Buenaventura del Charco Olea. Ser nuestra mejor versión, luchar y siempre buscar lo mejor de nosotros mismos. Estas son solo algunas de las metas impuestas desde la infancia. Día a día, normalmente, se intenta mejorar, muchas veces, bajo la autoexigencia. En el libro Te estás jodiendo la vida (Ediciones Martínez Roca, 2023).
Buenaventura del Charco Olea (1986), psicólogo y psicoterapeuta, busca que la sociedad aprenda y se acepte incondicionalmente. También considera que la gente debe reivindicar su humanidad y los valores personales. Empezar a ser uno mismo, sentirse a gusto y tratarse con respeto.
En estos momentos las frases motivadoras están al orden del día, ¿qué opina sobre esta tendencia?
Buenaventura del Charco Olea:. El postureo nos lo hemos llevado al ámbito de la salud mental. Parece que continuamente tenemos que estar proyectando una imagen de nosotros como si fuésemos alguien positivo, con motivación, que lucha por conseguir sus objetivos. De esta misma manera intentamos parecer delgados o guapos en Instagram.
Yo creo que lo que ocurre es que todo se ha convertido en una obligación de gustar, de ser nuestra mejor versión, sobre todo, con esa finalidad seductora, por decirlo de alguna manera.
La obligación de la generación de mis padres estaba en el trabajo y en lo moral. Hoy en día, pienso que ya todo está contagiado de este deseo de gustar, de hacerlo bien y de ser nuestra mejor versión. Considero que, al final, mucho del contenido que hay en redes de salud mental está siendo un postureo actitudinal, más que una motivación o una preocupación real por la salud mental.
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¿A dónde cree que nos puede llevar esto de intentar pensar siempre en positivo?
Buenaventura del Charco Olea:. Las ansias de perfección que nos incitan tienen unos efectos devastadores. Si te paras a reflexionar, estamos en el momento de la historia de la humanidad que tenemos un nivel de bienestar mayor, en el que la vida es más agradable que nunca y, en el que la gente intenta cuidarse más. Sin embargo, las tasas de salud mental son las peores.
Yo, fundamentalmente, lo achaco a esta continua autoexigencia, como nunca estamos satisfechos con lo que somos y siempre nos estamos pidiendo más.
¿Considera que estos problemas que hay actualmente de salud mental se deben al rechazo?
No tanto al rechazo como un sentimiento de no formar parte de lo social, sino al rechazo en términos de no ser suficientemente bueno. Yo creo que lo que nos está destrozando no es que otro nos rechace, el problema es estar todo el día metiéndonos presión. Sobre todo es la culpabilidad, la autocrítica y el perfeccionismo los que están provocando, en mayor medida, el deterioro de la salud mental.
¿Por qué ha decidido hablar sin tapujos de sentimientos como la tristeza, la soledad o de los problemas que hay actualmente en la sociedad?
Aunque escriba libros y tenga un perfil en redes sociales, yo no me considero un influencer o un divulgador. Creo que soy un psicólogo de trinchera, es decir, soy una persona que la mayor parte de mi actividad profesional consiste en ver pacientes y ayudarles.
Me empezó a preocupar ver cómo cada vez más estábamos, incluso desde la propia psicología, deshumanizando al individuo. Es decir, ya parece que el valor de un individuo no depende de su condición de ser humano, sino que depende de sus características, sus atributos, las herramientas que tiene o su talla de ropa.
Lo está haciendo en un tono coloquial, ¿cree que puede haber una mayor conexión con las personas que le leen o se debe a otra cosa?
Es importante saber que Carl Roger es el padre del tipo de psicoterapia que yo hago. Él plantea que para que la terapia funcione, el psicólogo tiene que hacer tres cosas, la primera es ser empático. Tiene que practicar la aceptación incondicional que consiste en no criticar al paciente, que creo que es lo que estamos, por desgracia haciendo, hoy en día.
Y, por último, dice que el psicólogo tiene que ser auténtico. Es decir, que la única manera de que la terapia funcione es que el psicólogo no vaya de gurú y que se muestre con el paciente como un ser humano. En mi vida privada, soy una persona que habla mal, que dice palabrotas y entendí que el personaje de Ventura Psicólogo, también tenía que tener esa autenticidad.
Y, luego, está la cuestión filosófica en la que decidí que iba a combatir el pensamiento positivo, no solamente en los argumentos, sino también desde la estética.
Este artículo fue publicado originalmente por La voz de la Salud: lavozdegalicia.es
REDACCIÓN WEB DEL PSICÓLOGO