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Nictofobia – Tratamiento psicológico para el miedo a la oscuridad

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El miedo a la oscuridad es uno de los temores más comunes en la mayoría de personas. De hecho, es una respuesta aprendida de nuestros antepasados, que debían protegerse ante los depredadores que se escondían entre las sombras de la noche. Pero cuando este miedo se convierte en una fobia a la oscuridad, conocida en psicología como nictofobia, esto puede acabar siendo toda una traba para la vida de la persona que lo sufre. ¿Por qué se experimenta este terror en la oscuridad?. El miedo a la oscuridad es uno de los temores más recurrentes durante la niñez, y como hemos mencionado se considera una reacción completamente normal durante el desarrollo infantil. De hecho, los estudios han demostrado que las personas tienen este terror en la oscuridad debido a la falta de estímulos visuales. Es decir, el miedo nocturno o a la oscuridad es debido a que no podemos ver aquello que nos rodea.

Si bien el miedo a la oscuridad es algo relativamente normal, cuando una persona empieza a experimentar los síntomas a una fobia a la oscuridad o nictofobia esto puede llegar a condicionar muchos de los aspectos de la vida de aquel que lo padece. De hecho, este temor irracional puede acabar haciendo que la persona modifique su rutina debido al miedo a salir de noche o a estar sin luz. La principal diferencia entre el miedo y la fobia a la oscuridad es que precisamente la segunda acaba haciendo que la persona cambie muchos aspectos de su vida para evitar los síntomas de ansiedad relacionados con la nictofobia.

Síntomas de la fobia a la oscuridad

Cuando una persona sufre de nictofobia suele tener los mismos síntomas característicos de todas las otras fobias. Las personas que sufren de este miedo irracional a la luz apagada o a la negrura de la noche, suelen experimentar mucha angustia cuando están rodeados por la oscuridad. Tanto es así que este miedo nocturno acaba interfiriendo con la mayoría de sus actividades diarias. Aquellos que sufren de nictofobia suelen experimentar estos síntomas de fobia cuando están en la oscuridad o incluso cuando se piensa en ella. Principalmente, podemos destacar las siguientes señales que indican una fobia a la oscuridad.

Ponerse nervioso ante cualquier ambiente oscuro: los síntomas de una fobia suelen relacionarse con los estados de nerviosismo debido a que empieza a experimentar un miedo demasiado grande. Miedo a salir de noche: Cuando se experimenta de nictofobia los individuos empiezan a sentir mucho miedo a ir solos a los sitios durante la noche o prefieren no salir durante las horas nocturnas.

Dormir con luz

El miedo a dormir solo en adultos suele estar debido a padecer de nictofobia. De hecho, normalmente, las personas que experimentan este miedo nocturno suelen acabar recurriendo a utilizar luces para apaciguar este terror en la oscuridad.

Síntomas físicos de fobia

Normalmente cuando una persona con una fobia a la oscuridad se expone a un espacio sin luz suele empezar a sentir un aumento en su frecuencia cardíaca, una mayor sudoración y hasta puede percibirse como si estuviera enfermo. De este modo, la nictofobia puede acabar siendo perjudicial para la vida social, personal y profesional de una persona. Por ello, si te identificas con muchos de los síntomas de esta fobia a la noche o la oscuridad, es muy recomendable acudir a la consulta de un psicólogo profesional. Causas y consecuencias del miedo a la oscuridad

La adquisición y mantenimiento de la fobia a la oscuridad está determinado por varios factores diferentes. Desde la psicología conductual se atiende a los mecanismos de aprendizaje para explicar tanto la adquisición, como al mantenimiento de la fobia:

