Una nueva forma de hacer psicología



Albert Espinosa: “Los niños de hoy serán la generación más empática del futuro”

Grupo en  |  Grupo en  |  App  |  Artículos  |  Play  |  Podcast

A pesar de las predicciones de sus médicos, Albert Espinosa superó no solo un cáncer en su adolescencia, sino también su fecha límite de supervivencia y una pandemia. Después de un “intermezzo” de tres años de retiro, el autor regresa con un nuevo libro: ‘Estaba preparado para todo, menos para ti’, con reflexiones que devuelven la esperanza. “Creo que hay muchos socorristas cuando estás en el agua, pero pocos en tierra y ahí es donde te pasan las cosas más terribles. Al final hay muchos salvavidas, pero pocos «salvaheridas». Quería hacer un libro lleno de soplos energéticos, un botiquín lleno de belleza que ayude a sanar esas heridas”. A partir del poema “Defensa de la alegría” de Mario Benedetti, el autor reúne su experiencia vital y aprendizaje de los últimos años para afrontar la incertidumbre, el dolor o el miedo. Albert Espinosa es escritor, guionista, actor y director de cine. Ha vendido más de tres millones de libros en 42 países, con títulos como ‘El mundo amarillo’, ‘Lo que te diré cuando te vuelva a ver’, ‘El mundo azul. Ama tu caos’, ‘Si tú mes dices ven lo dejo todo… pero dime ven’ y ‘Lo mejor de ir es volver’. Con su película ‘Planta 4ª’, dirigida por Antonio Mercero, estuvo nominado al Premio Goya, y la serie televisiva ‘Pulseras rojas’, ganadora de dos premios Emmy, consiguió hacer viral su historia y la de sus compañeros de hospital más allá de nuestras fronteras, llegando a emocionar a Steven Spielberg, que se encargó de la versión estadounidense.

Hola, Albert. Mi nombre es Amaya y soy estudiante universitaria, además de una de tus fervientes lectoras. Es un placer para mí estar hoy aquí y poder compartir este ratito charlando sobre literatura y, en general, sobre la vida.

Bueno, la verdad es que estoy muy feliz de estar aquí. Yo creo que era uno de los sueños más grandes, volver a ‘Aprendemos juntos’, y la verdad es que esta conversación contigo creo que va a ser muy interesante.

Albert, llevas tres años sin pisar un plató para hacer una entrevista. ¿Por qué has decidido volver ahora y por qué aquí?

Bueno, yo creo que ‘Aprendemos juntos’ es como si fuera mi casa. Ahora que estoy aquí, recuerdo aquella entrevista que hicimos hace tres años, que ha tenido millones y millones de visualizaciones. Y la verdad es que yo he tenido que cuidarme mucho durante esta pandemia. Tuve un tipo de cáncer que casi todos mis amigos que sobrevivieron al cáncer han muerto por el covid, con lo cual mi médico me dijo: «Como solo tienes un pulmón, cuídate mucho».

Hoy es la primera vez que vuelvo a un plató, y la verdad es que me hace una ilusión enorme. Yo creo que ha sido aquí donde he querido volver, porque tanta gente me ha contado, después de ver aquella conferencia, que le había cambiado la vida, que había sentido que era más valiente, que había descubierto un miedo que no tenía o algo muy bonito.

Yo siempre digo que al final tus decisiones es muy importante que las tomen otras personas. Yo creo que al final has de encontrar una persona muy cercana en tu vida, un «amarillo» que le llamo yo, que sea capaz de tomar tus decisiones durante 24 horas de todo tu día.

Decisiones importantes que tú no te atreves, porque yo creo que la misma cabeza que ha creado los problemas, difícilmente puede solucionarlos. Y mucha gente de la que vio el vídeo de ‘Aprendemos juntos’ me contó un problema, me pidió que le tomase la decisión y la verdad es que he tomado decisiones sobre problemas amorosos, problemas laborales, problemas de viaje… Yo siempre pienso que saldré de casa y alguien me apaleará. Vendrá con un bate y me dirá: «¿Tú tomaste esta decisión por esta persona que yo quiero?». Y la verdad es que es algo precioso.

Y volver aquí con este equipo maravilloso, con esta gente, contigo, me pareció el mejor lugar para contar otras cosas diferentes. Con lo cual, hago un spoiler, la gente que ha visto el otro BBVA ‘Aprendemos juntos’: Contaré cosas muy diferentes, y sobre todo por todo lo que he aprendido durante esta pandemia, la verdad es que no podría tener mejor compañía.

“Los niños de hoy serán la generación más empática del futuro”. Albert Espinosa

“Los ‘amarillos’ son personas que, no sabes por qué, son más que un amigo o que un amor”

Has hablado y escrito en muchas ocasiones acerca de los «amarillos». ¿Puedes explicarnos quiénes son estas personas y por qué son tan importantes en la vida?

Bueno, los «amarillos» vienen de mi primer libro, ‘El mundo amarillo’. Viene de algo que me enseñó mi madre hospitalaria, que era una mujer de 93 años. Era una mujer increíble, llena de una felicidad brutal, que murió un día como hoy, el mismo día que hoy estamos grabando. Ella murió hace muchos años. Y siempre me pareció que el día que volviese tenía que ser algo clave en mi vida. Y la verdad es que hoy tengo una emoción dentro muy grande. Y ella me enseñó quiénes eran los amarillos.

Ella me dijo que eran personas entre el amor y la amistad. Personas que encuentras en un hospital, en un aeropuerto, en cualquier lugar, en un periodo muy corto de tiempo, que no sabes por qué acabas contándole toda tu vida y sientes que son casi como más que un amigo o más que un amor. Es esa sensación brutal. Ella siempre decía que había 23 amarillos en la vida de cada persona. Me enseñó cómo encontrarlos.

Me decía: «A veces ves en una persona cómo pasa las páginas de un periódico, un color de una piel, un olor… Sabes que no es amor ni amistad. Es un amarillo o una amarilla». Y la verdad es que lo más bonito en el mundo es buscar amarillos y amarillas. Esas personas pueden tener contacto físico, esas personas no hace falta cultivarlas, puedes no verlas durante tiempo.

Y yo creo que ‘El mundo amarillo’ se convirtió en el libro que más he vendido, creo que son ocho millones de ejemplares; que más se ha traducido, 49 idiomas. Ya estamos a uno del cincuenta.

Durante la pandemia nos regalaste muchos consejos en remoto desde casa. Ahora que parece que estamos asomándonos a una nueva etapa, ¿hay algo especial que quieras compartirnos?

Bueno, yo creo que con ‘Aprendemos juntos’ ha sido como una historia de amor. Hemos hecho, hablando con el público, una conferencia que lleva millones de espectadores. Luego hemos hecho… En pandemia me dijeron si quería contar lo que sentía.

Yo hice un máster, yo estuve nueve meses en una burbuja cuando tenía 15 años, con lo cual había hecho un confinamiento multiplicado por tres y siempre tuve la sensación de que aquellos momentos eran… Aquellos momentos ahora tan alejados eran como un «intermezzo», momentos en que tu vida realmente se para. Un padre hospitalario que tuve me hablaba de ello. Me decía que a veces tenías que parar el mundo para mejorarte y mejorarlo. Y creo que ese parar el mundo nos fue muy bien a todos.

Creo que al final descubrimos muchas cosas, lo pudimos contar. Mucha gente… Bueno, fue muy bonito que le ayudara todo aquello, y lo redondeamos con un cuento precioso que era sobre un niño, sobre su lucha y sobre lo que esperábamos que fuera antes de las vacunas todo aquello. Pero creo que hacía falta contar algo diferente, que es lo que hemos aprendido, pero sobre todo hacia dónde vamos. Yo soy de los que piensa que no viviré mucho.

