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Como saber si tu hijo tiene el Trastorno del Espectro Autista

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Los Trastornos del Espectro Autista, se definen como una disfunción neurológica crónica con fuerte base genética que desde edades tempranas se manifiesta en una serie de síntomas relacionados con la interacción social, la comunicación y la falta de flexibilidad en el razonamiento y comportamientos. El grado de gravedad, forma y edad de aparición de cada uno de los criterios va a variar de un individuo a otro, definiendo cada una de las categorías diagnósticas. A pesar de las clasificaciones, ninguna persona que presenta un TEA es igual a otro en cuanto a características observables. En todos los casos se presentan manifestaciones clínicas en varios aspectos de las siguientes áreas: interacción social, comunicación y repertorio restringido de intereses y comportamientos. Las manifestaciones del trastorno suelen ponerse de manifiesto en los primeros años de vida y variarán en función del desarrollo y la edad cronológica de los niños. La complejidad de manifestaciones clínicas sugiere una etiología multicausal. Los avances más recientes indican la importancia de los factores genéticos y de algunos posibles factores ambientales que dan lugar a alteraciones cerebrales muy tempranas Se acepta que “el autismo es el trastorno más genético de los síndromes neuropsiquiátricos” y que es, primordialmente, la consecuencia de la alteración de un conjunto de genes interdependientes, distribuidos en distintos puntos del genoma.
Etiología del trastorno del espectro autista

En la mayoría de los casos de trastornos del espectro autista, se desconoce la causa específica. Sin embargo, ha habido algunos casos asociados con síndrome de rubéola congénita, enfermedad por inclusiones citomegálicas, fenilcetonuria, complejo de esclerosis tuberosa o síndrome del cromosoma X frágil. Evidencia firme avala un componente genético. Para los padres de un niño con un trastorno del espectro autista, el riesgo de tener otro hijo con un trastorno del espectro autista es de alrededor del 3 al 10%. El riesgo es mayor (alrededor del 7%) si el niño afectado es de género femenino y menor (alrededor del 4%) si el niño afectado es de género masculino. La tasa de concordancia de autismo es alta entre gemenos monocigóticos.

La investigación de familias ha sugerido varias áreas potenciales de genes diana, incluidos los relacionados con receptores de neurotransmisores (serotonina y ácido gamma-aminobutírico [GABA]) y control estructural del sistema nervioso central (genes HOX). Se han sospechado causas ambientales, pero no han sido demostradas. Hay evidencias concluyentes que indican que las vacunas no causan autismo, y el estudio primario que sugirió esta asociación se retiró porque su autor falsificó los datos (véase también Vacuna contra sarampión, parotiditis y rubéola (MMR)). Es probable que gran parte de la etiología de los trastornos del espectro autista se base en diferencias en la estructura y la función del encéfalo. Se han identificado diferencias en el cerebelo, la amígdala, el hipocampo, la corteza frontal y los núcleos del tronco encefálico.(fundacionadana.org)

¿Puede mi hijo o alumno tener TEA?
Interacción social alterada

En bebés: contacto visual, expresiones y gestos limitados. Lo que se traduce a veces en una especie de sordera selectiva ya que no suelen reaccionar cuando se les llama por su nombre.

En niños pequeños: falta de interés en ser ayudados, falta de habilidad para iniciar o participar en juegos con otros niños o adultos, juegos en solitario, respuesta inapropiada en las relaciones sociales formales.

Comunicación Verbal y No Verbal alteradas

No usan el lenguaje verbal y/o corporal como comunicación funcional, incluso puede existir mutismo en los casos más graves. Algunos niños inician el desarrollo del lenguaje en el primer año de vida, pero pueden sufrir una regresión a partir del segundo año y perderlo. Otros en cambio sufren retrasos generalizados en todos los aspectos del lenguaje y de la comunicación (no compensan con gestos o mímica).

