¿Conoces a personas que se enojan o se deprimen cuando las cosas no les salen como ellos esperan? ¿O sino también a personas que pareciera que solamente les interesa satisfacer sus necesidades sin importar las del resto? ¿O es más, que ni siquiera se dan cuenta de las necesidades ajenas?. Hoy veremos cómo es que los padres sin darnos cuenta, en muchas ocasiones promovemos este tipo de conductas. Y también veremos qué hacer para corregir todo eso. Primero quiero aclarar que para desarrollar una conducta hay una serie de factores que influyen en eso. No es que un único factor influya decisivamente en el desarrollo de una conducta, hay una serie de factores. No obstante, algunos factores son más influyentes, más importantes que otros. En el tema de hoy, el factor que yo creo importante es el que muchos padres evitan que sus hijos pasen por frustraciones. Evitan a toda costa decirles no, ¿bien? Producto de esto entonces, le dejan ganar a sus hijos en el juego para que no lloren, pobrecito, para que no griten. O evitan darle responsabilidades. O evitan cumplir con las advertencias que le hacen a sus hijos. O evitan cumplir con las advertencias que le hacen a sus hijos. Pensando que este es un acto de amor y que esto les va a ayudar a sus hijos. Nada más lejos de la realidad. Esto les va a hacer muchos daños, ya lo veremos a lo largo de este tema.
Veamos, ¿Qué podría estar aprendiendo mi hijo en caso que yo en todo momento acceda a sus caprichos?
Que yo evite en lo posible decirle no. ¿No estará aprendiendo mi hijo que podría obtener todo lo que quiere? Como yo nunca le digo que no, como yo casi siempre accedo a sus caprichos. ¿Podría estar aprendiendo que podría obtener todo lo que quiere? Y esto es muy peligroso. Esto le puede causar mucho sufrimiento a mi hijo.
¿Por qué?
A ver, a lo largo de nuestra vida, nosotros nos taparemos con una serie de no. No podremos estar en el grupo de amigos que deseamos. No podremos estar con la chica o chico que querremos. No podremos tener el trabajo que nosotros anhelamos, al menos no en el momento que deseamos. A lo largo de toda nuestra relación de pareja, nuestra pareja estará en desacuerdo con muchas cosas que decimos o que hacemos.
Entonces pues, si es que nosotros no estamos acostumbrados a tolerar el no, ¿Qué podemos hacer? A ver, de repente explotamos, de repente tratamos de manipular la situación, de repente nos detenimos. Pero va a ser muy difícil que aceptemos que toleremos el no, porque a lo largo de nuestra vida no nos han preparado para eso. También podría estar aprendiendo el, están aquí para servir. Podría estar aprendiendo a ser egoísta.
¿Cómo así?
Muchos padres que tienen esta dificultad para decir no, cuando los padres ordenan a sus hijos que cumplan con alguna responsabilidad que exclusivamente les corresponde a nuestros hijos, como tener su cama, como lavar su cubierto, como hacerse cargo de su ropa, ordenar, limpiar su cuarto, etc.
Y los hijos dicen no, como los padres no pueden decirle no a sus hijos muchas veces, hasta que ellos se encargan de estas actividades que solo corresponden a sus hijos. Entonces, si constantemente se encargan de actividades que le corresponden a sus hijos, se encargan de las responsabilidades de sus hijos,
¿Qué creen que podría estar internalizando el hijo?
Tal vez no será, están aquí para servirle. Y poco a poco los padres, sin darnos cuenta, estamos enseñando a evaluar su responsabilidad y le estamos enseñando a que los hijos no solamente no se encarguen de hacer lo que les corresponde, sino que se acostumbren a que otro les sirva.
Y después nosotros los padres nos quejamos cuando ya de adolescentes no nos ayudan, no se sensibilizan con nosotros. Les dicen, pero ¿por qué no puedes ayudarme en esto, en otro, etc.?
Porque si estás viendo que yo estoy que me saco el ancho haciendo esto, trapeando, limpiando, trabajando, etc. No puedes ni siquiera ordenar tu cuarto. Pues tal vez será porque desde pequeños, sin darnos cuenta, hemos cubierto las responsabilidades y actividades que solo a nuestros hijos les corresponden. Tal vez será por eso. Entonces mucho cuidado con eso.
¿Qué más podrían aprender?
Podrían aprender a no responsabilizarse de sus hábitos. A, no me pasa nada. ¿Por qué? Muchos padres cometen el error de no cumplir con sus advertencias. Por ejemplo, le dicen, mira Pepito, si es que tú vuelves a jalar el pelo a tu hermana, te voy a quitar la televisión.
Pero después Pepito hace un cuchero, le pide disculpas, le dice que es el mejor papá o la mejor mamá del mundo, y no cumplen con las advertencias. Entonces, ¿Qué aprende? Que manipulando se va a librar de eso. Y así, pues obviamente, no se va a responsabilizar de sus conductas. Jamás va a aprender.
Porque los padres no cumplen con las advertencias. Cada vez que los padres cumplan con las advertencias que le dan a su hijo, pues el niño obviamente no aprenderá a responsabilizarse de su comportamiento.
Ahora, ¿Qué puedo hacer para revertir todo este proceso?
En el caso que he estado cometiendo todos estos errores. Uno, cumplir con las advertencias. Si es que ustedes adivinaron algo, ¡cumplan! Por más que su hijo llore, haga berrinche, les prometa todo lo bueno del mundo, por más que digan que es el mejor papá o la mejor mamá del mundo, por más que haga un cuchero muy enternecedor que les rompa el corazón, por favor, ¡cumplan con las advertencias!
Ese es un acto de amor más grande que se den a sus peticiones, que se den ante esos cucheros que hace el niño. Por favor, ¡cumplan! Así, el niño va a aprender a responsabilizarse de sus comportamientos y va a llegar un momento en que sepa que toda conducta tiene consecuencias, que más le vale portarse bien, que más le vale cumplir con sus responsabilidades, caso contrario, va a tener una consecuencia negativa, y así ustedes van a tener menos problemas.
Dos, es importante que le den a su hijo responsabilidades.
Responsabilidades insensibles a servir, a ayudar en casa. Responsabilidades como lavar su ropa, como ordenar su cuarto, como ordenar sus juguetes, acorde a la edad del niño. Eso va a ayudar a sensibilizarse, a ser más responsable, va a ayudar a ser sensible ante las necesidades de otras personas, de ustedes, sus padres.
¿Qué más pueden hacer?
Decirles no de vez en cuando, tanta vez que sea necesario. Va por una tienda y, por ejemplo, el niño se encapricha de que hay mucho plato, decirle no fácilmente. ¿Pueden decirle no? Bien. Y así, en cuantas oportunidades que se ofrezcan, también decirles no de vez en cuando y cumplir con ese no, para que su hijo sepa que lo que ustedes dicen, lo cumplen.
REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO