Una nueva forma de hacer psicología



¿En que consiste la Terapia Psicoanalítica?

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Sin duda todos hemos escuchado hablar alguna vez de Sigmund Freud y de su importante aportación a la psicología con el psicoanálisis. Freud destacó la importancia del subconsciente en nuestra vida cotidiana y desarrolló la teoría del psicoanálisis y la terapia psicoanalítica. La terapia psicoanalítica es un proceso terapéutico que intenta resolver los problemas psicológicos de las personas teniendo en cuenta las fantasías, los pensamientos, las emociones, los sentimientos y los sueños, es decir, su mundo interior.  La terapia psicoanalítica se caracteriza entre otras cosas por ser ir adaptándose a las circunstancias sin seguir una estructura muy rígida. Esto es así porque, para la perspectiva teórica desde la que parte el psicoanálisis, cada paciente experimenta una forma de malestar única, basada en sus experiencias pasadas y que forman parte de su identidad como individuo. Sin embargo, es posible resumir el qué consiste este proceso terapéutico fijándonos en cuáles son las principales fases de la terapia psicoanalítica, basada en las obras de Sigmund Freud y de sus seguidores. Justamente este es el tema que vamos a abordar en este artículo.

Principios básicos de la terapia psicoanalítica

Existen diversos principios básicos en la terapia psicoanalítica, entre los que podemos destacar los siguientes:

El inconsciente y sus manifestaciones

La terapia psicoanalítica parte de un concepto de mente en el que se incluye el subconsciente, al que no se puede tener un acceso directo, pero sí se puede llegar a conocer a través de las formas que tiene de manifestarse como los sueños o las fantasías.

El pasado

Al contrario de lo que ocurre en otras ramas de la psicología, en el psicoanálisis se tiene en cuenta el pasado de las personas y cómo ese pasado ha influido en la situación actual, en las formas de actuar y de pensar.

La defensa

Las personas pueden tener en su mente zonas ocultas que defienden ante los terapeutas para que no salgan a la luz. Estos mecanismos de defensa son estudiados por el psicoanálisis para tratar de llegar al inconsciente.

El curioso caso de Anna O.

En el año 1880 le llegó al psicólogo Josef Breuer el caso de una joven de 21 años con síntomas de histeria. Se llamaba Bertha Pappenheim aunque Breuer bautizó el caso como “Anna O.”. Esta joven padeció ceguera, sordera, parálisis, estrabismo y en ocasiones perdía la capacidad de hablar o sustituía su idioma natal (el alemán) por idiomas que no dominaba como el inglés o el francés. Berta Pappenheim fue la persona que facilitó el descubrimiento del método catártico, que es el germen de la terapia psicoanalítica. Cuando ella relataba los hechos traumáticos se aliviaban, al menos en parte, su angustia. Este procedimiento curativo fue llamado por Pappenheim “cura del habla”. Posteriormente Breuer, que había encontrado una forma de curación de la histeria, la transmitiría a Freud, que la adoptaría en la Teoría del Psicoanálisis.

Técnicas terapéuticas del psicoanálisis

Para lograr que el paciente se expresa, el terapeuta puede utilizar diversas técnicas, como las siguientes:

La asociación libre

Consiste en que el paciente dice todo lo que se le pasa por la cabeza, sin censurar nada de los recuerdos, pensamientos o sensaciones que tenga. El psicoterapeuta deberá facilitar esa asociación libre para identificar los posibles conflictos del paciente.

La transferencia terapéutica

Supone la transferencia de emociones y sentimientos relativos a personas importantes en la vida del paciente hacia su terapeuta. Si esto sucede, el terapeuta se lo debe señalar al paciente para que comprenda y mejore la forma de relacionarse con esas personas.

Interpretación de pensamientos, sueños y palabras

El terapeuta deberá aprender a sacar conclusiones de los pensamientos, sueños y palabras que exprese el paciente. Para ello le preguntará y le hará reflexionar para entender su conducta. En este sentido, destaca también la importancia de los sueños como una manifestación del inconsciente que también debe ser objeto de interpretación.(universidadviu.com)

¿Cuáles son los elementos o prácticas que la hacen diferente respecto de otras maneras de hacer terapia?