Aprendizaje o condicionamiento clásico

Explica la adquisición de la fobia a partir de experiencias negativas que el pequeño ha vivido en el contexto de la oscuridad. Así por ejemplo, cabe destacar la asociación que se establece cuando la madre atiende al niño  con la luz encendida al reclamarla por la noche. El niño puede asociar la luz con la seguridad de tener presente a su madre, relacionando la oscuridad con el malestar por el que había llamado a su madre (por ejemplo, pesadillas). Cuando la fobia a la oscuridad aparece en la edad adulta asociada a un condicionamiento clásico, este puede ser consecuencia de un evento puntual (por ejemplo, sufrir un robo en plena noche), o bien repetitivo (por ejemplo, algunas víctimas de abuso sexual describen un miedo a la oscuridad asociado a las intimidaciones sexuales recibida por sus parejas al apagar la luz por las noches).

Aprendizaje o condicionamiento vicario u observacional, o por transmisión de información

A veces adquirimos miedos, no por experiencia directa, sino porque nos los han contado o los hemos observado en otras personas. Las películas, los cuentos, las noticias de agresiones o robos por la noche, pueden dar lugar al miedo a la oscuridad.

Aprendizaje o condicionamiento instrumental y operante: explica por qué se mantiene el miedo y para ello alude a las consecuencias del mismo o de los actos asociados. Cuando el niño evita la oscuridad (por ejemplo: viene mamá, encienden la luz…) los niveles de ansiedad se reducen, evitando que se desarrollen estrategias de afrontamiento al miedo. Además, este hecho produce una disminución de la ansiedad a corto plazo, lo que refuerza la conducta y hace más probable que la repita en un futuro. Por otra parte, en muchos casos la persona obtiene ganancias cuando tiene miedo. En este sentido, es frecuente que el niño con miedo acabe durmiendo en la cama o con uno de sus padres, o que el adulto con miedo reciba mayores dosis de atención por su entorno.(webconsultas.com)

Causas del miedo irracional a la oscuridad

La nictofobia se trata en muchos casos de una fobia con una naturaleza evolutiva, ya que como hemos mencionado, muchos animales depredadores cazaban de noche. Entonces, es posible que esta fobia a la oscuridad pueda ser debida a los peligros desconocidos que suelen estar ocultos en la noche.  Por otro lado, en algunas ocasiones este miedo nocturno o a la oscuridad tan irracional puede deberse a la sensación de inseguridad y a la falta de confianza que tienen las personas en sí mismas, sobre todo cuando la nictofobia ocurre cuando la persona está sola.

El miedo a la oscuridad en niños

Uno de terrores infantiles más comunes en la infancia es el miedo a la oscuridad, el cual produce problemas a la hora de ir a dormir, problemas de sueño y ansiedad ante dicho estímulo. El miedo, no es más que la respuesta de nuestro organismo ante cualquier amenaza ya sea real o ficticia. Es nuestra señal de alarma interna que nos ha ayudado desde el inicio de nuestra especie para asegurar nuestra supervivencia. Pero, ¿saben los niños distinguir entre amenazas reales y ficticias? Cuando estos síntomas de fobia a la oscuridad se dan en los niños, podemos recurrir a los siguientes consejos.

Explícales la diferencia entre amenazas reales y ficticias

Aunque sean pequeños, tienen que aprender a diferenciar que no es lo mismo tener un león delante y tener miedo, que imaginarnos un fantasma delante y tener miedo. La diferencia es que el león es un peligro real del que debemos huir, o como respuesta adaptativa, luchar; y el fantasma no existe en la realidad, solo en su imaginación. Debemos explicarles que no se puede tener miedo a algo que no existe.

Tienen que enfrentarse a sus miedos

Para su correcto desarrollo emocional y un aprendizaje que les ayudará el resto de su vida, debemos enseñarles de que la única forma de superar los miedos es enfrentarnos a ellos, ya sea el miedo a la oscuridad como cualquier otro miedo. Podemos ayudarles a través de cuentos (por ejemplo: la historia de un niño que tiene miedo a la oscuridad y se da cuenta de que en ella no pasa nada y podemos apreciar mejor la luz de las estrellas), juegos, y sobre todo, apoyarles para que estén cada vez más tiempo solos en la oscuridad, primero acompañados por nosotros y cada vez más tiempo solos hasta que la ansiedad por el miedo se reduzca hasta desaparecer.