Cuando el lenguaje está presente existe alteración importante de la capacidad para iniciar o mantener una conversación: ecolalia, confusión de pronombres personales (se refieren a ellos mismos en segunda o tercera persona), repetición verbal de frases o alrededor de un tema particular y anormalidades de la prosodia. Utilizan un lenguaje estereotipado.

Restricción de intereses y comportamientos estereotipados y repetitivos

Preocupaciones absorbentes por uno o más patrones estereotipados y restrictivos de interés que resultan anormales en su intensidad o en su contenido. Es común: la insistencia exagerada en una misma actividad, rutinas o rituales específicos. Tienen escasa tolerancia a los cambios de dichas rutinas. Suelen adquirir manierismos motores estereotipados y repetitivos como sacudir o girar las manos o dedos, o movimientos complejos de todo el cuerpo.

Respuesta inusual a los estímulos

Percepción selectiva de determinados sonidos que se traduce en no responder a voces humanas o a su propio nombre y en cambio son extremadamente sensibles a ciertos sonidos, incluso considerados suaves para la mayoría. De igual forma ocurre con determinados estímulos visuales, táctiles, de olor o sabor. Esto se traduce a veces en trastornos de la alimentación por su preferencia o rechazo a determinados sabores o texturas, o rechazo a determinadas prendas de vestir por el color y tacto. A veces disfunción grave de la sensación del dolor que puede enmascarar problemas médicos como fracturas.

Trastornos del comportamiento

A veces muestran dificultad para centrar la atención en determinados temas o actividades que no han sido elegidos por ellos mismos. Algunos niños suelen ser considerados hiperactivos o con problemas de déficit de atención, llegando incluso a niveles significativos de ansiedad. Otros responden a los cambios o frustraciones con agresividad.

Habilidades especiales

Algunos niños pueden mostrar habilidades especiales en áreas concretas sensoriales, de memoria, cálculo, y otras, que pueden hacer que destaquen en temas como por ejemplo, música, arte o matemáticas.

Causas de los trastornos del espectro autista

Las causas específicas de los trastornos del espectro autista no se conocen por completo, aunque sí se sabe que a menudo están asociadas a factores genéticos. Para los padres de un niño con trastorno del espectro autista (TEA), el riesgo de tener otro hijo con el mismo trastorno es alrededor del 3 al 10%. Varias anomalías genéticas, como el síndrome del cromosoma X frágil, la esclerosis tuberosa compleja y el síndrome de Down, pueden estar asociadas a los trastornos del espectro autista. Las infecciones prenatales como, por ejemplo, infecciones víricas como rubéola o citomegalovirus, pueden intervenir de algún modo. La prematuridad también puede ser un factor de riesgo: cuanto mayor es el nivel de prematuridad, mayor es el riesgo de un trastorno del espectro autista (TEA).

Algunos niños que sufren un trastorno del espectro autista presentan diferencias en la formación de su cerebro y en su funcionamiento. Sin embargo, está claro que los trastornos del espectro autista (TEA) no se deben a un mal cuidado paterno, a condiciones adversas durante la infancia o a la vacunación (véase también vacuna triple vírica y preocupación sobre el autismo).

Pronóstico de los trastornos del espectro autista

Los síntomas de los trastornos del espectro autista suelen persistir durante toda la vida. El pronóstico está fuertemente influenciado por la cantidad de lenguaje útil que el niño ha adquirido a la edad de inicio de la escuela primaria. Los niños con un trastorno del espectro autista con una inteligencia estimada más baja (por ejemplo los que obtienen un valor inferior a 50 en las pruebas de coeficiente intelectual [CI]) requerirán probablemente un apoyo más intensivo en la edad adulta.

