente intelectual era cero. Con la inteligencia emocional era muy alta.

Así que estás diciendo que el coeficiente intelectual es menos importante que la inteligencia emocional

Bueno, es importante, importa mucho, sobre todo en el colegio, tendrás mejores notas, aprenderás mejor, y en los primeros años de una profesión. Pero más adelante, en tu carrera profesional, cuando asciendes a gerente, por ejemplo, y te conviertes en un alto ejecutivo, no importa tanto. Para ser un alto ejecutivo, tienes que tener coeficiente intelectual, lo que técnicamente se llama una «desviación estándar» sobre lo normal. Lo normal son cien. Una desviación estándar son ciento catorce o ciento quince, que resulta ser lo que necesitas para sacarte un grado avanzado, un Máster en Administración de Empresas. Así que ayuda mucho. Pero, una vez estás ahí, estás compitiendo con gente tan inteligente como tú. Así que tu coeficiente no marca la diferencia. Hay datos que dicen que después del ciento veinte no hay relación entre éxito profesional y coeficiente intelectual. Cero. Un coeficiente de más de ciento veinticuatro, para los líderes es negativo… Es interesante.

Volvamos a los niños y a cómo aprenden. Se dice mucho que los niños tienen que cometer errores, que es muy importante que cometan errores. ¿Por qué los errores y las frustraciones son tan importantes?

Lo diría de otra forma, no diría que los errores y frustraciones son oportunidades de aprender, diría que cómo manejan los errores y las frustraciones es lo importante. Equivocarse si no aprendes de ello, no ayuda tanto. Sin embargo, uno de los elementos del éxito profesional y del éxito en la vida es ser capaz de recuperarse de un fracaso y un contratiempo. La vida está llena de contratiempos y obstáculos. Pero si dejas que eso te pare y no sigues intentándolo, no aprendes del error. Pero si eres capaz de ver la oportunidad que hay en esa situación, aunque estés muy enfadado por algo, controla tus emociones y sigue adelante. En otras palabras, la gente que cumple sus objetivos no deja que les paren los obstáculos, contratiempos y frustraciones. Aprenden a seguir adelante. Eso es valioso para los niños.

María Luisa Moreno. Has mencionado algo. Es una habilidad específica que siempre has destacado y dices que hay que reforzarla en los niños. Es muy interesante: la concentración.

¿Cuál es su importancia y cómo podemos enseñarla?

Es la capacidad de prestar atención o ignorar las distracciones, poner atención en lo que quieres. No sacar el teléfono y jugar a un juego, no mandarle un mensaje a tu mejor amigo, no meterse en Facebook o lo que sea que hagan los niños hoy en día. Eso es una tentación, una seducción. Conversando un día con un compañero que estuvo en el equipo que inventó el primer iPhone me decía: «A los 20 años, todos los ingenieros estábamos solteros, lo intentamos hacer lo más atractivo posible, ahora que tengo dos hijos, me arrepiento». Es muy importante que los niños sean capaces, sobre todo en este mundo, lleno de distracciones tecnológicas, de poner la atención donde quieran, porque la atención es la base del aprendizaje. ¿Por qué no enseñamos atención en los colegios? Los datos demuestran que cuanto más puedas concentrarte, mejor aprenderás. Hay una forma de hacerlo.

Estuve en una clase de niños de siete años en una zona muy pobre de Nueva York, que se llama Spanish Harlem. Los niños de esa zona viven en viviendas de protección social, hay mucha violencia, tienen una infancia muy difícil. Yo pensaba que la clase iba a ser muy caótica, pero me equivoqué. Estaban muy tranquilos y concentrados. Le pregunté a la profesora que qué pasaba. Me dijo: «Pasa esto. Todos los días hacemos algo que se llama ‘amiguitos de peluche’. Cada niño coge su peluche preferido, se tumba en el suelo, se lo pone en la barriga, y lo ven moverse al inspirar y espirar. Suben al inspirar y bajan al espirar». Eso es básicamente un entrenamiento para la atención, gimnasia para la mente. Conforme creces, trabajas con distracciones, porque la mente siempre se distrae. A veces esto lo llamamos «Mindfulness». Es un gran avance tenerlo en los colegios. Cuando tu atención se dispersa, te das cuenta y te vuelves a concentrar.

Eso ayuda a fortalecer los circuitos neuronales de la concentración. Cada vez que te das cuenta de que te has distraído y vuelves a concentrarte, fortaleces tu sistema de concentración. Es como ir al gimnasio. Cada vez que levantas un peso, cada repetición fortalece el músculo. Cada vez que un niño o un adulto vuelve a concentrarse fortalece su sistema para hacerlo. Esto se puede enseñar. El cerebro quiere aprender a prestar atención. Es lo primero para cualquier tipo de aprendizaje. La atención se puede entrenar, es la base del aprendizaje. Por eso en los colegios debería entrenarse la atención.

¿Qué hay de la meditación? ¿Está relacionada; ayuda?

La meditación es un término genérico. La atención plena es la adaptación de los métodos clásicos de la meditación. Acabo de escribir un libro sobre la ciencia de la meditación teniendo en cuenta los estudios académicos científicos, y hemos encontrado que la atención plena o entrenamiento de la atención, prefiero ese término al de meditación, fortalece la concentración. En la época de la universidad, si practicas esto, resulta que obtienes mejores resultados en el examen de acceso a la escuela de posgrado. Tienes mejores notas. Si te preocupas por tus hijos, querrás que tengan esa capacidad.

Sí, esto es algo realmente importante que hay que enseñar a los niños, y es algo que debería enseñarse en los colegios

Se enseña lo que se conoce en ciencias como el control cognitivo. Es la habilidad de concentrarte en lo que quieres e ignorar las distracciones. Resulta ser el mismo sistema de control que nos ayuda a manejar las emociones desagradables, el cerebro usa el mismo sistema para esto. Que esos niños de siete años se concentren en los peluches les enseña este tipo de control.

Esta entrevista fue realizada por el grupo BBVA: youtube.com

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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