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El psicólogo pieza clave en el Síndrome de Cushing

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El Síndrome de Cushing es una enfermedad poco común que se produce como resultado de poseer niveles elevados de la hormona cortisol en el cuerpo. Este síndrome produce síntomas como aumento de peso, debilidad muscular y alta presión sanguínea y su tratamiento es esencial para que las consecuencias de su padecimientos no lleguen a ser peligrosas. Para comprender este trastorno, debemos antes profundizar en la hormona que lo provoca: el cortisol. El síndrome de Cushing consiste en cambios físicos y mentales que resultan de una cantidad excesiva y prolongada de cortisol en la sangre. El cortisol es una hormona esteroide producida por las glándulas suprarrenales, situadas encima de los riñones.
¿Qué es el cortisol?

El cortisol es una hormona glucocorticoide producida en las glándulas suprarrenales que aumenta el nivel de glucosa en la sangre, participa en el funcionamiento del sistema inmunitario y la presión arterial. Además, entre otras cosas, ayuda a controlar los niveles de estrés siendo secretada mayormente cuando el cuerpo se prepara para llevar a cabo alguna acción que requiere mayor consumo de glucosa, es por ello que suele considerarse a esta hormona como la hormona del estrés. Sin embargo, un exceso de cortisol puede provocar el síndrome del que hoy hablamos, también conocido como hipercortisolismo.(psicoactiva.com)

El síndrome de Cushing consiste en cambios físicos y mentales que resultan de una cantidad excesiva y prolongada de cortisol en la sangre. El cortisol es una hormona esteroide producida por las glándulas suprarrenales, situadas encima de los riñones. Cuando el cortisol se produce en cantidades normales, ayuda al cuerpo a:

  • Reacción ante el estrés
  • Mantener la presión sanguínea y la función cardiovascular
  • Mantener el sistema inmunológico bajo control
  • Convertir en energia la grasa, las carbohidratos y las proteinas.
Conexión Endocrina

Hay dos tipos de síndrome de Cushing: exógeno (causado por factores externos al cuerpo) y endógeno (causado por factores internos del cuerpo). Los síntomas de ambos tipos son iguales; la diferencia está en la causa del síndrome. El síndrome de Cushing exógeno es el más común y se presenta en personas que están tomando medicamentos similares al cortisol, tal como la prednisona. Estos medicamentos se utilizan para tratar trastornos inflamatorios, como el asma y la artritis reumatoide. También inhibe el sistema inmunológico después de un trasplante de órganos. Este tipo del síndrome de Cushing es temporal y desaparece en cuanto el paciente deja de tomar los medicamentos similares al cortisol.

El síndrome de Cushing endógeno, en el que las glándulas suprarrenales producen demasiado cortisol, es poco común. En general, surge lentamente y puede ser difícil de diagnosticar. En la mayoría de los casos, este tipo de síndrome de Cushing es ocasionado por tumores que secretan hormonas en las glándulas suprarrenales o en la pituitaria, una glándula situada en la base del cerebro. En las glándulas suprarrenales, el tumor (generalmente no canceroso) produce un exceso de cortisol. En la glándula pituitaria, el tumor produce un exceso de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH, por sus siglas en inglés), que estimula a las glándulas suprarrenales para que produzcan cortisol. Cuando el tumor se forma en la glándula pituitaria, esta afección se denomina enfermedad de Cushing.

En la mayoría de los casos, los tumores que producen la hormona ACTH se originan en la glándula pituitaria. Sin embargo, hay veces que tumores no hipofisarios, generalmente localizados en los pulmones, también pueden producir un exceso de ACTH y ocasionar este síndrome.