Tratamiento de los trastornos del espectro autista
  • Análisis conductual aplicado
  • Programas educativos
  • Logopedia
  • A veces, tratamiento farmacológico

El Análisis de Comportamiento Aplicado (ABA, por sus siglas en inglés) es un enfoque terapéutico en el que los niños aprenden habilidades cognitivas, sociales o conductuales específicas de forma gradual. Las pequeñas mejoras se refuerzan y se desarrollan progresivamente para mejorar, cambiar o desarrollar comportamientos específicos en los niños que sufren un trastorno del espectro autista (TEA). Estas conductas comprenden habilidades sociales, habilidades de lenguaje y comunicación, lectura y habilidades académicas, así como habilidades aprendidas como el cuidado personal (por ejemplo, ducharse y arreglarse), habilidades para la vida cotidiana, puntualidad y competencia laboral. Esta terapia también se utiliza para ayudar a los niños a minimizar las conductas (por ejemplo, la agresividad) que pueden afectar negativamente a su progreso.

La terapia de análisis conductual aplicado se adapta a las necesidades de cada niño y, por lo general, está diseñada y supervisada por profesionales certificados en análisis conductual. En Estados Unidos, el Análisis de Comportamiento Aplicado (ABA, por sus siglas en inglés) puede estar disponible como parte de un Plan de Educación Individualizado (Individualed Education Plan, IEP) en las escuelas y, en algunos Estados, está cubierto por un seguro de salud. Otra intervención intensiva basada en el comportamiento es el modelo basado en el Desarrollo, las diferencias Individuales y las Relaciones (DIR®), también llamado Floortime (o “juego circular”). El modelo DIR® se basa en los intereses del niño y en sus actividades preferidas para ayudar a desarrollar sus habilidades de interacción social y otras habilidades. En la actualidad, hay menos pruebas para apoyar el modelo DIRFloortime® que el modelo ABA, pero ambas terapias pueden ser eficaces.

Los programas educativos para los niños en edad escolar con un trastorno del espectro autista (TEA) deben abordar el desarrollo de las habilidades sociales y los retrasos en el habla y el lenguaje, así como ayudar a prepararlos para la formación después de la escuela secundaria o para el empleo. El Acta Federal para la Educación de Personas con Discapacidades [Individuals with Disabilities Education Act (IDEA)] establece que los niños y adolescentes con trastornos del espectro autista tienen derecho a una educación gratuita y apropiada impartida en las escuelas públicas. La educación debe impartirse de la forma menos restrictiva posible y en ambientes no excluyentes, es decir, un entorno donde los niños tienen la oportunidad de interaccionar con compañeros no discapacitados, con igual acceso a los recursos de la comunidad. La Americans with Disability Act (Ley para los estadounidenses con discapacidad) y la Section 504 of the Rehabilitation Act (Sección 504 de la ley de Rehabilitación) también proporcionan alojamiento en escuelas y otros lugares públicos.

El tratamiento farmacológico no puede cambiar el trastorno subyacente. Sin embargo, los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), como la fluoxetina, la paroxetina y la fluvoxamina, suelen ser eficaces en la reducción de comportamientos rituales de las personas con un trastorno del espectro autista. Los fármacos antipsicóticos, como la risperidona, se utilizan para reducir el comportamiento autoagresivo, aunque debe considerarse la existencia de un riesgo de efectos secundarios (como aumento de peso y trastornos del movimiento). Los estabilizadores del estado de ánimo y los psicoestimulantes pueden ser eficaces para las personas con falta de atención o impulsivas o las que presentan hiperactividad.

Aunque algunos padres intentan dietas especiales, tratamientos gastrointestinales o tratamientos inmunitarios, actualmente no existe ninguna evidencia de que alguno de estos tratamientos sea efectivo en los niños con trastornos del espectro autista. No se ha demostrado la eficacia de otros tratamientos complementarios, tales como la comunicación facilitada, la terapia de quelación, el entrenamiento de integración auditiva y el tratamiento con oxígeno hiperbárico. A la hora de considerar estos tratamientos complementarios, las familias deben consultar con el médico de cabecera del niño respecto a los beneficios y los riesgos.(msdmanuals.com)

Fuentes

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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