Todos los tipos de psicoterapias tienen como objetivo fundamental el alivio del sufrimiento psíquico y el logro de una buena calidad de vida. El psicoanálisis, en particular,  es una forma de tratamiento que se basa en el supuesto de que el sujeto desconoce los factores determinantes de sus emociones y comportamientos ya que éstos son esencialmente inconscientes, por lo tanto, es un proceso que investiga cómo estos factores afectan, determinan y condicionan los vínculos actuales, los patrones de pensamiento, de emoción y de comportamiento. De acuerdo a esto, para el psicoanálisis el origen de las dificultades que ocasiona el sufrimiento, procede de las ansiedades infantiles reprimidas y de la secuencia progresiva de mecanismos defensivos y síntomas que surgieron para proteger al sujeto contra la reaparición y repetición de estos sentimientos, por tanto, su tarea se define en relación a traer a la conciencia estos restos del pasado para que puedan volver a ser valorados y ser asimilados adecuadamente.

La terapia psicoanalítica tiene como objetivo entonces, descubrir aspectos inconscientes que subyacen a los problemas actuales de modo que el sujeto pueda vivir mejor y con mayor bienestar, que el sujeto pueda asumirse siendo lo que es y no otra cosa y que le sea posible a partir de ello, tomar decisiones respecto de su vida siguiendo la dirección que le señala su deseo. Aquí encuentro el punto esencial en el que se diferencia con otros tipos de psicoterapia.

¿Cuáles son los elementos que le parecen más relevantes y útiles de esta manera de hacer terapia?

El psicoanálisis no es solo un método de tratamiento de las problemáticas psicológicas, es también un procedimiento de investigación de los procesos psíquicos inconscientes, y es una teoría de la vida psíquica.

El proceso psicoanalítico puede ayudar a sujetos que manifiestan sufrimiento psíquico, pero también a aquellos que se sienten inhibidos en su desarrollo personal o que deseen lograr una mayor calidad de vida, a través del logro de una mejor comprensión de su mundo interno. Por tanto, uno de los elementos que percibo como más relevantes es que no se limita a un fin estrictamente terapéutico, sino que promueve también un aumento de bienestar, de la capacidad de trabajar y amar; genera un espacio donde el sujeto se encuentra con él mismo, en el que puede “pensar-se” y “escuchar-se”, y poner en palabras aquello que es en relación a su deseo.

Así, el sujeto puede adquirir conciencia de ciertos aspectos inconscientes de su modo de ser y de funcionar, y de sus dificultades, al experimentarlas y evaluarlas nuevamente, de manera intelectual y emocional, en la relación terapéutica con su analista y en el contexto del dispositivo analítico, lo que le permitirá realizar mejores elecciones de vida.

¿Cuánto tiempo tienden a durar las sesiones?

Las sesiones en el proceso de la Psicoterapia Psicoanalítica tienen una duración variable, pero suelen transcurrir aproximadamente en un tiempo de cuarenta y cinco minutos, con una frecuencia de una vez por semana, existiendo la posibilidad de acordar la realización de más sesiones semanales. De acuerdo a la dinámica que se abre y se juega en el espacio terapéutico en el transcurso de una sesión, el “corte” de cada sesión no se da en relación al tiempo reloj sino más bien al material que trae el paciente a la misma, puesto que el tiempo del sujeto no es el tiempo cronológico y el inconsciente es atemporal.

Entendemos por “corte” de sesión el momento en el que el analista termina la sesión en función del proceso de curación donde se pone en juego aquello que el sujeto debe comprender fuera del tiempo de la sesión; esto es así porque en psicoanálisis hablamos de proceso, y por tanto el encuentro del paciente consigo mismo no se limita al tiempo que comparte con el analista, sino más bien es un trabajo que conlleva continuidad, tanto en el tiempo de sesión como fuera de él.

¿Aproximadamente, cuánto dura un tratamiento?

En relación a la duración del tratamiento podemos advertir las diferencias propias del estilo de trabajo de cada profesional, estilo que refiere al modo en que cada uno pone en juego su propio deseo en el marco del Psicoanálisis. Así, nos encontramos con psicoterapias psicoanalíticas de una duración limitada, breves, focalizadas, donde paciente y psicoanalista fijan un número determinado de sesiones y cuyo objetivo es la resolución de problemáticas puntuales que le han generado dificultades en el transcurso de su vida. De acuerdo a mi modo de hacer clínica en el marco del Psicoanálisis, estimo que no se deben definir en principio el número de sesiones, sino más bien, que debe acordarse con el paciente el final del tratamiento, al igual que otras pautas como el costo, día, lugar y horario. Esto es así, puesto que estamos frente a un proceso que no se corresponde con tiempos cronológicos y en el que nos vamos a ir enfrentando a ciertas resistencias respecto de comprender, de saber, de interrogar y por tanto, de modificar aquello que tiene que ver con el sufrimiento.