El psicólogo, pieza clave

El psicólogo es, junto con el endocrinólogo, una pieza clave en la ayuda al paciente con síndrome de Cushing. Siete de cada diez pacientes sufren cambios neuropsiquiátricos y cognitivos que cursan con inestabilidad emocional, depresión, ansiedad, cambios en el comportamiento, insomnio y en algunos casos incluso estados eufóricos. Según Alicia Santos, psicóloga del Hospital de Sant Pau de Barcelona, “hay diferentes estrategias que pueden ser útiles en estos casos, por ejemplo, es importante mantener unos correctos hábitos de higiene del sueño; por ejemplo, dos o tres horas antes de ir a dormir cambiar la rutina, adaptando hábitos más relajantes y evitar el uso de pantallas”. El estado anímico se puede mejorar -añade la experta- por ejemplo, potenciando tareas que nos hacía sentir bien, y que eran previas a un estado emocionalmente bajo; aunque no nos apetezca hay que obligarnos a hacerlo. Favorecer la relación social y en casos de ansiedad, activar las técnicas de relajación, son otros puntos a considerar.

¿Cómo se diagnostica el síndrome de Cushing?

Por lo general, se usan tres pruebas para detectar el síndrome de Cushing. Una de las pruebas más exactas mide el nivel de cortisol en la saliva durante la noche, entre las 11 y 12 pm Se recolecta una pequeña muestra de saliva en un recipiente de plástico pequeño y se envía a un laboratorio para que sea analizada. En las personas sanas, el nivel de cortisol es muy bajo a esta hora, a diferencia de las personas con el síndrome de Cushing, que lo tienen muy elevado. Los niveles de cortisol también se pueden medir en la orina que ha sido recolectada durante un período de 24 horas.

En otra prueba para detectar el síndrome de Cushing, antes de acostarse, el paciente toma dexametasona, un esteroide fabricado en laboratorio, y se mide su nivel de cortisol a la mañana siguiente. Normalmente, la dexametasona hace que el nivel de cortisol baje mucho, pero ese no es el caso entre las personas con síndrome de Cushing.

¿Cuáles son las señales y los síntomas del síndrome de Cushing?
  • Aumento de peso, especialmente en la parte superior del cuerpo
  • Cara redonda y acumulación de grasa entre los hombros y encima de las clavículas
  • Nivel alto de azúcar en la sangre (diabetes)
  • Presión arterial alta (hipertensión)
  • Pérdida de densidad en los huesos (osteoporosis)
  • Pérdida de masa muscular y debilidad
  • Piel delgada en la que se forman moretones con facilidad
  • Estrías de color rojo o púrpura (generalmente en el abdomen y debajo de los brazos)
  • Depresión y dificultad para pensar con claridad
  • Exceso de vello facial en las mujeres
La fatiga, síntoma frecuente en el síndrome de Cushing

Según Elena Valassi, del Servicio de Endocrinología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, “la recuperación tanto de los síntomas físicos como psicológicos no es inmediata. En el caso de la debilidad muscular, la recuperación puede tardar algunos meses antes de mejorar de forma significativa”.

“Tras un tratamiento o una cirugía, prosigue la facultativa, hay un descenso rápido de los niveles hormonales que puede comportar cansancio y ese cansancio puede durar semanas o meses. En una fase previa, los pacientes se han visto sometidos a niveles muy elevados de cortisol y eso determina cambios en el músculo”

Para mejorar, recomienda la Dra. Valassi, es importante “mantener un estilo de vida saludable, tanto a nivel de alimentación como de actividad física” y potenciar “actividades placenteras o relajantes como el caminar, andar o bailar y buscar la ayuda de un entrenador profesional o especialista en meditación”.(ciberer.es)

El tratamiento para el síndrome de Cushing depende de la causa

El síndrome de Cushing exógeno desaparece cuando el paciente deja de tomar los medicamentos similares al cortisol que estaba tomando para tratar otra afección. Su médico determinará cuál es el momento apropiado para reducir de manera gradual y finalmente dejar de tomar dichos medicamentos. Con el síndrome de Cushing endógeno, la medida inicial casi siempre es cirugía para extirpar el tumor que está causando el alto nivel de cortisol. Aunque la cirugía generalmente es eficaz, algunas personas necesitan también medicamentos para reducir la producción de cortisol o radioterapia para destruir las células restantes del tumor. En algunas personas, es necesario extirpar ambas glándulas suprarrenales para controlar el síndrome de Cushing.(endocrine.org)

Fuentes

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

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