Utilizar un objeto ‘protector’

Si son muy pequeños o les cuesta mucho enfrentarse podemos darles un peluche o algún objeto “protector” al que puedan abrazar cuando tengan miedo. En el momento que ansiedad debida a los síntomas de la fobia a la oscuridad desaparezcan con el objeto, lo iremos retirando de forma gradual premiando al final de la semana si ha conseguido primero dos días sin el objeto, la semana siguiente tres días, etc. hasta que consigamos que duerma sin él. (Economía de fichas) Los premios no deben ser nunca cosas materiales, sino elegir lo que comerá el fin de semana, elegir qué película vamos a ver, etc.

No exigir demasiado

El error de muchos padres es esperar que nuestros hijos avancen muy rápido. La superación de los miedos es un trabajo de constancia y a largo plazo. No podemos esperar que en dos semanas dejen de tener miedo a la oscuridad o a que puedan dormir con la luz apagada. El enfrentamiento al miedo debe solo detenerse cuando el niño deje de tener ansiedad ante este, nunca antes.

Darles apoyo

Una de las partes más importantes es apoyar a nuestros hijos en afrontar este miedo a dormir con la luz apagada, utilizar siempre un lenguaje o refuerzo positivo y lanzar mensajes como “se que lo vas a hacer bien”, “estoy aquí para apoyarte”, “te voy a acompañar hasta el final”, “te queremos mucho y sabemos que lo conseguirás”, etc.

Si esta fobia a dormir sin luz o el terror en la oscuridad no desaparece a pesar de trabajar en ello, es importante que consultes con un profesional de la salud mental.

Miedo a la oscuridad en adultos

Suele relacionarse el miedo a la oscuridad a la infancia ya que cuando somos adultos, todos sabemos a nivel racional, que no existe un motivo para asustarse cuando las luces están apagadas. El miedo a la oscuridad es bastante normal: de hecho, los expertos dicen que tener este miedo es algo bastante común en los adultos.

Padecer de este miedo es lógico, ya que afecta nuestra visión y esto nos hace sentir más incómodos/as e inseguros/as. De hecho, existen una serie de estrategias de afrontamiento que pueden ayudarnos a afrontar estos miedos como puede ser el uso de luces. Aún así, cuando se trata de nictofobia, es decir de un miedo irracional que acaba perjudicando tu rutina de sueño, es importante acudir a un psicólogo/a para analizar a qué se debe y actuar sobre ello.(mundopsicologos.com)

Tratamiento

El tratamiento psicológico de la nictofobia dependerá de la causa que la esté generando, si se encuadra dentro de otro trastorno o es algo aislado. Por lo tanto, es fundamental detectar el o los motivos por los cuáles la persona ha desarrollado la fobia y, de este modo, poder trabajar con los síntomas, emociones y pensamientos asociados o de si es algo aislado. El objetivo principal será conseguir que la persona pueda llegar a enfrentarse al estímulo fóbico con tranquilidad ya que es algo que tiene un gran impacto en la vida de quienes lo sufren. Para ello, será fundamental hacer una exposición gradual a la oscuridad.

Intenta ir a la raíz del problema para solucionarlo.

Ayúdate de técnicas de relajación, respiración o meditación.

Exponte de manera gradual, por ejemplo, busca un momento durante el día y quédate un rato en un lugar a oscuras o ve reduciendo la cantidad de luz durante la noche de forma paulatina.

Márcate objetivos pequeños pero alcanzables y avanza poco a poco.

Superar el miedo por un mismo suele ser una tarea complicada así que si no lo consigues pide ayuda a un psicólogo especializado.(institutoclaritas.com)

Fuentes

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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