Cada sesión se instala como un espacio seguro y confiable donde el sujeto puede verse a sí mismo, puede escuchar y escucharse, puede interrogarse, puede reflexionar y tomar decisiones para la vida en función del reconocimiento y la aceptación de aquello que él es, por lo que acotar este proceso con un tiempo predeterminado, considero que deviene en ponerle límite a las posibilidades con las que el sujeto potencialmente puede contar para encontrarse con su propio deseo y acceder a una mejor calidad de vida.(psiconetwork.com)

Estas son las principales fases de la terapia psicoanalítica, ordenadas.

Establecimiento del motivo de consulta

En esta primera fase, se da la oportunidad a los pacientes para que describan el motivo por el que acuden a estas sesiones de terapia psicoanalítica, expresando también sus preocupaciones y su manera de experimentar el malestar que les lleva a consulta. Ahora bien, en terapia psicoanalítica no se da por supuesto que la verdadera fuente de malestar es aquella que el paciente cree. A fin de cuentas, desde el paradigma del psicoanálisis se pone énfasis en las limitaciones de la consciencia a la hora de entender lo que ocurre en la mente de uno mismo. Llegar a conocer el verdadero motivo por el que se va a consulta también forma parte de este proceso de terapia. Por eso, en la fase de la entrevista inicial simplemente se crea una situación en la que el profesional realice una recogida de datos básicos, y para que este pueda decidir qué tipo de contenidos de la vida del paciente es conveniente explorar más adelante.

Entrevistas de exploración del problema

En esta segunda fase de la terapia psicoanalítica el profesional lleva a cabo una serie de entrevistas semi-estructuradas con el paciente con el objetivo de conocer su trayectoria vital y el contexto familiar y social en el que ha ido desarrollándose como persona. Es decir, que en esta etapa los psicoanalistas plantean una serie de preguntas de forma más o menos improvisada, aunque teniendo en cuenta cuáles son los temas principales a examinar a priori.

Establecimiento de las primeras hipótesis

Tal y como hemos visto, para los psicoanalistas los conflictos que tienen lugar en la parte inconsciente de la mente tienen una gran importancia a la hora de explicar por qué surgen los trastornos psicológicos y los problemas para adaptarse a las circunstancias que la vida nos plantea.

Por eso, esta es una de las fases de la terapia psicoanalítica más importantes, porque aquí ya se intenta a crear situaciones para que estos problemas reprimidos en lo inconsciente se expresen a través de las acciones y del discurso de la persona. Estos contenidos encerrados en lo inconsciente (y cuya lucha por salir de ahí es la verdadera causa del malestar) se expresarán de manera no muy clara ni evidente, sino mediante formas más discretas, a causa del filtro que supone la parte consciente de la persona. Por ejemplo, surgirán plasmadas indirectamente a través de símbolos aparecidos en sueños, sustituciones de palabras mientras se habla, etc. Sin embargo, los psicoanalistas están entrenados para detectar la expresión de lo inconsciente en lo consciente. Para poder recoger información indirecta sobre lo que pasa en lo inconsciente de los pacientes, los psicoanalistas usan técnicas y herramientas como las pruebas proyectivas (test de Rorschach, test del árbol, etc.). Luego, el profesional de la terapia psicoanalítica establece una hipótesis acerca de cuál puede ser la causa del problema que hace sufrir a la persona y/o a su entorno familiar y social.

Devolución de la información

En esta fase, se informa al paciente acerca de la información importante recabada hasta el momento, y se le pide que opine sobre esto. La manera de reaccionar de la persona también es tenida en cuenta de cara a definir mejor qué le ocurre a la persona y cómo se la puede ayudar.

Fase de análisis

En esta fase de la terapia psicoanalítica, paciente y terapeuta examinan juntos los indicios por los cuales se expresa el conflicto psicológico que está detrás de los pensamientos y acciones problemáticas de quien acude a consulta, y trabajan para darles significado e integrarlos en la consciencia. Se trata de una etapa de la intervención terapéutica que puede variar mucho dependiendo de la orientación psicoanalítica del profesional, si bien hay ciertos recursos que son especialmente populares, como la asociación libre.

En general, el terapeuta ayuda al paciente a que las barreras que separan lo consciente y lo inconsciente se debiliten y se entre en un estado de relativa no represión de las ideas y de los sentimientos, para que todo pueda ser expresado sin miedo a ser juzgados por los demás. De esta manera, a la vez que se va comprendiendo cómo opera la mente inconsciente de uno mismo en lo relativo a temas que producen malestar (traumas, complejos e inseguridades, miedos, etc.) se produce también un alivio del malestar.

Revisión de los pasos anteriores

En la fase final, el paciente da su opinión sobre el proceso y valora los resultados obtenidos. De esta manera, siempre se está a tiempo de corregir algo si considera que aún se siente significativamente mal y queda trabajo por hacer.(avancepsicologos.com)

Fuentes

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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