Es decir, yo soy uno de esos milagros de la naturaleza que tenía un tanto por ciento muy pequeño. Que me retiré de entrevistas porque tenía ganas de, si era cierta la profecía de mi médico, vivir tres años haciendo cosas que hago muy mal, pero me lo paso muy bien. Y lo estuve haciendo. Y de repente llegó una pandemia que me llenó de energía. He perdido a mucha gente. He perdido grandes amigos, que se los ha llevado. No se los llevó el cáncer, pero se los llevó el covid.

“Los niños de hoy serán la generación más empática del futuro”

Y fue como triste. Lo que una enfermedad les dejó, la otra se lo remató. Y creo que al final hay como grandes luchadores de vida que los hemos de proteger. Yo a veces, quizá por haber estado en hospital, tengo un instinto. Veo a alguien y pienso: «Tiene una luz increíble». Va a atraer a muchos lobos, a mucho ruido, y hay que protegerlo. Y a veces le digo:

«Dosifica esa luz según a quien tengas cerca». Y quizá por todo ello quería hablar de las personas ruidosas. Así como hemos hablado de los amarillos, que son quizá la luz, el mundo… También durante tiempo estuve pensando mucho en lo difícil, porque me escribió una chica y me dijo: «Qué difícil es ser amarillo en esta vida». Y pensé: «Es verdad, quizá nunca he hablado de la otra parte».

Más que los enemigos, son la antítesis de los amarillos, que son las personas ruido. Yo creo que hay gente que está muy vacía, que por eso suena tan fuerte. Es esa gente que emite ruido, que tú notas cómo tu vida se va colapsando, que no aguantas esa oscuridad. Y a veces es muy difícil ser feliz o ser alegre en esta vida si tienes tanto ruido alrededor.

Yo quizá tuve la suerte de hacer ese máster en el hospital, donde conocí gente de 90 a 99 que perdía el tiempo con niños de 13 a 15 que seguramente no viviríamos mucho tiempo. Y una de esas personas me habló en su día de las personas ruido. Me dijo: «Nunca tienes que enfrentarte a una persona ruido, porque la única manera de vencerle es emitir más ruido». No hay otra. Para contrarrestar un ruido tienes que ser más ruidoso.

Y él me dijo una frase que nunca olvidaré. Me dijo: «Puedes elegir entre la tranquilidad o la razón». Yo al final siempre pienso que tengo la razón. ¿Por qué no? Así que opto por la tranquilidad y cuando veo a una persona ruidosa, yo me alejo.

Yo siempre digo que hay que vigilar a quién dejas entrar en tu vida, porque luego es muy difícil sacarla de tu vida. Yo creo que al final uno de los problemas es preocuparte por que alguien con ruido te afecte lo que te dice al final. Yo creo que la luz atrae a los lobos y atrae a las personas ruido. Entonces lo que hay que hacer es evitar luchar contra aquello. Yo sobre todo le digo a la gente que ahora tiene un ruido cerca que piense que no es una persona, porque finalmente no lo es.

Son gente que se nutre de oscurecerte, que se nutre de que estés triste. Y creo que hay algo mucho más bello, que es simplemente fijarse en otras personas, los amarillos. Yo creo que es la parte más positiva. Pero luego dentro de los amarillos, yo con el tiempo descubrí los cascabeles.

Hay gente que esplende. A mí me gusta mucho este verbo, «esplender», que es emitir una luz enorme. Que estás al lado de esa persona y te da una fuerza, una energía. Yo siempre digo que son personas cascabeles. Hay una o dos en tu vida, pero siempre es bellísimo encontrar a esas personas. Te hacen feliz, te hacen sonreír, te hacen sentir.

Y creo que aquella mujer de 93 años fue mi primer cascabel. Fue una persona que me hacía sentir y, sobre todo, que tenía muchas ganas de poder ayudar a la gente. Yo noto, presiento, que hay mucha gente que después de toda esta etapa que hemos vivido tiene mucho miedo de volver, porque ha sido… Yo creo que ha sido una pandemia en la que hemos aprendido que la gente no tiene empatía.

Este artículo fue publicado por BBVA: aprendemosjuntos

REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO

Comparte este artículo
URL compartible

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También puede leer:





Se desactivó la función de seleccionar y copiar en esta página.